fbpx

Madres e hijos

Martes, 15 de diciembre de 2015
0

Desde que en los años 50 John Bowlby fundamentara la Teoría del Apego en la que describía como el niño necesita una relación afectiva continua e íntima con su madre, ni siquiera aquellos que creen que los hijos son del Estado ponen en duda que la madre es la figura más importante en el desarrollo evolutivo de las personas; con especial énfasis en que ese vínculo es determinante para la salud mental del niño en el futuro.

El lamentable papel histórico dado hasta hace poco a las mujeres hizo que la palabra final sobre los hijos, al menos institucionalmente, la tuviera el padre. Aunque hasta el siglo XVII en Europa no parece iniciarse ese instinto de protección infantil, ya tan arraigado ahora en el modelo conocido de familia tradicional, sin olvidar que la mujer de la época todavía era más esposa servil que madre acogedora.

Aquí es el comienzo de la implicación de la familia en la Educación de los hijos, claro que hablamos de épocas en que la escuela no existía como tal y por tanto el aprendizaje de lo que podía ser esencial para la vida personal y laboral futura de los niños era de otro orden; pero la escuela en el siglo XIX viene a instaurarse con una potencia de influjo que la aproxima mucho a la propia familia.

Si la escuela tradicional intervenía en paralelo con la familia pero con desconexión de ella, la escuela moderna de avanzado el siglo XX plantea ineludiblemente actuar complementariamente. Ahora bien, las variables propias de cada escuela y de cada familia que aportan incorporadas en su naturaleza propia, será determinante en esa relación exitosa o deficiente.

Los recientes datos del Eurostat muestran el influjo de la relación entre el nivel educativo de las madres y el abandono educativo temprano que puede afectar a sus hijos, y así para los jóvenes con madres cuyo máximo nivel de estudios es el de Primaria o inferior, la tasa de abandono alcanzó el 41,1% (47,6%, en el caso de los varones y 32,8% en el de las mujeres). Dicha cifra se reduce al 3,7% (el 5,4% para los varones frente al 2% para las mujeres) cuando la madre tiene estudios superiores.

Tradicionalmente, cuando se analizaba la vinculación se creía que la alimentación, la protección física y el acogimiento emocional eran los factores básicos más fuertes en el vínculo materno filial. Gracias a los datos del abandono educativo temprano sabemos que los niveles de formación de una madre puede que sean la mayor herencia resultante para su hijo, legado que no se transmite genéticamente pero podrá pesar significativamente para siempre en la vida de ese niño.

0
Comentarios