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Cuando los alumnos eligen trabajar para los demás

Soy tutora de ESO en el CP “Pablo Iglesias” de Soto de Ribera (Asturias). Es un colegio pequeñito de una zona rural donde una parte muy importante del alumnado es de origen gitanoportugués y con un nivel socioeconómico bajo.
Martes, 12 de enero de 2016
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La experiencia empieza participando en EME –programa de Valnalón llamado Emprender en Mi Escuela– con el alumnado de mi tutoría, donde éste forma una cooperativa escolar que ha de gestionar de forma autónoma y donde se trabaja por proyectos. Cada miembro de la cooperativa tiene una función en la misma, se desarrollan una serie de fases –constitución, redacción de los estatutos, creación del logotipo y el nombre, etc.– y se elaboran diversos productos artesanales que se venden en un mercado local y con cuya recaudación se organiza una actividad de la que todos y todas disfrutan. Un porcentaje pequeño de lo recaudado se destina a un fin social.

Os contaré también que este era el segundo curso que yo estaba en el centro y creí que era el momento de organizar un viaje de estudios para que mi alumnado pudiera pasar unos días fuera de casa con sus compañeros, algunos por primera vez en su vida. Ahí empezó un trabajo importante con las familias. Algunas accedieron a engancharse a la actividad aunque con otras costó un poquito más, pero no podrían participar en ella si el coste del viaje era elevado y un viaje a Madrid de cuatro días lo era. Así que se me ocurrió que podríamos intentar autofinanciar el viaje, si no en su totalidad, en un gran porcentaje, y nos pusimos a trabajar en ello. Vendimos lotería, hicimos mercadillos a los que acudieron también personas del pueblo, entablamos relaciones con empresas cercanas, como la Central Térmica de Soto de Ribera, etc. y con todo esto y mucho más conseguimos irnos a Madrid, en la mayoría de los casos con el viaje pagado y en el peor de los casos teniendo que aportar una cantidad de en torno a 30 euros. Fue una experiencia inolvidable para todos, pero en especial para aquellos que jamás habían estado en un hotel y mucho menos dormido fuera de casa.

El programa EME nos gustó mucho, pero decidimos probar uno nuevo: JES –Jóvenes Emprendedores Sociales–. Este programa se parecía mucho al anterior en relación a las fases del proyecto, pero el fin cambiaba absolutamente. Ahora nuestro alumnado iba a trabajar con un centro de un país del sur de forma coordinada y colaborativa, consiguiendo financiación para una necesidad detectada en el país asociado. La idea les encantó a mis chicos y chicas, pero tenía la obligación de ofrecerles otra posibilidad que me habían trasladado desde Valnalón: desarrollar un JES local, trabajando de forma más autónoma para solventar una necesidad de su entorno más próximo. Vistas la características económicas de mi alumnado yo pensé que se iban a decantar por esta última opción, pero cuál no sería mi sorpresa cuando decidieron que las necesidades de otros lugares eran todavía más apremiantes que las suyas propias. Ese curso trabajamos con un colegio de la antigua Birmania y con nuestro trabajo conseguimos que el alumnado de ese centro pudiera disfrutar de una biblioteca escolar que no tenían.

Ecuaspanihs
Durante el curso 2014-15 continuamos nuestra andadura con JES y al proponerles al alumnado las diferentes opciones siguieron decantándose por JES Cooperación al De-sarrollo, pero en esta ocasión quisieron trabajar con la Escuela “Jose María Chávez Mata” de Santa Elena (Ecuador). En esta escuela había un porcentaje elevado de niños y niñas con discapacidad que requerían de intervención de fisioterapia y equinoterapia, y la idea les encantó.

Así nació el nuevo proyecto Ecuaspanihs en el que rápidamente nos pusimos manos a la obra. A las actividades de-sarrolladas en EME añadimos sesiones de cine, bocatas solidarios y todo lo que se nos iba ocurriendo para obtener ingresos. Además, como novedad, este curso tuvo lugar el primer Encuentro de Asociaciones Educativas JES, donde cada centro participante se encargaba de la organización de una parte del mismo. A nosotros se nos encomendó la inauguración y clausura del encuentro y Elena Rúa, de Ayuda en Acción, nos echó una mano en esto último.

Con todo el trabajo conseguimos el dinero suficiente para que aquellos chicos y chicas de Ecuador que estaban a una gran distancia física estuvieran mucho más cerca de nosotros.

No os he contado que, además, conseguimos autofinanciar nuestro viaje de studios, este vez a Oporto, y con la participación en el mismo de casi la totalidad del alumnado de ESO, además del de Primaria.

A finales del curso pasado una compañera del centro y yo presentamos todo este trabajo a los Premios Acción Magistral 2014 y cuál no sería nuestra sorpresa cuando nos comunican que de los proyectos presentados en nuestra comunidad autónoma nos habían elegido como finalistas. Posteriormente, a principios de este curso, nos comunicaron desde Acción Magistral que de entre los 534 proyectos éramos uno de los 20 finalistas estatales. Mis alumnos y alumnas están muy ilusionados y nosotros también, ¡cómo no!, aunque yo estoy más tranquila que ellos porque para mí ya eran unos ganadores.

Espero que nuestra experiencia os haya gustado y que podáis ponerla en marcha algún día en vuestros centros con vuestro alumnado. Resulta tremandamente gratificante y nos hace a todas y todos sus participantes mucho mejores personas.

Ana María Abad

CP “Pablo Iglesias” de Soto de Rivera (Asturias)

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