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El nuevo calendario de Cantabria retrasa una semana el inicio de las clases en la ESO

Solo los 35 centros concertados de la comunidad y aquellos de pequeñas dimensiones pudieron arrancar las clases el pasado día 12 de septiembre.
Jesús García-BermejoMartes, 20 de septiembre de 2016
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Carteles indicando fechas para las presentaciones de los cursos y el inicio de las clases. Eso era lo único que podía encontrarse en la mayoría de institutos cántabros el pasado 12 de septiembre, día en el que, en teoría, debían haber comenzado las clases los alumnos de ESO, Bachillerato y Formación Profesional de toda la región.

Finalmente, fue el 19 de septiembre, una semana más tarde de lo previsto, cuando gran parte de los estudiantes de Secundaria iniciaron el curso escolar, un retraso que llevará a Cantabria a incumplir los 175 días lectivos que marca la ley, confirmando las dudas de quienes ponían en cuestión la capacidad de la comunidad autónoma para adaptarse al calendario europeo. Y es que, el nuevo reparto de fechas, que distribuía en bimestres el año académico con una semana de descanso entre ellos, equiparaba a la región con 24 países europeos. Ahora, con el parón de noviembre tras apenas seis semanas de curso, Cantabria queda al margen tanto de sus vecinos nacionales como comunitarios.

Tan solo algunos centros de pequeñas dimensiones pudieron iniciar las clases el día 12, como el instituto “Vega de Toranzo”, en Alceda –112 alumnos–. De hecho, desde la mayoría de los 50 institutos públicos de la región se asegura que la Consejería sabía de las dificultades para cumplir con las fechas acordadas entre el Ejecutivo y la Junta de Personal Docente, algo, que, sin embargo, no se dio en los 35 centros concertados de la comunidad autónoma, que iniciaron las clases según lo previsto y sin incidencias.

La fusión del antiguo calendario con el nuevo y la complejidad que implica movilizar a los más de 25.000 alumnos que cursan enseñanzas medias en la región explican el retraso: exámenes extraordinarios de septiembre, publicación de notas y posterior revisión, matriculación de alumnos, reparto de grupos para el nuevo curso, organización de horarios… Y todo ello sin olvidar la implantación de la Lomce, que este año llega a la ESO y Bachillerato.

EL PP HABLA DE "CAOS ABSOLUTO"
Desde el Partido Popular de Cantabria no se duda en calificar la situación vivida en la primera semana de curso escolar como “caos absoluto”. Concretamente, Mercedes Toribio, su portavoz de Educación, criticó que desde el Gobierno regional se hable de “pequeñas distorsiones” y “normalidad”, cuando, según sus datos, “cerca del 90% de los institutos de la región se han visto obligados a posponer el inicio de las clases a fechas que oscilan entre el 19 y el 23 de septiembre”.

Por su parte, la Consejería de Educación quita trascendencia al retraso y habla de “normalidad dentro de la complejidad”. De hecho, desde el Ejecutivo se asegura que la incorporación de los centros públicos de mayor tamaño ha sido “paulatina y escalonada”. Es más, en palabras de Ramón Ruiz, consejero de Educación del Gobierno regional, “a partir del 19 la actividad lectiva ha sido a tiempo completo, con cinco horas de clase”. Desde Educación se defiende que, aunque no hubo clase, los centros tuvieron actividad, dedicándose la primera semana al reparto del Banco de Libros y a las presentaciones por cursos que se celebran al inicio del año escolar.

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