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El acoso escolar se genera en casa

José Mª de Moya
Director de Magisterio
11 de octubre de 2016
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Nueva semana y nuevo caso de acoso escolar, esta vez en un colegio de Baleares. Y nuevamente el dedo acusador se dirige al colegio y a sus profesores, que no supieron anticiparse, que no dieron crédito a las advertencias, que no aplicaron los protocolos, que no actuaron… Por supuesto también hay dedo acusador para las administraciones públicas y para la inspección educativa que no es suficientemente diligente… Las familias no, las familias son víctimas o testigos inocentes en todo este proceso contra nuestro horrible sistema educativo (sic).

Empieza a ser habitual buscar culpables fáciles cuando uno mismo es incapaz de asumir sus propias culpas. Desde luego que consejeros de Educación, inspectores, directores de centros y docentes pueden hacerlo mejor. Pero no cabe duda de que no está ahí el origen del problema ni del acoso escolar, ni de la conflictividad en las aulas. Resulta sonrojante recordarlo por obvio, pero para que se dé una situación de acoso en primer término tiene que haber un acosador. Un chico o una chica que viene de casa dispuesto a unirse a otros con el propósito de abusar del más débil o simplemente diferente. Un chico o una chica insensibles al sufrimiento ajeno y a la más mínima compasión, con notables carencias afectivas, egocéntricos y con altas dosis de odio y rencor reprimidos.

Ni las malas hierbas surgen de la nada, necesitan una semilla. El acosador no surge en el aula por generación espontánea sino que viene así de casita, con esos hábitos adquiridos. No se trata de culpabilizar a nadie, ni a los padres, que seguro que hacen más de lo que pueden, ni mucho menos a los hijos que están a medio hacer. Pero me parece un ejercicio de hipocresía o de cobardía no enfrentarse con la raíz de un problema que se genera en el hogar. Los profesores y el sistema educativo pueden y deben contribuir a minimizar las consecuencias fatales, pero poco más. Tiene poca gracia que nos hartemos de decir que los protagonistas de las Educación son los padres para lo bueno, pero eludamos su responsabilidad cuando hay problemas.

Por eso me ha gustado que las familias en este último caso de acoso no hayan cargado contra los profesores sino contra las familias de los acosadores, negándose a llevar a sus hijos al centro hasta que los alumnos acosadores no hayan sido expulsados. Hasta que asuman la responsabilidad de sus propios actos.

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