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Cuando hay dificultades todos tienen que implicarse

El IES “Antonio Domínguez Ortíz” está catalogado como Centro de Especial Dificultad de la Comunidad de Madrid. Está en el barrio de Palomeras Este, dentro de Puente de Vallecas.
Estrella MartínezMartes, 14 de marzo de 2017
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El IES “Antonio Domínguez Ortíz” está catalogado como Centro de Especial Dificultad de la Comunidad de Madrid. Está en el barrio de Palomeras Este, dentro de Puente de Vallecas. “Es un barrio donde la crisis económica sigue haciendo mucho daño”, explica su director, David Izquierdo. “Tiene una población muy diversa, gente emigrante de otros países y de etnia gitana”. Hablamos de “uno de los distritos más deprimidos de Madrid y es aquí donde educar es todo un reto”, defiende. “Ser profesor en estos centros públicos es una labor vocacional, de gente entusiasta y muy comprometida que cree en su trabajo y en ayudar a estas familias para que tengan más oportunidades”. En el instituto hay “un porcentaje importante de profesores que viven en el entorno inmediato y que quieren revertir lo que ellos son en el barrio, a mí eso me parece muy bonito”.

En el centro hay 800 alumnos, 70 profesores y se define por dos cosas: “Es bilingüe y ecoescuela”. El bilingüismo “en un centro como este no tiene otro sentido que dar oportunidades a los alumnos que, de otra manera, no tendrían posibilidad adquirir ese conocimiento del idioma”.

En el tema del bilingüismo “nos estamos planteando cambiar la metodología, reorganizar los grupos para crear distintas velocidades de trabajo”. Es decir, potenciar el inglés en mayor o menor medida en función del grupo, hasta llegar al cual en el que el bilingüismo no es protagonista, “grupos donde la prioridad sea atender a los chicos con dificultades, con un desfase curricular importante. Hay que atenderles bien y creemos que desdoblando los grupos lo conseguiremos porque son chicos que no pueden seguir las materias bien”. A estas alturas “sabemos que la heterogeneidad en los grupos no funciona cuando hay mucha diferencia de unos chicos a otros. El profesor no llega a ellos en un grupo de 32 chavales y queremos atenderles como se merecen con una organización curricular específica. Estos chicos se van desmotivando, sienten que no son capaces, y hay que darles posibilidades de que lleguen a donde ellos pueden llegar ”.

Como ecoescuela pertenecen a una red de centros ecológicos a nivel regional y nacional. “Se promovió hace cinco años con la intención de preocuparnos por el medio ambiente”. Alumnos y profesores están implicados, “ahora estamos intentando que los padres entren, pero no es fácil”.

Cosa de todos
“Nosotros, como equipo directivo, llevamos desde julio trabajando y estamos tratando de que todos reciban la mejor Educación dentro del mismo techo”, explica el director. “Lo que pretendemos es comprometer a todos, entendemos que el centro es una cosa de todos y que no es la dirección la que impone cosas”. Son conscientes de que “el cambio de paradigma no es fácil, pero entendemos que si uno no está contento con las cosas, tiene que involucrarse para aportar”.

El instituto está ahora en un proceso de “análisis y diagnóstico”, donde participan profesores, alumnos, personal de administración y servicio, y padres. A los alumnos se les está dando más voz gracias a las “juntas de delegados. Es importante que comiencen a actuar, a tomar decisiones, proponer ideas, a criticar. Creo que en la crítica está la mejoría”. De esta manera, se implican en cuestiones académicas, de convivencia, “es maravilloso ver cómo cuando les das la oportunidad, están deseando implicarse y dar un paso en primera persona para decir qué tengo que hacer yo”, dice el director.

El reto es conseguir que la “pirámide se vaya homogeneizando. Este año tenemos siete grupos de 1º de ESO, que se quedan en cuatro al llegar a 4º, no es muy drástico, pero queremos pelearlo”. Por parte del Ayuntamiento “hay un seguimiento a las familias muy férreo y eso es muy bueno” para combatir el abandono. “Ahora en marzo y abril tenemos reuniones con las familias implicadas para hacerles ver la importancia que tiene la Educación para sus hijos, para que puedan tener una posibilidad, una alternativa”.

A pesar de las dificultades, de las palabras de David se desprende orgullo. Sensación que emana también Jesús Martín, auxiliar de Control de Información, que lleva en el instituo desde que se abrió en los años ochenta. “Yo hablo con otros compañeros de otros sitios de Madrid y de momento no cambio este centro. Los alunmnos de estos barrio son alumnos llanos” .También se muestra orgulloso Manuel de la Mata, profesor de Educación Física desde los inicios y vecino del barrio. “Ha habido épocas mejores y peores, pero se han hecho grandes cosas. De aquí han salido deportistas, escritores, chapistas, médicos, cocineros, ingenieros”. Cada vez “hay más trabas por parte de la Administración, pero lo palia la voluntad del centro y las familias, somos un centro con potencial, estamos en mejorar. Es importante que los muchachos descubran que hay algo más allá de la M-30 y la M-40.”

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