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La tasa de repetición, una constante sensible a los cambios económicos

Los índices altos de repetición son una constante en nuestro sistema educativo.
Paloma Díaz SoteroMartes, 3 de octubre de 2017
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Si bien cada alumno es único y cada decisión sobre él encierra una complejidad irrepetible, al alejar el foco de cada niño y observar la repetición en su conjunto, es sorprendente comprobar, no ya que las cifras sitúan a España entre los países más repetidores de la OCDE, sino que no hemos evolucionado en los últimos 20 años, según ha reflejado con detalle la Fundación Europea Sociedad y Educación en su reciente informe Indicadores Comentados sobre el Estado del Sistema Educativo Español 2017.

En sus páginas, el sociólogo Julio Carabaña escudriña las leves oscilaciones de la tasa de idoneidad por edades, por comunidades autónomas, entre países… Y las pone en relación con la legislación vigente, las políticas, la situación económica, la inmigración…

A la hora de comparar nuestra tasa de idoneidad con la de otros países, el sociólogo advierte de que en España, la falta de concordancia entre curso y edad se debe, casi en su totalidad, a repetición pura y dura, y no a un retraso en la entrada a la enseñanza, como sí ocurre en otros países, en los que “el ingreso puede retrasarse por diversas razones, como la falta de madurez”.

Mirar afuera también sirve para comprobar qué países con menos repetición que España sacan peores resultados en el examen PISA, lo cual pone en duda la relación entre repetición y nivel de competencias. Y, sin embargo, en el caso de España sí se observa una coincidencia entre la subida de la tasa de idoneidad de la última década y una significativa mejora en las pruebas PISA de Lectura del mismo periodo .

A la edad de 8 años la tasa de idoneidad en España ya desciende al 93,7% (gráfico de la página 3), lo que lleva a pensar en necesidades especiales, problemas con el lenguaje, y en contados retrasos de ingreso.

Cuando el alumnado llega a la ESO, un 14,7% ya ha repetido en Primaria (según datos del curso 14-15). Ese porcentaje se mantiene casi inalterable desde 2004.

La opinión generalizada de los maestros es que gran parte de esos casos podrían haberse evitado con más y mejores apoyos dentro y fuera del colegio (docentes de apoyo y de compensatoria, clases de refuerzo), pero también un mayor interés por las familias en el rendimiento escolar de sus hijos.

A ese14,7% de Primaria, se suma el 21,4% que repite durante la ESO (gráfico en página siguiente). “La repetición se acelera con el tiempo en la escuela”, señala Julio Carabaña.

Por edades, el tramo de edad en el que se concentra mayor repetición es entre los 12 y 14 años: 13,6 puntos en solo dos años.

Para el sociólogo, parece claro que “si no repites antes, repites después; si te dejan pasar en Primaria, caerás en la ESO”.

Y, sin embargo, algunos repetidores de Secundaria ya lo han hecho en Primaria. Aunque no hay estadísticas recientes, algunos estudios de hace años apuntaban a un 35% de los casos.

La bonanza y la crisis
En la línea de tiempo que muestra el gráfico de esta página puede verse como la tasa de idoneidad ha experimentado leves modificaciones al alza y a la baja. En los años 90 subió (bajó la repetición) y luego volvió a caer y a recuperarse.

Carabaña atribuye el descenso de la repetición de los últimos 90 a la implantación de la Logse.

Pero, ¿por qué vuelve a subir entre 2000 y 2007? “El descenso ocurre tanto cuando gobierna el PSOE como cuando gobierna el PP y el gasto aumenta durante todo el periodo”, responde el sociólogo.

La llegada masiva de inmigrantes en esos años “influyó solo un poco, pues aunque la mitad repite a los 15 años, sin ellos la tasa de repetición todavía queda en 28%”, detalla el analista.

¿Qué ocurre en esos años?
Bonanza económica, abundancia de empleo y “dinero fácil con el ladrillo”.

Julio Carabaña se inclina por esa causa por varias razones:

La primera es que aumentó la repetición a los 15 años (más cerca de la salida de la ESO y de poder trabajar) más que a los 12.

La segunda es que el fenómeno fue más acentuado “en aquellas CCAA donde más intenso fue el boom del ladrillo, como Andalucía, Cataluña o Valencia”. “Pero no en todas”, matiza, “pues la repetición quedó igual en Baleares, Murcia o Canarias”.

La tercera es aplastante: la tasa de idoneidad volvió a subir después de 2008-09, con la crisis del empleo y el pinchazo de la burbuja inmobiliaria. En algunas CCAA, esta correlación se desdibuja, pero en cifras globales el paralelismo parece innegable.

Lo que ocurra en los próximos años contribuirá a reforzar o debilitar esa relación entre coyuntura económica y esfuerzo.

 

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