“La parálisis del pacto nos está dejando fuera de las necesidades del mañana”

Enrique Maestu es el nuevo presidente del Círculo de Calidad Educativa (Cicae), una asociación de colegios privados independientes –nacida como escisión de Acade– que tiene como fin “la Educación libre e independiente en España”. Se fundó en septiembre del año 2010 y actualmente agrupa a 30 instituciones que representan a 50 colegios de diez comunidades autónomas, en los que se forman más de 50.000 alumnos.

¿Qué balance podría hacer de estos ocho años de su asociación?
Cuando creamos el Círculo de Calidad Educativa hace ocho años teníamos dos objetivos. En primer lugar, estábamos insatisfechos porque los grandes marcos de las patronales no nos servían para analizar juntos las necesidades de cambio del sistema educativo. En segundo lugar, estábamos un poco preocupados por la situación que se estaba creando con el cambio de una parte del modelo de conciertos, que estaba achicando los espacios de la enseñanza privada.

¿Cree que la Concertada cumple la ley?
El marco del concierto no se ha modificado porque está bien definido, pero el problema es que no siempre se cumple la ley, aunque hay comunidades autónomas donde sí se está regulando.

Entonces no es solo un problema de la llamada “nueva Concertada”.
No, la mayor parte de la Concertada creemos que cumple con los criterios de la ley. Además, está cumpliendo con una labor social excelente. Creemos que la equidad en este país ha crecido gracias al modelo de conciertos.

¿Cuál es la solución?
La solución es hacer cumplir la ley. No hace falta cambiar muchas cosas, sencillamente es suficiente con no ser negligente en la vigilancia del cumplimiento de la ley. Se debería tener todo muy pautado. Sin embargo, el problema es si se desarrolla un modelo normativo que permita cada vez más espacios para incumplir la ley.

¿Qué ha supuesto Cicae?
Los centros Cicae son los que mejor han resistido porque estamos muy metidos en la pedagogía y en estar muy atentos a mejorar. La innovación para nosotros es una obligación y no una opción. Son los centros educativos los que tenemos que estar aprendiendo unos de otros. Por eso hemos desarrollado una gran línea de actividades comunes y proyectos para aprender. Por ejemplo, tenemos jornadas dedicadas a cómo gestionar los recursos humanos en los diferentes centros, hacemos competiciones para que nuestros chicos se relacionan entre sí; es decir, hacemos una intensa labor de colaboración entre los centros.

¿Puede ser bueno que sirvan de ejemplo al resto de colegios de España en cuanto a metodologías?
El balance es que somos 50 colegios ya, que era nuestro objetivo inicial. De esta forma, tenemos una posición en la comunidad educativa y una imagen consolidada. Por tanto, somos una referencia para la Administración y para la comunidad educativa que nos reconoce como interlocutores de la enseñanza privada, que ese era otro de nuestros objetivos.Queremos ser realmente un círculo de calidad educativa. Asimismo, preferimos aprender unos de otros y mejorar la enseñanza en nuestro país. Por eso, aspiramos a tener los mejores centros de España.

Ustedes no son competencia de las patronales, pero hay colegios de Cicae que están en Acade.
No somos una patronal, ni somos una alternativa a la patronal. Cuando se fundó Acade no era una patronal. La Asociación de Centros Autónomos para la Enseñanza en sus orígenes quiso ser una asociación para compartir experiencias pedagógicas, además de juntar centros de calidad y hacer proyectos conjuntos para poder aprender unos de otros. Actualmente Acade sí que es una patronal.

¿En qué consisten las jornadas de benchmarking?
Los miembros de la asociación votan qué centro educativo quieren conocer y se crean cuatro o cinco comisiones de trabajo que más tarde irán al centro. El colegio sale radiografiado y se le da de cuatro o cinco meses para exhibirse en público. Por lo tanto, le sirve al centro que va a ser visitado como revulsivo para que su organización se ponga a punto. El primer colegio con el que empezamos fue El Colegio Internacional “Lope de Vega”, en Benidorm, y desde entonces ya llevamos diez jornadas.

Rankings de centros como los de El Mundo se fijan en cuestiones como las instalaciones de los centros o la titulación de los profesores, pero ¿van tan al fondo de las metodologías?
Es imposible conocer todos los colegios, puesto que se realiza un cuestionario con unos indicadores.También es difícil que los colegios valoren temas más profundos.

¿Existe una línea pedagógica o metodología común?
Ahora mismo nos está interesando mucho escapar de este sistema educativo. La parálisis del acuerdo educativo está dejándonos fuera de las necesidades que tiene la sociedad del mañana en Educación. Por ese motivo, como vemos que no se puede transformar la Educación española rápidamente, estamos cada vez más en contacto con otros modelos educativos.

¿Apuestan mucho por el bilingüismo?
Hay un montón de colegios de Cicae que son bilingües. Todos tienen que tener un gran componente relacionado con los idiomas. Hemos hecho una apuesta muy fuerte por un alto nivel de inglés.

¿En sus centros existe una seña de identidad pedagógica común como el bilingüismo u otras?
Realmente, no. No podemos tener una línea pedagógica común porque respetamos el proyecto propio de cada centro educativo. Si queremos la posibilidad de aprender unos de otros, no podemos ser todos iguales.

¿También apuestan por la tecnología?
No hay más remedio. Estamos todos obligados a estar a la cabeza de la innovación. Hay que estar haciendo un gran esfuerzo para no quedarse atrás. Nosotros hemos hecho una evolución en estos ocho años entre los grupos de Cicae y los de las tecnologías de la información y de la comunicación.

¿Tienen una posición común sobre el libro impreso y el contenido digital?
Hay una gran variedad de actitudes en los centros de Cicae. Hay centros que han abandonado los libros de texto, otros que nunca los tuvieron y hay centros que siguen apostando por realizar una unión entre libros de texto y contenido digital.

En todas estas innovaciones, ¿hay algo de marketing?
Evidentemente. Hay una cuestión de supervivencia en la transformación. Si no te adaptas al nuevo perfil del alumno de los próximos diez años, no vas a existir. Se trata de estar a la última porque hace falta.

Si hubiera pacto educativo, ¿cuál sería su aportación?
Pedimos una autonomía real y que se nos catalogue como realidad aparte. Esta Educación, al no estar sostenida con fondos públicos, solo debe ser revisada por sus resultados, pero no por lo que se hace dentro de los centros.

¿Les gustaría ser como centros experimentales?
Sí, y como centros que pudiéramos acogernos a modelos educativos de otros países sin tener demasiado control por parte de la Administración. Por supuesto que en el pacto educativo buscaríamos la clarificación del problema del sistema de conciertos. Además, no dejaríamos que hubiera una competencia desleal que nos está reduciendo el espacio para la actividad educativa. Por otro lado, estaría muy bien que se reconociesen las ayudas a las familias para elegir colegios y se generalizase el modelo de desgravación. El derecho a la Educación es de todas las personas, por tanto, debería reconocerse ese derecho a la Educación de todos los alumnos.