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Don Quijote para acercarse a la Lengua y a las Matemáticas

Quién iba a decir que Cervantes sería el precursor de un impulso, de una ilusión hecha realidad. Quién iba a decir que Cervantes sería el detonante de la motivación y, en consecuencia, del éxito de alumnos que, por causas muy diversas y dispares, no lograban superar los objetivos, no encontraban su sitio en las aulas, no encajaban del todo en la escuela.
Martes, 24 de abril de 2018
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En la era tecnológica de “alumnos digitales” este proyecto, a primera vista literario, a segunda vista general, irrumpe en las vidas de alumnos cuyos días en el colegio no eran del todo satisfactorios y, en consecuencia, no conseguían llegar ni a la felicidad en el aula ni al aprendizaje. Este proyecto, basado en la gran obra literaria de nuestro país, les enseña que todo se puede aprender si es vivido, que todo material en papel, pantalla o audio, es capaz de llevar a un aprendizaje autónomo, individual o en equipo; les enseña a pensar, a opinar, a tener criterio propio; les ofrece trabajar desde muchos ámbitos, desde el más tecnológico y digital, hasta el más tradicional y tópico. Este proyecto les lleva al libro, a la escritura, al sentimiento que aflora entre letras escritas hace más de 400 años y que, aún hoy, emocionan. Este proyecto les ha llevado a la unión, a la convivencia, la aceptación, la superación, en todos los sentidos y, quiero
creer, que ha contribuido a hacerlos un poco más felices entre las aulas.

Este proyecto se basa en el lema que él mismo inspiró: Nuevas formas de aprender… porque aprender es infinito. Consiste en convertir a la literatura en la base de la enseñanza, reside en educar en la lectura. Son muchos los alumnos que aparcan la lectura y, algunos, la abandonan. Con la lectura no solo aprenden conceptos, con la lectura se forman personas. Es muy difícil obligar a leer, y no creo que sea esa la solución. Lo ideal es hacer que les guste leer. Siempre he pensado que sería buena idea trabajar a partir de libros conocidos y enlazar con ellos asignaturas, sobre todo, las materias troncales, como son Lengua y Matemáticas, y encajarlo todo en una programación. En aquel curso 2015-16, tuve la oportunidad de hacerlo y lo hice.

El aula PT es un aula en constante movimiento, su forma de ser se adapta a los tiempos Según el número de alumnos y las necesidades que presenten, así trabajamos los maestros: entrando en las aulas ordinarias o haciendo grupos para atenderlos fuera de ella, acordando medidas con profesores de diferentes áreas, atendiendo de forma individualizada a aquellos alumnos que lo necesiten… Fue en este curso, en el año escolar 2015-16, cuando el número de alumnos, y las condiciones que los rodeaban, propiciaron que este proyecto se llevara a cabo. Demandaba algo para poder atraer a los alumnos al estudio, para despertar a los dormidos y apagados, para impulsar a los trabajadores que no ven resultados a sus esfuerzos… para motivarlos a todos y acompañarlos al éxito. Y llegó don Quijote.

No quería empezar con cualquier libro, precisaba uno que marcara la diferencia. Entonces, Don Quijote de la Mancha irrumpió en mi lluvia de ideas. Tal fue la casualidad, que después caí en la cuenta de que en ese año 2015 se celebraba el 400 aniversario de la publicación de la segunda parte. Y en el año siguiente, en el 2016, se conmemoraba la muerte de su escritor, Miguel de Cervantes.

No es un propósito aislado, no es solo un trabajo exclusivo dedicado a Don Quijote, no es un estudio dentro de una materia… es una línea metodológica, es un camino llamado Don Quijote por el que van los conceptos de Lengua, Matemáticas y, por qué no, algún otro que se interpuso de buena intención.

El proyecto implica a 5º y 6º de Primaria. No obstante es inevitable que haya salpicado al resto de alumnos que asisten al aula PT y que, en muchas de sus actividades, se incluyeran a casi todos los demás, desde 1º de Primaria. La mayoría solicitaban la pertenencia al proyecto.

El trabajo en equipo es un gran protagonista en el aula, llevando a cabo muchas técnicas de trabajo cooperativo. No siempre se agrupan todos de la misma forma, sobre todo, si las edades que permanecen en el aula en esa hora concreta son muy disímiles y los niveles muy lejanos. Trabajan por competencias, centrándonos en el “para qué” aprenden algo y “de qué me va a servir”. De esta forma ven fruto a sus estudios y aprenden con un perfil más activo y curioso. En el caso de don Quijote, las competencias se consiguen también a través de labores interdisciplinares.

Hemos realizado un sinfín de actividades: en el aula, en otras dependencias del centro, con los padres de testigos o espectadores, con estudiantes Erasmus universitarios, con otros escolares… Contamos con actividades como el bingote, la chirigota, los geoplanos, escritura con pluma estilográfica, aldea con poliedros, hemos elaborado un cervantionario, han sido editores de un Cervan Times, han escrito su propio don Quijote actual, etc.

Todos trabajan con todos, todos aprenden de todos. No es una varita mágica, ellos han cultivado al mismo ritmo que yo. Para nada sabíamos el efecto tan valioso que iba a provocar. El propio proyecto nos iba sorprendiendo a todos: padres, alumnos, profesora…

Libros, material reciclado, cuadernillos de actividades, fichas elaboradas en clase, pizarra digital, tablet, ordenador, juegos de mesa… No desechamos nada, para todo hay un momento, una actividad, alguna sesión, algún alumno. Y nacieron los cervantinos…

Inventamos una moneda de canje. Iban ganándolos con el estudio en casa, con las tareas bien hechas, con los trabajos especiales de clase… Esto hizo que se esforzaran mucho más pues, no sólo obtenían el aprobado si respondían, sino que recibían recompensas directas por su labor y responsabilidad: lograban comprar privilegios, preguntas… Para todo ello, se confeccionó una “lista de precios”, donde había lugar para las ofertas y regateos.

Y llegó la evaluación. Todo es evaluable. Los trabajos individuales y en equipo, las actividades de clase, el estudio diario, el interés, la cooperación en el aula, el rendimiento y también controles y exámenes clásicos o no tan clásicos. Todo ello evaluado con técnicas heterogéneas, variadas y efectivas: portfolios, rúbricas, informes online.

Los alumnos comprueban que lo que tratan en el aula lo avistan en el exterior: lo escuchan en casa, en la televisión, en la calle y se sienten bien. Se evidencia la utilidad del aprendizaje. El proyecto de Don Quijote entre cifras y letras ha dejado huella. Ha intentado que el cole no les parezca un rollo, sino una oportunidad.

Si trabajamos con niños felices, tendremos alumnos capaces.

Inmaculada Espinosa
Colegio “Amor de Dios” de Cádiz

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