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“La tarea educativa es preparar para el desarrollo del alumno y de la vida”

El rector de la Universidad Francisco de Vitoria, Daniel Sada, cree que deberíamos ser capaces de encontrar las mejores fórmulas para poder testar, comprobar y motivar la vocación del profesor por la importancia que tiene en la sociedad.
José Mª de MoyaMartes, 29 de mayo de 2018
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Daniel Sada.

La Universidad Francisco de Vitoria (UFV) es una institución privada de enseñanza superior fundamentada en los principios de libertad de cátedra, investigación y estudio.Comenzó su andadura en el curso 1993-94 como centro adscrito a la Universidad Complutense de Madrid y, años después, consiguió la plena homologación como universidad privada de inspiración católica. Actualmente forma parte de un sistema universitario internacional que integra instituciones de formación superior en Estados Unidos, México, Europa y América del Sur. Por su propia vocación y naturaleza, la UFV promueve una formación integral a toda su comunidad universitaria.

Ciudadanos realizó una propuesta sobre el MIR educativo que fue rechazada. ¿En términos generales le parece una propuesta idónea?
A mí me parece muy esperanzador porque intenta ser una propuesta coherente, completa y que atiende de manera compleja y ambiciosa a la formación del profesorado. La propuesta intenta trascender lo que hasta ahora es la formación y el acceso a la profesión.

El MIR es un modo de filtrar y de conseguir que entren aquellos que son idóneos. ¿Cuándo sería el momento para filtrar el acceso, antes de los estudios o después para acceder ya a una plaza?
Yo creo que habría que filtrar en todos los niveles. En el proceso formativo, en el acceso a la propia profesión y luego en el proceso de ejercicio de la profesión. Deberíamos ser capaces de encontrar fórmulas donde permanentemente testar, comprobar, motivar y acompañar para que la vocación del profesor y las actitudes se mantengan y se ejerzan como se espera de un docente por la importancia que tiene.

¿Sería deseable que la nota de corte por acceso a los estudios generales de Educación fuera más elevada?
Sí, sería más deseable. Lo que pasa es que la profesión de maestro tiene que ir acompasada por un reconocimiento social.

Para que nota de corte para sea más elevada hay que sacar menos plazas, suba la demanda o que se produzca una selección natural…
Ojalá los mejores de nuestros estudiantes encuentren vocación y aspiren a servir en algo tan importante como es la Educación. Todas las profesiones son dignas y meritorias, pero hay algunas, como la de maestro, en las que todos coincidimos que son vitales para nuestro desarrollo como sociedad y para el futuro. Sin embargo, cuando se encuentran con que la sociedad no se lo reconoce y no tienen posibilidades de desarrollo, no siguen su vocación y optan por otras carreras.

El último filtro que casi todo el mundo entiende del MIR es el de la práctica docente, ¿cuánto tiempo cree que debería durar ese periodo?
Esto es difícil de definir, pero entiendo que dos años sería razonable.

¿Por qué esta profesión y no otras exigen la demostración práctica de que se es un buen maestro? ¿Por qué hay que demostrarlo?
Porque la sociedad deposita en la mano de los profesionales, en este caso de los maestros, un patrimonio, un tesoro muy grande que es la formación de las personas. Velar porque esa responsabilidad, que ponemos en sus manos, la administren bien, es algo que hay que hacer. Todos coincidimos que para la sociedad es vital.

Más allá de que haya un filtro al principio y al final, ¿considera que habría que aprovechar este debate para modificar algo de la formación del plan de estudios o de la formación de los maestros?
Hay que atender más a la formación práctica y trabajar ciertos tipos de habilidades que normalmente no están presentes y se espera que se tengan de manera natural, pero requieren de una formación. Por un lado, una cuestión que creo que es fundamental es el acompañamiento, puesto que de un maestro se espera, además de que enseñe y domine contenidos muy bien, que sea un gran acompañador. Por otro lado, de entre los que se forman para ser profesores de Secundaria en el Máster, me parece insuficiente la presencia de formación pedagógica y didáctica.

Ustedes, por ser una universidad de ideario católico, tienen una visión muy humanística de la docencia. ¿Le parece que en los últimos tiempos estamos convirtiendo la Educación en una técnica de aplicar metodologías?
En general, entendemos la formación universitaria como la preparación para un oficio. En el oficio te manejas con una serie de técnicas para más o menos dominarlo. Pero claro, la formación universitaria es mucho más que eso. Por otro lado, la vida es más que eso. Así pues, de poco sirven las técnicas si quienes están enseñando no se dan cuenta de que es inseparable la enseñanza y la disciplina. El profesor, cuando enseña disciplina, enseña vida. Y eso no se puede hacer si no están presentes las preguntas fundamentales que ayudan a hacernos las Humanidades.

¿Se puede ser un buen maestro y no tener un comportamiento correcto?
No se podría en ninguna profesión. No obstante, en la profesión de maestro la parte ejemplar es fundamental. En la vida aprendemos a base de imitar a los demás. Por lo tanto, se necesita que los profesores tengan un comportamiento correcto.

¿Es partidario de una formación específica para ser director de un centro?
Sí.

Hay una corriente de pensamiento que dice que hay que retribuir al profesorado por los resultados. ¿Es conveniente?
Soy partidario de que se haga. Reconozco la complejidad, pero creo que a la vez merece la pena correr el riesgo de equivocarse hasta encontrar algo que a todos nos deje tranquilos frente a la equidad. Hay personas que tienen una entrega, un compromiso y un desempeño real y merecen algún diferencial frente a las que no lo tienen.

¿Qué puede aportar la perspectiva del humanismo cristiano a la Educación?
Lo que pretende la Educación es desarrollar a las personas. Esta es la aportación que debemos seguir realizando, adaptada a la sociedad actual. La tarea educativa es preparar para el desarrollo del alumno y de la vida.

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