Los alumnos de altas capacidades sufren más acoso que los demás
Ante esta situación y la necesidad de proteger a este “grupo singular y de gran interés educativo”, UNIR ha presentado el primer estudio que abarca una muestra de casi todo el territorio nacional en el campo de las altas capacidades. En él se revela la prevalencia del acoso, su distribución en los diferentes roles y la relación con otras variantes psicológicas.
Un 55,1% de víctimas
En concreto, el estudio revela unos resultados de acoso escolar tradicional superiores a los obtenidos en otros con población general, con 55,1% víctimas con altas capacidades. Si a estas les sumamos la condición de víctima- agresora, la cifra asciende hasta el 83,2%.
Bajo el título Acoso y ciberacoso en estudiantes de altas capacidades: prevalencia y afectación psicológica, el proyecto ha sido realizado con la participación de 285 alumnos –175 varones y 109 mujeres– con altas capacidades y edades comprendidas entre los 9 y 18 años (122 estudiantes de Primaria, 118 de Secundaria y 39 de Bachillerato).
Además, para su elaboración se ha contado con la colaboración de 22 asociaciones de 35 provincias españolas. Cabe destacar, por su gran actividad, Apadac (Asturias) con 31 participantes, Arnac (La Rioja) con 23 y A3Cex (Extremadura) con 22.
Más ciberbullying
En cuanto al ciberbullying, “acoso más dañino que el tradicional por su carácter anónimo”, el informe concluye que un 25,1% del alumnado con altas capacidades es cibervíctima pura, un 3,9% ciberagresor-puro y un 6,6% cibervíctima-agresora. “Tras estos datos se esconden cientos de estudiantes capaces con mayores puntuaciones de depresión, estrés y ansiedad, así como peor calidad de vida”, tal y como señala el profesor del Departamento de Psicología en la Educación y Psicobiología de UNIR, Joaquín González-Cabrera, autor de este y otros estudios sobre el acoso como CiberAstur (investigación con más de 25.500 alumnos en el Principado de Asturias). El informe arroja otro dato para el análisis: casi un 25% de los alumnos con altas capacidades que ha sido víctima de acoso o ciberacoso considera que el profesorado ha propiciado de alguna manera esta situación.
Un dato que, unido a que un 33,1% de los participantes indique no tener limitación del uso de su smartphone por parte de la familia y un 95% use internet a diario, hace “necesaria una labor de vigilancia activa y proactiva, en edades sensibles, por parte de la familia, en relación con el uso del smartphone/PC”. Además de suponer “una llamada de atención para los responsables de Educación, tanto en administraciones como en centros educativos para el adecuado tratamiento de esta realidad”, indica González-Cabrera.
A este respecto, los expertos an coinciden en la necesidad de “diseñar y poner en marcha un programa de prevención e intervención específico para estos problemas”.
Dos de cada diez acosados
El acoso escolar o bullying se trata de una lacra social que, según datos de la ONU, sufren dos de cada diez personas en el mundo. Se produce en el ámbito escolar entre el alumnado para ejercer acoso psicológico entre iguales y puede incluir actuaciones de chantaje, vejaciones, insultos y agresiones físicas. Cuando entran en juego los medios telemáticos tales como redes sociales, teléfonos móviles, ordenadores o tabletas, es lo que se denomina ciberbuylling o ciberacoso.
Según el Estudio sobre seguridad y privacidad en el uso de los servicios móviles por las personas menores españolas, elaborado por Inteco y Orange, cerca del 72 por ciento de las víctimas de ciberbullying lo sufre todos los días, hecho provocado por la accesibilidad de las personas jóvenes a las nuevas tecnologías.
El pasado 2 de mayo, Día Mundial contra el Acoso Escolar, la Confederación Estatal de Asociaciones de Estudiantes (Canae) solicitó al Gobierno y a las administraciones educativas una “mayor prioridad para las políticas públicas sobre convivencia escolar, una mayor inversión en este tipo de políticas y más consenso”.