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La inteligencia emocional se puede enseñar por medio de los personajes de Disney

Según el psicólogo Paul Ekman, las emociones primarias universales son: alegría, ira, miedo, asco, sorpresa y tristeza porque van en nuestro ADN. La vida del ser humano es un constante devenir de emociones y estados de ánimo que conforman nuestra personalidad y nuestras relaciones interpersonales.
Beatriz Gámez JareñoMartes, 12 de junio de 2018
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Sin embargo, no nos educan para saber identificar ni gestionar nuestras emociones y todas ellas forman parte de nosotros y nos definen. Por eso, es importante saber que no hay emociones buenas ni malas, sino que hay que aprender a reconocerlas y a aplicarlas de una manera positiva.

Por estos motivos, SM y Disney se han unido para lanzar Disney emociones. Se trata de una nueva colección formada por seis libros en la que, como adultos, podremos fomentar el desarrollo de la inteligencia emocional en los más pequeños a través de algunos de los personajes más conocidos de Disney. Por medio de estos cuentos, los niños descubrirán y trabajarán con cada personaje una emoción diferente. Así, aprenderán a reconocer y expresar sus emociones y estados de ánimo en un futuro.

El pasado 6 de junio tuvo lugar, en las oficinas de Disney en Madrid, la presentación de esta colección de cuentos que une, por un lado, el mundo de fantasía de Disney y, por otro, los valores educativos de la editorial SM. En el acto intervinieron: el director general de Disney, Gonzalo Sanmartín; el gerente editorial de SM, Gabriel Brandariz, y la psicóloga y experta en Educación emocional, Begoña Ibarrola.

La unión entre SM y Disney ha conformado una visión conjunta, puesto que unos de los objetivos comunes eran plantear soluciones educativas que llegasen a niños y jóvenes. “Lo que nos motiva es que nuestros libros trasciendan y permanezcan en el tiempo; además de buscar soluciones para el aula y para los alumnos”, explicó Brandariz. Estos libros pretenden ser una herramienta para los educadores y para las familias y a la vez que sean atractivos para los niños. El gerente de SM añadió: “Estos libros son también para esos padres que tenemos esa carencia en Educación emocional”.

Los cuentos están estructurados de la siguiente manera: presentación del personaje, de la emoción y del conflicto, y resolución del conflicto. Sanmartín explicó que los personajes escogidos “no son estereotipos de esa emoción en concreto, son personajes que pasan por determinadas emociones y evolucionan”. Por lo tanto, Disney y SM han elegido personajes que no estuvieran encorsetados en una sola emoción, ya que los seres humanos somos un torbellino de las mismas.

Las emociones siempre surgen por algo y luego hay que aprender a expresar el porqué. “Para educar las emociones debemos enseñar a los niños a identificarlas y a ponerles nombre, conocer qué detonante o estímulo las ha provocado y después a expresarlas de forma adecuada”, comentó Ibarrola. Los niños tienen que aprender a no reprimir sus emociones y a controlarlas. Por eso “hay que ofrecerles estrategias diferentes y adecuadas a su edad y desarrollo”, apuntó la psicóloga.

Estos cuentos funcionan como un entrenador emocional, ya que “permiten identificar y vivir las emociones de los personajes, casi en primera persona, pero con una distancia de seguridad, y ensanchar el mundo de experiencias del lector a través de las múltiples experiencias de los personajes”, matizó Ibarrola, quien también insistió en que es muy importante legitimar las emociones.

Disney emociones trabaja la inteligencia emocional

– En cada libro de Disney emociones se trabaja una emoción diferente que el niño puede relacionar con su mundo interior. Por ejemplo, con Olaf –Frozen– disfrutarán de la alegría, con Dory –Buscando a Nemo– aprenderán a afrontar el miedo, con Mike Wazowski –Monstruos S.A.– entenderán cómo gestionar un enfado, con Woody –Toy Story– sabrán qué son los celos, con Judy –Zootrópolis–descubrirán cómo gestionar la frustración, y, con Mickey Mouse, verán el optimismo.

– Los cuentos deben leerse de forma comentada, pausada y conjunta para que los niños expresen lo que sienten. Los dibujos, que pertenecen a los fotogramas de las películas, sirven para entender la comunicación no verbal intrínseca en las emociones. Al final de cada cuento se incluye un texto de Begoña Ibarrola en el que, en primer lugar, se explica en qué consiste esa emoción. Después, cómo se manifiesta y cómo la pueden expresar los niños. Por último, se introducen una serie de consejos y estrategias.

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