Ana Ballester, 14 sobre 14 en la EBAU: "Siempre quiero dar lo mejor de mí"
Ballester es una de las dos chicas –la otra es extremeña– que han logrado este año esa puntuación tan alta en una prueba a la que fue «muy relajada, confiada y motivada», porque no tenía ninguna presión de la nota para acceder a Ingeniería Industrial. «La actitud es superimportante», indica esta alumna del colegio concertado Gran Asociación de Valencia, donde estudia desde los 3 años y todos se sienten «como una familia».
Es un centro «pequeño, donde nos conocemos todos, y el trato con los profesores es muy cercano y preparan muy bien para el selectivo. Son muy duros durante el curso, pero, después de todo lo que has trabajado, el selectivo me pareció como un repaso», confiesa.
Fue una amiga quien le dijo la nota de la EBAU porque media hora antes de que las calificaciones se hicieran públicas se le acabó la batería del móvil en medio de una cala mallorquina. «Fue todo muy rápido y no me dio tiempo a asimilar; al conocer la nota llamé enseguida a mi padre», señala Ana, que añade que aún no se lo acaba de creer.
Afirma que se toma el estudio «como un reto». «Quiero dar lo mejor de mí; soy exigente pero no me considero una persona empollona porque creo que hay tiempo para todo», revela para explicar que se organiza «bastante bien» y tiene «facilidad» de que le entren bien las materias. El secreto, señala, «es llevarlo todo al día y atender mucho en clase, porque, cuando llegas a casa, tienes la mitad del trabajo hecho y es repasarlo un poco más y ya está», y destaca que siempre lleva «los deberes y los trabajos al día. Es otra forma de estudiar y no te encuentras el día de antes con todos los temas».
¿Y por qué Ingeniería Industrial? «Es muy amplia», ofrece «muchas salidas a la hora de trabajar» y las personas que la estudian «suelen ocupar cargos importantes, y me gusta el tema de dirigir empresas y ser emprendedora», contesta. Además, asegura que dentro de la Ingeniería Industrial tiene especial preferencia por las energías renovables y añade: «Como no tengo ninguna vocación específica, como Ingeniería Aeroespacial o Telecomunicaciones, Ingeniería Industrial para mí es la mejor opción».
Ana Ballester se define como una persona que no puede «estar quieta» y a quien le gustan deportes como el tenis y el fútbol y acude a un polideportivo a practicar GAP (ejercicios de glúteos, abdominales y piernas), porque considera que hacer ejercicio «es muy necesario, ayuda a despejarse y a que las materias entren mejor». También le gusta salir con sus amigos, ver películas o escuchar música e indica que es «la típica persona» que, si tiene tiempo libre, le gusta estar fuera de casa. «Todo es cuestión de organizarse bien el tiempo», proclama.
Su padre, Francisco Ballester, asegura que están «desde hace años» muy orgullosos tanto de Ana como de su hermana Gemma, un año menor, y de su hermano Francisco, de 13 años. «Tenemos la suerte de tener unos hijos fantásticos a nivel humano y académico». Ballester explica que Ana «siempre ha sacado todas las notas perfectas y es premio extraordinario de Primaria y Secundaria y Matricula de Honor en Bachiller».
«De casta le viene al galgo», asegura este profesor de Ingeniería de Telecomunicaciones en la Universitat Politècnica de València, quien explica que desde muy pequeña ha acudido a la guardería y la escuela de verano de la UPV y, además, es una «ingeniera de libro por su forma de ser y su perfil directivo». A su juicio, Ana es «hiperequilibrada, brillante y muy trabajadora. Se organiza muy bien el tiempo, da clases particulares, hace deporte y sale con los amigos, no es una niña rata de biblioteca», así como «sociable, humilde y muy discreta».