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Diez prácticas educativas basadas en la evidencia

Marta FerreroJueves, 5 de julio de 2018
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A continuación se presenta un breve resumen de 10 prácticas educativas basadas en la evidencia científica. Fueron reunidas en el año 2010 por el experto en educación Barak Rosenshine e incluidas en una serie más amplia impulsada por la Academia Internacional de Educación sobre los métodos de enseñanza más eficaces. El objetivo principal de esta institución es proporcionar resúmenes de investigaciones sobre temas educativos de interés internacional.

1.HAZ REVISIONES A DIARIO

Comienza cada sesión con un pequeño repaso. Esto reforzará los aprendizajes adquiridos en las jornadas anteriores y permitirá que los estudiantes los recuerden y accedan a ellos con facilidad a la hora de comprender algo o resolver un problema. Si quieres leer más sobre esta práctica, entra aquí.

2. PRESENTA LOS CONTENIDOS NUEVOS PASO A PASO

En cada sesión, presenta únicamente una pequeña parte del nuevo contenido y ayuda al alumno mientras practica con ella de forma autónoma.

Por ejemplo, si quieres que tus estudiantes aprendan a resumir un párrafo, divide esta tarea en tres subtareas: identificar el tópico, identificar la idea principal e identificar las ideas secundarias. A continuación, explica a los estudiantes en qué consiste la primera subtarea, ejerce de modelo (piensa en voz alta) sobre cómo hacerla y pídeles después que practiquen ellos mismos con párrafos nuevos. Sólo avanza hacia la siguiente subtarea cuando la anterior ya esté dominada.

3. HAZ PREGUNTAS

Haz preguntas abundantes y variadas. Las preguntas ayudan a los estudiantes a utilizar los aprendizajes recién adquiridos y a conectarlos con sus conocimientos previos. A su vez, esta práctica te ayuda a ti, como profesor, a reunir información sobre qué no les ha quedado claro a los alumnos. Por último, formular preguntas también es útil para conocer cómo llegaron los estudiantes a una conclusión determinada o qué proceso usaron para resolver un dilema.

4. MODELA Y APORTA EJEMPLOS

El modelado consiste en hacer una tarea ante los estudiantes mientras, como profesor, razonas cada paso en voz alta. Este modelado puede ir acompañado de pistas. En estos casos, tras ejercer de modelo, pide a los estudiantes que usen las pistas de forma independiente en un material nuevo mientras les das toda la ayuda que necesitan. Ante la redacción de una noticia, por ejemplo, estas pistas consistirían en responder a las preguntas: ¿quién?, ¿dónde?, ¿por qué? y ¿cómo?

Presenta a los estudiantes ejemplos abundantes y variados para que adquieran mejor los nuevos aprendizajes. Resulta también muy eficaz dejar a disposición de los alumnos ejemplos que has resuelto paso a paso previamente a través del modelado para que ellos los puedan analizar y emplear como modelo al enfrentarse a problemas similares en un futuro.

Puedes usar estas dos estrategias en materias diversas como matemáticas, expresión escrita, ciencias o comprensión de textos.

5. GUÍA LA PRÁCTICA DE LOS ESTUDIANTES

Cuando el objetivo es que un aprendizaje perdure en el tiempo, es necesario que brindes al alumno la posibilidad de practicar una y otra vez, de sintetizar, de elaborar, de reformular lo aprendido.

Para optimizar esta práctica, puedes aplicar diversas estrategias como: hacer preguntas, dar explicaciones abundantes y ejemplos variados, comprobar que el alumno está entendiendo lo que está practicando, corregir errores y modelar. Además, puedes pedir al alumno que resuma los puntos principales o que repita los pasos que ha aprendido para completar una tarea. Si quieres leer más sobre la enseñanza guiada o directa, entra aquí.

6. COMPRUEBA QUE TUS ALUMNOS ESTÁN APRENDIENDO

Es importante que verifiques que todos tus alumnos están aprendiendo lo que les estás enseñando. La evaluación favorece que la nueva información pase a la memoria a largo plazo ya que obliga al alumno a elaborarla más. A ti, como profesor, la evaluación te permite verificar si los alumnos están asimilando conceptos equivocados y comprobar si es necesario volver a incidir sobre algunas partes de la materia.

Existen múltiples estrategias que puedes usar para evaluar el aprendizaje de los alumnos. Entre otras, pedirles que: resuman una parte de la presentación que acabas de hacer, valoren si están o no de acuerdo con lo que acaba de decir un compañero, piensen en alto mientras resuelven un problema, defiendan su posición sobre un tema ante los demás o respondan a preguntas sobre la materia abordada.

7. PERSIGUE UN ÍNDICE DE ÉXITO ALTO

Es importante que los estudiantes alcancen niveles de éxito altos tanto durante la instrucción como durante las actividades prácticas. De otra forma, estaremos haciendo que los estudiantes practiquen y aprendan errores.

Durante el aprendizaje, es normal que los alumnos cometan errores ya que es su forma de aproximarse a conceptos nuevos de los que apenas tienen conocimientos previos y de formar una elaboración mental propia. Para evitar que el alumno reincida y aprenda estos errores, conviene que la práctica siempre sea guiada y supervisada, que el material se presente poco a poco y que se compruebe con frecuencia que efectivamente el alumno está comprendiendo lo que le estamos enseñando.

8. OFRECE AL ALUMNO APOYOS INTERMEDIOS ANTE TAREAS COMPLEJAS

Ante un tarea muy compleja, es importante que des al alumno apoyos intermedios y que los vayas eliminando a medida que éste se vuelve más competente. En inglés, a esta estrategia se la llama scaffolding (andamiaje) y hace referencia a los soportes puntuales que son necesarios para alcanzar un objetivo.

Como profesor, puedes dar estos apoyos intermedios haciendo modelado de los pasos a seguir ante una tarea, pensando en voz alta mientras resuelves un problema o elaborando tarjetas a modo de pista para que los estudiantes las utilicen como modelo al enfrentarse a una tarea compleja nueva.

Ante este tipo de tareas, es recomendable que te adelantes a los errores más frecuentes e informes a los alumnos de los mismos antes de comenzar a trabajar.

9. RESERVA TIEMPO PARA QUE LOS ALUMNO PRACTIQUEN DE FORMA INDEPENDIENTE

La práctica independiente es importante porque para lograr que una habilidad se vuelva fluida y automática hace falta que los alumnos dediquen mucho tiempo a practicarla. Cuando un alumno logra cierta mecanización, puede dedicar más tiempo a comprender lo que tiene delante y a aplicar lo que sabe. Por ejemplo, cuando un alumno es capaz de leer de forma automática y sin errores, puede dedicar todos sus recursos a comprender lo que está leyendo (por ejemplo, una receta de cocina) y a utilizarlo si es el caso. La necesidad de alcanzar esta fluidez se aplica a hechos, conceptos, operaciones, etc.

El material requerido para esta práctica independiente deber ser el mismo que el usado durante la práctica guiada, tanto en el tipo de tarea como en su complejidad. Antes de pedir a los alumnos que trabajen de forma independiente, a veces es conveniente practicar con el grupo clase algunos ejemplos similares.

10. HAZ REVISIONES SEMANALES Y MENSUALES

Cuanto más repetimos y revisamos información nueva, más sólido se vuelve el nuevo conocimiento, más conexiones creamos entre éste y nuestros conocimientos previos y, como consecuencia, más fácil es acceder a él cuando nos hace falta. Éste es precisamente uno de los principales objetivos de la educación: ayudar a los estudiantes a desarrollar un conocimiento amplio y bien conectado.

Una forma de realizar revisiones periódicas en el aula es repasar todos los lunes lo aprendido durante la semana anterior y repasar el último lunes de cada mes lo aprendido durante el mes anterior. Estas revisiones pueden incluir un cuestionario que te permita, por una lado, determinar si los alumnos están aprendiendo; y, por otros, conocer qué partes de la materia requieren que les dediques más tiempo.

Referencias:

Rosenshine, B. (2012). Principles of instruction. Research-based strategies that all teachers should know. American Educator, 36, 12-19, 39.

 

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