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Los editores declaran la guerra a las plataformas de recursos abiertos

El sector del libro denuncia que las administraciones "están liberando a los profesores de la atención a sus alumnos para convertirlos en pseudoeditores”.
Adrián ArcosMartes, 11 de septiembre de 2018
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Este año la facturación de libros de texto caerá un 10% respecto al curso anterior. Entre los motivos se encuentra la no renovación de los libros de 1º, 3º y 5º de Primaria por parte de las comunidades autónomas, a pesar de que la Lomce establece una vigencia de cuatro años en los textos que justo acababa el curso pasado. Así lo denuncia la Asociación Nacional de Editores de Libros Educativos (Anele) en su nuevo informe El libro educativo en España. Curso 2018-19, que presentó la semana pasada. Otro de los motivos que denuncia esta asociación es la “competencia desleal”que generan algunos gobiernos autonómicos al fomentar la creación de plataformas de recursos y contenidos por parte de los docentes, y que acaban reemplazando a los libros de texto en los centros educativos.

Pero ¿realmente estas plataformas están perjudicando las ventas de libros de texto? La Anele pone como ejemplo el último caso procedente de Canarias, donde la consejera de Educación presentó a mediados de julio la segunda fase del llamado proyecto Brújula, para el que se han destinado más de tres millones de euros. El objetivo del programa es “la producción de programaciones didácticas y situaciones de aprendizaje en los diversos niveles educativos en los que se incluyen metodologías innovadoras y el uso educativo de las TIC”. Para la Anele, esto es un “eufemismo para no decir claramente que el objetivo real del proyecto es la creación de materiales curriculares en soporte digital”.

“Una vez más una comunidad que actúa por su cuenta, sin coordinarse con nadie, en un terreno tan versátil como es el de la tecnología digital y su aplicación a la Educación, ignorando los proyectos ya editados, los enormes recursos disponibles, y con un coste mucho mayor”, aseguran los editores. De la misma forma, denuncian la creación de otras plataformas como el proyecto CREA de Extremadura, E-Dixgal en Galicia o incluso a nivel nacional con EDIA, del Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (Intef).

Precisamente, contra esta última plataforma, Anele presentó un recurso contencioso-administrativo que acabó con una sentencia a favor de los editores en marzo del año pasado, y en la que se reconocía que el Intef no podía utilizar el tiempo de profesores funcionarios para crear contenido dirigido a terceros y percibir una retribución por ello. Desde el Intef se habían destinado cuatro millones de euros para pagar a los profesores que subieran contenido a EDIA.

Durante el litigio, el Intef se acogió a la propia Lomce cuando habla de que “el Ministerio de Educación promoverá el préstamo gratuito de libros de texto y otros materiales curriculares para la Educación básica en los centros sostenidos con fondos públicos, en el seno de la Conferencia Sectorial de Educación”.

De hecho, también se produjo una sentencia contraria a los argumentos de la Anele y a favor de estas plataformas de recursos abiertos. Fue en Galicia, cuando el sector de libro recurrió ante los tribunales el proyecto E-Dixgal para paralizarlo usando el argumento de vulneración de la competencia y la libertad de cátedra, pero perdió. Desde la Xunta indican que “sus razonamientos no fueron estimados ya que el sistema educativo no está para dar soporte a una actividad empresarial, sino para prestar un servicio público”.

En primer lugar, la sentencia del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia 00519/2016 desestimó el recurso de Anele por reconocer la plena competencia de la Xunta para desa-rrollar el proyecto de Educación digital y la correlación con lo establecido en el artículo 111 bis de la LOE (redacción Lomce) relativo a la necesidad de mejorar los sistemas de Educación para la sociedad del conocimiento y garantizar el acceso de todos a las TIC.

Además, desestimó que se infringiera la Ley de Defensa de la Competencia por facilitar materiales gratuitos, por ser además de voluntaria elección de los centros participar en el programa y sin imponer los materiales. Por último, el tribunal rechazó que se vulnerara la autonomía pedagógica de los centros, ya que la incorporación es de libre elección de los centros y los departamentos.

Desde la Xunta manifiestan que “el libro no es un fin, sino una herramienta más. Una Educación del siglo XXI exige unas herramientas apropiadas para el reto de la Educación digital”. En este sentido, recuerdan que “el proyecto E-Dixgal es una apuesta por dotar al sistema de las herramientas, mediante materiales y plataformas educativas, que permitan al profesorado hacer frente al reto de dotar al alumnado de las competencias clave para el siglo XXI, entre ellas la competencia digital, pero también otras como el trabajo en equipo, la creatividad o el pensamiento crítico”.

E-Dixgal proporciona contenidos gratuitos, en unos casos libremente elegidos por los centros; otros proporcionados por la Consellería en base a criterios de concurrencia competitiva entre proveedores; y otros que los docentes pueden agregar en base a sus capacidades y libertad de cátedra. Actualmente, el proyecto llega a 267 centros de Primaria y Secundaria y a más de 18.000 alumnos.

Un proyecto integral
Según la Xunta, “Galicia trata de ser integral al incidir con coherencia sobre las familias (seguimiento del proyecto, implicación y participación, con soporte técnico y mediante escuelas de padres y madres), los centros (dotaciones de infraestructura, equipamiento y planes de formación ad hoc), el profesorado (dotación de variedad de materiales, herramientas de creación y formación específica) y alumnado (equipamientos y entornos virtuales individualizados)”.

La Anele, por su parte, considera que “las administraciones están liberando a los profesores de la atención a sus alumnos para convertirlos en pseudoeditores”. “Crear un material único supone fomentar un pensamiento único”, denuncia la asociación, y además advierte sobre los “malos materiales que se crean, llegando incluso a plagiar libros de texto” y del “despilfarro de dinero público” hacia este tipo de recursos.

 

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