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La quimera de la autonomía escolar

José Mª de Moya
Director de Magisterio
9 de octubre de 2018
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Una de la cuestiones sobre la que hay un gran acuerdo en materia educativa es la importancia de dotar de mayor autonomía a los centros. Aparece en el preámbulo de la Lomce, lo ha destacado la ministra en sus últimas intervenciones, hay abundante evidencia empírica que demuestra las ventajas de que los centros puedan organizarse a su modo… Disponer de autonomía de gestión debe ser tan bueno que los centros privados la quieren para ellos solos. Por eso, como han visto que también los públicos y los concertados quieren autonomía, se han inventado que ellos tienen derecho a una “autonomía diferenciada”, que no está muy claro lo que es pero suena a mogollón de autonomía.

En todo caso, la realidad es que la autonomía no pasa de ser un brindis al sol, una hermosa declaración de principios que rara vez salta del preámbulo al articulado de las leyes y mucho menos a los decretos y órdenes, que es donde nos la jugamos. Hablar de autonomía siempre queda bien y levanta aplausos, pero ofrecerla exige un esfuerzo de confianza que desgraciadamente escasea. Como esos padres proteccionistas, nuestros queridos gobernantes –aquí observo pocas diferencias entre partidos– adolecen de un paternalismo sonrojante. Algo tiene la gestión de la Educación, a diferencia de otros sectores, que todo cargo público se empeña en que colegios y familias enseñen y eduquen como ellos educan a sus hijos o como les gustaría hacerlo. La educación es proselitista per se, porque dice mucho de cómo somos y de cómo nos gustaría que fuera el mundo. ¿Recuerdan aquella propuesta para regular por ley los deberes escolares? Válgame Dios. ¿Por qué no también el curso en el que hay que pasar del lápiz al boli?

Pero hay excepciones. Ante el controvertido asunto del adelanto de los exámenes de setiembre a junio, Castilla-La Mancha va a dar libertad a los centros para que hagan lo que les de la gana y decidan en función de su proyecto educativo, de la tipología de su alumnado o de lo que consideren. Seguro que la comunidad escolar de cada centro manchego –familias, profesores y alumnos– es lo suficientemente madura como para decidir qué es lo que más les conviene. Basar la gestión en el control absoluto tal vez te permita dormir mejor pero también te restará dinamismo.

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