fbpx

Mentir es fácil si sabes cómo

Martes, 23 de octubre de 2018
0

«Con una mentira suele irse muy lejos, pero sin esperanzas de volver»
Proverbio Judío

Se suele decir que “los locos, los borrachos y los niños dicen siempre la verdad”. Quizá algún día sea posible demostrar que la demencia o el alcohol provocan intolerancia a la mentira, pero a los padres y profesores no nos la cuelan: los niños mienten como bellacos.

La frase: “Yo no he sido”, repetida una y otra vez por Bart Simpson en uno de los capítulos de la aclamada serie animada, y tan utilizada por nuestros alumnos cuando un balón rompe una ventana… O la ya clásica voracidad del perro que siempre se come los deberes una vez hechos (deben saber a pollo)… son situaciones comunes en todos los colegios del mundo.

En realidad, existen evidencias científicas que explican las mentiras de los seres humanos a tan tempranas edades. Tal y como indica el investigador Kang Lee, la mentira es una reacción que entra dentro de un proceso natural iniciado en la niñez. Forma parte del de­sarrollo emocional de los niños.

Hasta los 5-6 años no son verdaderamente conscientes de la consecuencia de la mentira. Ni siquiera tienen la capacidad de entender la disonancia entre verdad y mentira, ya que mienten, sobre todo, por imitación al adulto. No es hasta los 11-12 años cuando comienzan a comprender realmente el uso de la mentira y la emplean a discreción con una mayor capacidad reflexiva sobre su significado y las consecuencias de haberla usado.

La honestidad es, por tanto, una de las virtudes imprescindibles que debe ser educada desde el principio por maestros, padres y educadores. ¿Y cómo se enseña una virtud tan personal e inherente a la propia persona? Se me ocurren tres pistas que podrían servir para educar en la verdad:

-El efecto espejo. Si tu hijo está delante cuando le estás contando a tu suegra que no puedes ir este fin de semana a su casa a la comida familiar porque tienes un viaje de trabajo, y tu hijo sabe que no es verdad, interiorizará ese tipo de conductas como algo natural, incluso beneficioso. El niño imita la conducta de sus principales modelos: si la gente a la que quiere y admira miente, lo más probable es que el niño también lo haga.

-Verdad 2.0. En una sociedad tecnológica en la que da la sensación de que si no publicas y opinas, prácticamente no existes. Parece que es posible decir cualquier cosa en las redes sociales, blogs o canales audiovisuales. No es raro que estén tan en boga las llamadas fake news, cuyo objetivo directo es la desinformación o difundir noticias falsas de forma deliberada. Nuestros hijos y alumnos participan y manejan este universo tecnológico y deben ser conscientes de que lo que sucede en lo virtual tiene una repercusión igual o incluso mayor en la realidad. Debemos acompañarles en este proceso, interesándonos por lo que publican y comentando con ellos lo que producen sus iguales y sus modelos.

-El alfarero. En un corto animado dirigido por Josh Burton llamado The potter (El alfarero), una criatura enseña a un chico a dar vida a un pedazo de arcilla. Se trata de una preciosa imagen de lo que padres y educadores podemos ser capaces de alcanzar si dirigimos nuestros esfuerzos a indicar a los niños que, en el momento en el que tengan dos opciones, elijan siempre el camino de la honestidad, porque aunque pueda ser más duro o largo, es el que les va a llevar a la meta pretendida. Los atajos a veces no son buenos.

La mentira es compleja y difícil de trabajar si es persistente. ¿Acaso es fácil recuperar la confianza de alguien en quien confiábamos plenamente y nos ha traicionado? Es tan difícil como encontrar a una persona totalmente honesta. Se cuenta que Diógenes caminaba de día por las calles con una lámpara encendida, y cuando le preguntaban por qué, contestaba que buscaba un hombre honesto. Murió sin haber dado con él.

Pero más allá del mito, es crucial hablar de lo perjudicial que es dejar de lado la verdad y lo complicado que es recuperar una confianza perdida. Si hiciéramos una macro encuesta sobre los valores que considera la gente más importantes en una persona cercana: amigo, pareja o familiar, o incluso en el lugar de trabajo, sin duda encontraríamos en lo más alto a la honestidad, la integridad o la coherencia. Hay que enseñar que, aunque a menudo a corto plazo parezca lo contrario, trae cuenta manejarse en la verdad.

Jorge Burgueño es maestro y bloguero
@jorgeburgue

0