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Mar Romera: "La escuela debe cerrar para empezar de nuevo"

"La escuela de hoy debe cerrar para empezar de nuevo porque llevamos más de tres décadas sumando asignaturas", según la maestra y psicopedagoga Mar Romera, que cree que esta sobrecarga de materias influye en el estrés, la falta de atención, los conflictos o los abusos que sufren los menores.
RedacciónMiércoles, 30 de enero de 2019
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Lo explica en el libro La escuela que quiero (Destino) en el que Romera reivindica un espacio que sea «de todos, que mire con ojos de niño y que escuche». En una entrevista con Efe, Romera asegura que «hay que desaprender para evolucionar», aunque reclama que se mantengan las cosas bien hechas, como «el respeto por los orígenes». Por ello, considera «indispensable» mantener a los clásicos o el conocimiento de la historia, pero rechaza que «sigamos sumando a lo de siempre lo nuevo: robótica, primera lengua extrajera, segunda lengua, informática etc».

Al recordar su primera infancia en un cortijo de Granada, la pedagoga relata cómo recorría andando los dos kilómetros que lo separaban de una escuela rural, que a los 5 años cambió por un colegio en la capital al que llegó sabiendo leer, escribir y dividir con decimales.

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Rechazo que sigamos sumando a lo de siempre lo nuevo: robótica, primera lengua extranjera, segunda lengua, informática etc

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«Nadie me calificaba, por lo que no tenía ninguna presión», asegura Romera, que revela como «aprendía lo que enseñaban a los grandes, sin que nadie pensara que no podía hacerlo». Por ello, critica que se considere a los niños «deficientes» en vez de personas y que se compense esa deficiencia con sobreestímulos, sobreprotección y sobrerregalos para «inutilizarlos».

Asegura que es imprescindible poner límites a los menores para que «aprendan a romperlos con prudencia» e insiste en que hay que darles confianza. Aunque reconoce los beneficios de las nuevas tecnologías, opina que en la primera infancia «fastidian los circuitos de recompensa, la maduración del área prefrontal y de las funciones ejecutivas». Eso se debe a que aportan una «recompensa inmediata», que genera adicción, y a que su uso no supone esfuerzo y «si no me está saliendo bien el juego cambio a otro», lo que contribuye a una baja tolerancia a la frustración y al fracaso.

Critica que se considere a los niños deficientes en vez de personas y que se compense esa deficiencia con sobreestímulos, sobreprotección y sobrerregalos para inutilizarlos

Además de las calificaciones y las evaluaciones, el otro caballo de batalla de Romera son las asignaturas y «las repeticiones hasta la saciedad». Insiste en la importancia del «cariño» y de «personalizar» la enseñanza, pero advierte de que eso no significa «bajar el nivel sino cambiar el concepto». Por eso, defiende un profesorado y un alumnado que lea y enfatiza que los niños «nos aprenden a nosotros» por lo que critica que haya maestros con faltas de ortografía o que no sepan redactar, ya que insiste en que «son el referente y el modelo de los alumnos».

A pesar de sus críticas, Romera ve el futuro con optimismo porque «están volviendo los movimientos de renovación pedagogica», como sucedió en los 80, y destaca que estos están surgiendo «desde abajo» con «un montón de profesorado implicado». Sin embargo, desconfía de los políticos y comenta que la nueva Ley de Educación que ha presentado la ministra Isabel Celaá «tiene cosas buenas», pero critica la «prisa» con que se redacta.

Además de las calificaciones y las evaluaciones, el otro caballo de batalla de Romera son las asignaturas y las repeticiones hasta la saciedad

La pedagoga cuestiona que se pueda alcanzar un Pacto de Educación mientras los sindicatos «estén como están» y la escuela concertada, la Iglesia y el mundo editorial, entre otros, peleen por «quedarse con la parte más grande del pastel a nivel laboral» sin acordarse de los niños. No le gusta tampoco el sistema «retrógrado» de oposiciones de docentes, con un temario de 1990 que prima la memoria y advierte  que «trabajar con niños y niñas es lo más preciado, lo más delicado y lo de mayor responsabilidad del planeta tierra».

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