Mentalidad de crecimiento
Growth Mindset, o mentalidad de crecimiento en español, suena a priori como otro palabro educativo, otra “receta mágica” para la Educación. A día de hoy, nos cruzamos con muchas ideas y productos revolucionarios que supuestamente nos garantizan el éxito en nuestras aulas. Lo que encuentro interesante en este trabajo de Carol Dweck (Mindset, 2006) es que precisamente nos habla de lo que puede significar el éxito y una mentalidad con la que podemos afrontarlo. Con una mentalidad de crecimiento uno entiende que el camino hacia el éxito es largo y con muchos imprevistos.
Antes de seguir leyendo te voy a hacer algunas preguntas que me gustaría que contestaras:
- ¿Crees que hay personas que por naturaleza son creativas y otras que no los son, ni lo serán?
- ¿Crees que la inteligencia es algo que se puede aumentar a pesar de quienes seamos?
- ¿Crees que para las personas que logran el éxito es debido a su talento?
Con preguntas de este estilo, Dweck analiza la mentalidad que las personas tienen acerca de las capacidades humanas. Sostiene que podemos tener o bien una mentalidad fija o una mentalidad de crecimiento ante diferentes aspectos de la vida. Las personas con mentalidad fija creen que nuestras capacidades como la creatividad, la inteligencia, las habilidades deportivas, etc. son las que son y que no podemos hacer nada para mejorarlas. Sin embargo, hay personas que tienen una mentalidad de crecimiento que creen que cualquiera puede aprender y mejorar sus capacidades independientemente de quienes seamos y cómo somos.
Nos olvidamos de que a otros les puede costar mucho esfuerzo aprender algo que a nosotros nos resulta más accesible
"La última pregunta señala que hay personas que piensan que es el talento el que determina el éxito, y que el esfuerzo es únicamente para los que no tienen ese talento inicial. Si has contestado “no” a la primera es que tienes una mentalidad de crecimiento en cuanto a la creatividad. Si has contestado que “sí” a la segunda es que cuando contemplas la inteligencia lo haces también con una mentalidad de crecimiento.
Dweck señala que, en general, las personas podemos tener diferentes mentalidades ante diferentes capacidades. Es decir, uno puede pensar que todos tenemos la capacidad de desarrollar nuestras capacidades artísticas pero que aprender a desenvolverse en el mundo tecnológico esté fuera de nuestro alcance. Yo personalmente atribuyo esto a las motivaciones intrínsecas de cada uno.
Creo que solemos pensar que tanto nosotros mismos como cualquier otro puede aprender cosas que de por sí nos interesan. Nos olvidamos de que a otros les puede costar mucho esfuerzo aprender algo que a nosotros nos resulta más accesible, simplemente porque no comparten nuestro interés. Esto es significativo porque añade perspectiva al proceso de aprendizaje. Y debemos recordar que nuestros cerebros están programados para eso, para aprender durante toda la vida, independiente de la edad que tengamos.
Dweck en su trabajo habla del “poder de todavía”, señalando que todos tenemos la capacidad de ser la mejor versión de nosotros mismos en cualquier aspecto de la vida. No es que una persona pinte mal, sino que en un momento dado todavía no pinta de la manera que le gustaría pintar. Este es un mensaje tremendamente poderoso que todo profesor podría trasladar a sus alumnos.
Nos puede ayudar a erradicar las famosas etiquetas en las aulas y ver a los alumnos capaces de lograr cualquier cosa. Esto está estrechamente ligado a la “plasticidad cerebral” de la que hablamos en el pasado artículo (¿Neuroqué?). Y resulta que esta plasticidad, esta predisposición del cerebro de modificar y ampliar sus redes neuronales, es mayor cuando somos más jóvenes.
Me encanta esta idea de la mejor versión de uno mismo, porque se vuelve a enlazar con lo que puede ser el éxito. Como muchas cosas en la vida, lo que es el éxito está abierto a interpretación de cada uno. Para mí, el éxito es lograr los objetivos que uno se plantea. Siguiendo con la idea de la mejor versión de uno mismo, en verdad nunca sabremos cómo es esa versión. Nunca podemos saber hasta dónde podemos llegar.
Dweck nos presenta casos como el de Rafa Nadal, en los que no empezaba su carrera pensado que fuera el “rey del barro” y que tuviera 11 victorias en Roland Garros, sino que empezó con la meta de ganar una. Y una vez conseguido ese campeonato, ese éxito, se planteó nuevos objetivos que perseguir emprendiendo de nuevo ese camino a su mejor versión. Vemos que el camino es largo y que ese “éxito” está en constante cambio en un proceso interminable de conseguir nuestros objetivos.
Lograr el éxito no depende tanto de dónde partimos sino que requiere de mucho esfuerzo constante en el tiempo
"Te puede parecer que me esté adentrando en el mundo de Mr. Wonderful. Ese mundo en el que todo es posible siempre cuando uno cree en sí mismo y que solo necesitamos fe para lograr el éxito. Quizás la aportación más importante de esta mentalidad de crecimiento es que la actitud es solo el comienzo. Adoptar esta mentalidad para afrontar los retos nos ayuda a automotivarnos y ser perseverantes en momentos difíciles.
Y podemos estar seguros de que las cosas se nos pondrán complicadas en muchos momentos. Lograr el éxito no depende tanto de dónde partimos (aunque obviamente influye, es una gran variable contextual) sino que requiere de mucho esfuerzo constante en el tiempo con determinación, perseverancia y fuerza de voluntad.
No puedo acabar el artículo sin alguna idea de cómo trabajar todo esto con los alumnos. Dweck encontró con sus experimentos que hay que enseñar a los alumnos acerca del cerebro, en concreto la plasticidad neuronal, y que tengan una noción básica a nivel biológico de que siempre podemos aprender algo nuevo.
Se pueden encontrar muchos recursos en internet, incluso los míos si buscáis bien, que orientan este proceso de acercar el alumnado al funcionamiento del cerebro. Si te animas y buscas cosas, no te caigas en una mentalidad fija comparando lo que hacen otros con lo que tú mismo haces. Adopta una mentalidad de crecimiento con la que podrás encontrar tu mejor versión de cómo trabajar esto en el aula. Este será el enfoque para la siguiente publicación en la hablaré de “innovación relativa”.
Podemos lograr ese éxito que buscamos, solo que tendremos que agacharnos y volver a agacharnos, una y otra vez
"Me gustaría acabar haciendo referencia a un gran libro que tiene una metáfora estupenda para todo esto. El título del libro ¡Agáchate y vuélvete a agachar! Malabares para todos (Donald B Lehn, Ed. Frakson, Madrid, 1991) resume la mentalidad de crecimiento perfectamente. Haciendo malabares se nos caen los objetos una y otra vez. Al caerse debemos agacharnos, literalmente, para recoger el objeto y seguir lanzando.
Nos agachamos las veces necesarias hasta que no se nos caigan. Llegados a este punto, empezamos a probar un truco nuevo con el que, de nuevo, los objetos se nos caen otra vez. Cuando conseguimos una meta, nos hemos inventado otra. Vemos, claramente, que podemos lograr ese éxito que buscamos, solo que tendremos que agacharnos y volver a agacharnos, una y otra vez.
Michael Bennett. Profesor bilingüe de Science y Arts de Primaria en Madrid.