Los menores ven el 'sexting' como normal y como parte de las "relaciones románticas"
La psicóloga María Dolores Gil impartió la conferencia «El sexting en la pubertad y la adolescencia», incluida en el programa de la XXVIII Escuela de Psicología «José Germain» de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), bajo el título «Psicología y sexualidad».
Según Gil, el ‘sexting’ (envío de contenido o archivos digitales de carácter sexual) puede ser una «práctica inocua si se produce bajo el consentimiento de todos sus protagonistas”, pero ha advertido del «peligro» que entraña para los adolescentes, en cuyo desarrollo, “psicológico, afectivo y social”, puede tener “consecuencias nocivas”, si incluye “malas intenciones” o “una voluntad explicita de herir” por parte de alguno de los participantes.
Entre esas consecuencias, que afectarían a los jóvenes, según ha dicho, “a lo largo de toda su vida”, ha citado la “pérdida de control sobre las imágenes”, que son distribuidas sin autorización, y la generación de un “número potencialmente ilimitado de posibles receptores” de ellas.
Gil citó también de un estudio, del que estuvo a cargo, en el que se preguntó a niños y jóvenes de entre 12 a 16 años sobre su percepción, motivación y comportamientos respecto al ‘sexting’. En esa investigación participaron 677 adolescentes, de los que un 51,5 por ciento eran chicos y el 48,5 restante, chicas.
Según Gil, el 'sexting' (envío de contenido o archivos digitales de carácter sexual) puede ser una "práctica inocua si se produce bajo el consentimiento de todos sus protagonistas”
De entre los resultados que obtuvo, ha destacado el “elevado nivel” de mensajes de contenido explícito que reciben y envían; si bien esta cuestión, a su juicio, “empieza a ser preocupante” entre los 14 y los 15 años para los chicos, y a los 16 años en el caso de las chicas. Asimismo, indicó que la motivación de las chicas para llevar a cabo estas prácticas tiene que ver con “el desarrollo de la imagen corporal” y con generar o fortalecer un vínculo con la persona receptora, haciendo “más íntima” la relación. La razón más elegida por los chicos fue “porque sí”.
Gil señaló también que “para los chicos es mucho más divertido y emocionante que para las chicas” recibir y enviar este tipo de contenido. “Ambos (chicos y chicas) y en todas las edades consideran normal” el ‘sexting’, y lo entienden como una parte más de las “relaciones románticas”, por lo que “no ven que tenga nada de malo”, apuntado la psicóloga, quien insistió en que se trata de “un fenómeno complejo” que “requiere una intervención multicompetencial en la que se den cita todos los agentes implicados”.
Una vez más vemos que se trata de un problema de falta de educación sexual. Desde que internet (pornografía) se ha convertido en el mayor educador sexual de los jóvenes han aumentado los casos de agresiones contra la mujer, ya sea en manada o en solitario, los abusos sexuales, violaciones, agresiones a la dignidad de la mujer, etc. Los padres, por desgracia, han abdicado de esta responsabilidad y las consecuencias están siendo graves. El resultado, que los chicos consideran normales estos comportamiento y algunos psicólogos también…
Según Gil, el ‘sexting’ (envío de contenido o archivos digitales de carácter sexual) puede ser una “práctica inocua si se produce bajo el consentimiento de todos sus protagonistas”.
No estoy de acuerdo. El consentimiento –actuar libremente– no convierte en bueno un comportamiento esencialmente malo. La dignidad de la persona debe estar por encima de ese falso concepto de libertad individual: si lo hago libremente, es bueno.
Desde un falso liberalismo que está inundando nuestra cultura se nos está vendiendo la libertad individual como criterio ético último al margen cualquier consideración antropológica de la persona. Es un liberalismo sin alma. Por eso, la prostitución, el suicidio, la pornografía, el «sexting»… son consideramos buenos (la psicóloga ha preferido utilizar el eufemismo «inocuos») si son realizados libremente. Basta con eso.
No puedo estar más de acuerdo con estos comentarios. Como madre y docente considero que los niños, desde mucho antes de su adolescencia, están abandonados a su suerte en un medio ( internet) que los trata como consumidores. Las relaciones personales han pasado a ser deshumanizadas, descarnadas y superficiales : tendremos que pagar un precio muy alto como sociedad por este abandono y despreocupación disfrazado de libertad.