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Barbara Oakley: “El sueño ayuda a afianzar lo aprendido durante el día”

La experta en neurociencia destaca la importancia de que los alumnos duerman suficientemente, ya que durante ese tiempo se crean nuevas conexiones neuronales que fijan en el cerebro todo lo aprendido.
Adrián ArcosMartes, 22 de octubre de 2019
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¿Cuál es la mejor forma de enseñar? ¿Cómo podemos ayudar al alumnado que se frustra ante las dificultades del aprendizaje? A esas y otras preguntas dio respuesta la experta en Educación Barbara Oakley en una conferencia que ofreció la semana pasada en el campus de Pozuelo de Alarcón (Madrid) de ESIC Business & Marketing School. Titulada How Neuroscience Is Changing What We Know about Learning: Practical Insights for Instructors  (Cómo está cambiando la neurociencia lo que sabemos sobre el aprendizaje: ideas prácticas para los educadores), la charla giró sobre los misterios del cerebro y la memoria humana.

Oakley, que repasó parte de su interesante vida al inicio de la conferencia –desde su paso por el Ejército de EEUU a su trabajo como experta en comunicaciones en la Estación del Polo Sur en la Antártida–, explicó que “la mejor forma de enseñar es cara a cara”. Profesora de Ingeniería en la Universidad de Oakland en Rochester, Oakley ve en las metáforas una herramienta fundamental para que su alumnado pueda aprender ideas clave.

Según Oakley, los dos modos principales de funcionamiento del cerebro son el focalizado y el difuso.

Además, la experta abordó cómo trabaja el cerebro y cuáles son sus dos modos principales de funcionamiento. El primero es el modo focalizado, en el que se activa una red neuronal limitada, relacionada con la realización de tareas. El segundo es el modo difuso, en el que los pensamientos son más aleatorios.

Cuando aprendemos, la mente cambia de un modo a otro, algo fundamental para fijar la enseñanza. Por eso, según Oakley, “es también importante dormir y descansar, ya que, durante ese tiempo, se crean nuevas conexiones neuronales que afianzan todo lo aprendido durante el día”.

La importancia del sueño

La falta de sueño y la ausencia de una rutina que lo regule pueden derivar en problemas que van, desde la pérdida de concentración o la dificultad para procesar información, hasta una menor agilidad mental o problemas de memoria, ya que durante la fase REM del sueño el cerebro procesa la información captada durante el día y ayuda a consolidarla y almacenarla debidamente.

Además, una mala calidad del sueño afecta al estado de ánimo, personas más irritables o decaídas, baja el umbral del dolor, más sensibles a él, aumenta la presión sanguínea y afecta al sistema inmunitario.

Precisamente, Andrés Córdoba, psicólogo de Blua de Sanitas, aconseja una serie de pautas para que el cuerpo estabilice los hábitos a la hora de dormir y se adapte al día a día. Entre ellas, regular los horarios progresivamente, ya que considera “necesario habituar al cuerpo al horario de invierno, cuando existen menos horas de luz. Levantarse más pronto, dormirse temprano y hacerlo siempre a la misma hora ayudará a establecer una rutina de sueño correcta”.

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La luz que desprenden las pantallas inhibe la acción de la hormona melatonina, que nos ayuda a dormir

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Córdoba también recomienda evitar el consumo de cafeína, sobre todo en las horas previas a irse a dormir. En cuanto a la práctica del deporte, indica que “hacer ejercicio y realizar actividades físicas ayuda a regular el sueño, haciendo que el cuerpo por la noche necesite descanso”. A pesar de ser muy recomendable hacer deporte, preferiblemente de intensidad moderada, el psicólogo advierte de que “conviene practicarlo al menos tres horas antes de acostarse”, ya que activa el organismo y puede dificultar la conciliación del sueño.

El especialista también recomienda “restringir el uso de dispositivos electrónicos antes de irse a la cama, ya que la luz que desprenden las pantallas inhibe la acción de la hormona melatonina, que nos ayuda a dormir”. Asimismo, aconseja “cuidar el entorno para que el lugar donde vayamos a dormir sea lo más tranquilo posible, cenas ligeras al menos una hora antes de irse a la cama” y, por último, “establecer un pequeño ritual para favorecer la transición entre la actividad del día y el sueño”.

La capacidad de memoria

Por su parte, Barbara Oakley también quiso romper algunos mitos sobre el aprendizaje y la capacidad de memoria de las personas. Y es que, según la profesora, “una mala memoria puede presentar una ventaja en el pensamiento creativo”.

Tal y como explicó en la charla, una persona con mala memoria de trabajo –que es similar a la memoria a corto plazo, la que nos ayuda a recordar todo de forma temporal– es frecuentemente una persona mucho más creativa. Tampoco un aprendizaje lento es malo, ya que suele significar un entendimiento mucho más profundo de las cosas que el de quienes las entienden de una forma más rápida.

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