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Estoy del lenguaje inclusive hasta la moña

Israel Berna
Maestro tuitero
4 de noviembre de 2019
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Pues sí, queridos lectores y lectoras, estoy del lenguaje inclusive hasta el moña. Me chirría por todos los lados, no puedo con él y me tiene bastante frito y frita. Soy consciente de que me introduzco en un terreno pantanoso porque ni soy filólogo ni tampoco un experto lingüista; ahora bien, lo que sí tengo, o al menos eso creo, es algo de sentido común que en muchas ocasiones es el menos común de los sentidos.

Hace unos meses, una señora en Twitter me soltó unos cuantos improperios sobre algunos aspectos de mi pedagogía que no le gustaban y cuando me puse a mirar en su estado se describía como: amante de mis “hijes”. Y es que en esta vorágine feminista se está llegando al punto de apostar por cambiar el género de las palabras al uso de la letra “e” en vez de la “o” o la “a”, para una mejor inclusión de lo masculino y femenino. Ya que si digo bomberos sólo se dan aludidos los hombres y si digo bomberas sólo se dan por aludidas las mujeres. Por lo que, sería más conveniente decir “alumnes” que alumnos y alumnas o “hijes” que hijos o hijas.  Desde que ciertos partidos políticos y movimientos sociales han puesto el foco en el lenguaje nos están dando una matraca que, sinceramente, ya les vale.

Desde que ciertos partidos políticos y movimientos sociales han puesto el foco en el lenguaje nos están dando una matraca que, sinceramente, ya les vale

Sin ambages, puedo decir que creo en las palabras y en su poder de cambiar el mundo. Pero lo que no es de recibo es que intentemos reventar una lengua porque el colectivo de moda nos haga creer que, por decir alumnos en vez de alumnos o alumnas, somos machistas. Ya se empezó por poner de moda la “@” para intentar integrar los géneros: “soci@s”; que desde el punto lingüista es un disparate, porque ni siquiera es pronunciable en nuestra lengua. Luego hemos pasado al uso de los dos géneros en los discursos políticos: queridos ciudadanos y ciudadanas, concejales y concejalas…; y ahora pasamos al uso de la “e” pasándose por el forro a la RAE o a cualquiera que les lleve la contra.

Hay muchos criterios por los que estoy en contra, uno de ellos es la economía del lenguaje. ¿Han visto un sketch de José Mota imitando un discurso político inclusivo? ¡Les recomiendo verlo! Porque más que humor se ha convertido en auténtica realidad: “Señoras y señores, diputados y diputadas, alcalde y alcalda, amigos y amigas…”. Es absolutamente desquiciado.

Hay muchos criterios por los que estoy en contra, uno de ellos es la economía del lenguaje

Quiero ser sincero con ustedes. ¿Saben qué es lo peor? Que los políticos nos obliguen a utilizar este lenguaje, aunque no estemos de acuerdo. Las administraciones públicas de ciertas comunidades autónomas están “obligando” a que en la Administración se utilice el lenguaje inclusivo y están elaborando guías para que los ciudadanos y obligatoriamente los funcionarios las usen. Y esto es inadmisible. Una cosa es entrar en el debate y argumentar a favor o en contra, dejando que la sociedad sea la que decida si va a utilizar ciudadanas en lugar de ciudadanos, o ambas, o utilizará la letra “e” o lo que le salga de las narices. Porque la lengua es un hecho cultural y como tal, es dinámica; no obstante, una cosa bien distinta es entrar en este tipo de discusiones y otra es utilizar dinero público, el mismo que pagamos tú y yo, para subvencionar campañas inclusivas que se han puesto de moda y que te señalan con el dedo si intentas no formar parte. Llega el momento de decir basta y decirles con claridad a los políticos que usen el lenguaje que les plazca pero que nos dejen en paz de una vez. Que nos tienen hasta el gorro, la gorra, el moño y la moña.

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Comentarios

  1. Antonio de Fernando
    10 de noviembre de 2019 08:54

    Fabulosa opinión que somos millones los que la apoyamos, pero sin acceso a los medios para hacerlo público y que se enteren los sres de la RAE para que den un toque de atención a los líderes políticos y a los medios de comunicación.

    1. Israel Berna
      10 de noviembre de 2019 13:23

      Muchas gracias Antonio, sé que somos muchos los que estamos de acuerdo en este tema. Toda difusión del artículo ayudará a que nos concienciemos en este tema.

  2. Lia
    24 de julio de 2020 17:49

    Cómo les duele utilizar el lenguaje inclusive, les duele en su machismo y patriarcado, por fin les dimos en algo que de verdad hace tambalear su perpetua soberbia masculina, y lo mejor es que es una simple letra lo que les hace TEMBLAR, la E. #NONOSCALLANMÁS

  3. Izabel
    29 de agosto de 2021 00:51

    Cierto también estoy cansada de ser atacada por qué no deseo usar el mal llamado lenguaje inclusivo