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“No somos peores ni mejores, solo somos diferentes”

La Plataforma Inclusiva SÍ, Especial TAMBIÉN lucha para que los niños con discapacidad tengan su lugar educativo. Jaime pone voz a todos los niños que forman parte de la Plataforma.
José María Escudero
Presidente Plataforma
26 de noviembre de 2019
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Desde la Plataforma, se intenta que la Educación Especial tenga el lugar que por su solvencia le corresponde y, en la ordinaria, se asignen los recursos necesarios. © PHOTOGRAPHEE.EU

Nuestros hijos. Ellos son los verdaderos protagonistas de este Premio Magisterio a los Protagonistas de la Educación 2019 que tan honrados nos sentimos de recibir por la Plataforma Educación Inclusiva SÍ, Especial TAMBIÉN.

Ellos son los que nos hicieron ponernos en marcha y los que nos han guiado todos estos meses para intentar que la Educación Especial en España tuviera el lugar que por su solvencia le corresponde y, al igual, que se asignaran los recursos necesarios en la Educación ordinaria. Este es el sentir de muchos de nuestros hijos en la voz de Jaime. Este Premio Magisterio es para ellos. Y por ellos.

La voz de Jaime

Me llamo Jaime y tengo 10 años. Los médicos les dijeron a mis padres que soy una persona con autismo, por eso necesito y necesitaré a lo largo de mi vida más apoyos que otros niños.

Voy a un centro de Educación Especial. Allí me siento bien porque somos muy pocos en el aula, no hay ruidos fuertes ni gritos, todo lo que aprendo está en el lenguaje que puedo entender y vivo entre pictogramas y actividades que me conectan con el mundo. Además, mis profesores entienden qué me sucede cuando tengo una crisis y saben cómo calmarme. Es mi lugar.

Sin embargo, hace unos meses observé la cara de preocupación de mis padres, ya que decían que querían cerrar los colegios como el mío. Yo no entendía nada, y no por el autismo, sino porque a veces los mayores dan razones equivocadas sin mirar más allá.

Ni a mí ni a mis compañeros nos preguntaron si nos sentíamos aislados o discriminados o si esa Educación era tan mala como algunos decían. Así que mis padres, junto con otros padres de niños con síndrome de Down, con parálisis cerebral y con otras dificultades se tuvieron que poner en marcha.

De ahí nació una Plataforma que llamaron Educación Inclusiva SÍ, Especial TAMBIÉN. Yo creo que el nombre lo dice bien claro: inclusiva sí, especial también. Es decir, mis padres comenzaron a trabajar para que los niños con discapacidad pudieran ir al colegio en el que estuvieran mejor atendidos. Cada uno al suyo, no todos al mismo porque no todos somos iguales y nunca lo vamos a ser. No somos peores ni mejores que los niños sin discapacidad, solo somos diferentes y por eso muchos de nosotros necesitamos colegios distintos.

Mis padres han dedicado muchísimas horas a la Plataforma y por eso he podido jugar menos con ellos. También han podido estar menos con mi hermano. Han sido unos meses muy agitados para todos.

Oigo cómo hablan de niños a los que les pasa igual que a mí: están muy contentos en sus colegios de Educación Especial y no quieren irse de allí ni perder a sus amigos. Y sus padres, como los míos, tampoco.

Por eso, los padres y los profesores han explicado a mucha gente que los colegios de Educación Especial no son lo que pensaban. Y los han invitado a visitarlos. Muchos han cambiado de opinión al verlos. Otros no, pero ya se sabe que no todos los adultos tienen siempre buenas ideas.

Me gusta que nunca lo hayan dado por imposible, que estén luchando tanto y me gusta que hayan convencido a tanta gente de que los colegios como el mío son tan necesarios para niños como yo.

Hace unos días, a la Plataforma le dieron un premio. Todos nos pusimos muy alegres. Y yo pensé: “Buen trabajo”. No sé cómo agradecerle a mis padres que estén haciendo tanto por los niños con discapacidad como yo. Así que les di un abrazo muy fuerte y creo que lo entendieron.

Me gusta ver a mis padres contentos. Y me gusta sentirme tranquilo y soñar con que mañana, el mes que viene y el año próximo podré seguir en mi colegio.

Gracias a todos por ayudar a mis padres a conseguirlo.

REFLEXIÓN DE JAIME

1. Un lugar apropiado. “Voy a un centro de Educación Especial. Allí me siento bien. Además, mis profesores entienden qué me sucede cuando tengo una crisis y saben cómo calmarme. Es mi lugar”.

2. Lo que somos. “Mis padres comenzaron a trabajar para que los niños con discapacidad pudieran ir al colegio en el que estuvieran mejor atendidos. No somos peores ni mejores que los niños sin discapacidad, solo somos diferentes”.

3. Esperanza. “Me gusta sentirme tranquilo y soñar con que podré seguir en mi colegio”.

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