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Pacto por la Formación Profesional

José Mª de Moya
Director de Magisterio
26 de noviembre de 2019
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Con el ambiente de fragmentación social y política parece ingenuo proponer una vez más un pacto de Estado. Menos aún en los albores de una legislatura que se promete convulsa. Con todo, me atrevo a hacerlo bajo dos premisas. En primer lugar, renunciar a objetivos maximalistas. Pedirnos que nos pongamos de acuerdo en todo lo que atañe a la Educación es tanto como pedirnos que renunciemos a nuestras posiciones ideológicas, a cómo somos. Porque educamos como somos. Es cierto que deberíamos desideologizar al máximo y tal…

La segunda premisa es fijarse un objetivo con un alto consenso. Tengo uno, la Formación Profesional. Ninguna causa como ésta suscita tal nivel de acuerdo y pasión. Administraciones de todo signo, organizaciones empresariales y de centros, etc. han fijado esta modalidad formativa como prioridad absoluta. Esta misma semana publicamos una entrevista con la responsable educativa de la Región de Murcia (del PP) en la que exhibe el crecimiento de número de alumnos que estudian FP. Pocos días antes, el consejero de Aragón (del PSOE) se manifestaba en términos similares y así lo estamos corroborando en el tour autonómico que venimos haciendo desde comienzo de curso.

La segunda premisa es fijarse un objetivo con un alto consenso. Tengo uno, la Formación Profesional. Ninguna causa como ésta suscita tal nivel de acuerdo y pasión

Por si fuera poco, el pasado viernes fue un día grande para la FP porque el Consejo de Ministros aprobó el I Plan Estratégico destinado a modernizar estas enseñanzas. Es un clamor la proverbial desconexión entre lo que necesitan las empresas y lo que enseñan los centros. El catálogo de cualificaciones está desactualizado, todos los sabemos, se repite en cada foro, en cada encuentro, como si de una maldición se tratase. Por mucho que corra el Instituto de las Cualificaciones en la renovación de ciclos, la revolución digital corre aún más, de forma que siempre llegamos tarde. Esperemos que en esta ocasión no ocurra lo mismo y Celaá se esmere, no tanto en crear apresuradamente nuevos ciclos, como en diseñar un procedimiento que resulte ágil. No podemos contemplar la lentitud de la Administración como una fatalidad inevitable. Tal vez, como apunta el Plan, la colaboración público-privada sea la solución… Es buena noticia que el Gobierno se proponga desarrollar perfiles profesionales relacionados con la industria 4.0, el big data, la inteligencia artificial, la transición ecológica y la economía circular. Pero ya vamos tarde, muy tarde. Para cuando se desarrollen estos perfiles, se impartan en los centros y titule la primera promoción, ¿en qué andaremos metidos?

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