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El juego y las apuestas, un ocio normalizado para los más jóvenes

Tres de cada diez adolescentes juegan y apuestan con dinero real, por lo que es necesario combatir, regular, informar y educar esta conducta para que no llegue a convertirse en una adicción.
Ana Belén de la RosaMartes, 28 de enero de 2020
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© Artinspiring

El juego y las apuestas con dinero real se han convertido en una conducta plenamente integrada en el ocio para los más jóvenes, algo sin peligro y normalizado para ellos. Se ha llegado a esta serie de conclusiones tras conocer los resultados de la investigación Jóvenes, juegos de azar y apuestas, realizada por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia de FAD, gracias al apoyo de la delegación de Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas. Esta investigación analizó las percepciones de los jóvenes españoles de 18 a 24 años sobre los juegos de azar y las apuestas con dinero, tanto on line como de manera presencial. Los resultados se han obtenido a través de diferentes grupos de discusión en los que han participado jóvenes de 18 a 24 años que juegan y no juegan, y expertos en el estudio y tratamiento del juego.

30,7%
de los chicos españoles de 18 a 24 años

han apostado en juegos presenciales en 2018.

El aumento y normalización de esta práctica se ha confirmado en la Encuesta sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España (Estudes), recientemente publicada por la delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas, en la que se confirma que en dos años desde 2016 a 2018 han aumentado casi cuatro puntos porcentuales el número de jóvenes entre 14 y 18 años que han jugado con dinero on line y casi diez puntos quienes lo han hecho presencialmente. Concretamente, se ha pasado de dos a tres de cada diez chicos adolescentes que han apostado en juegos presencial (21,6% en 2016 y 30,7% en 2018) y de ser el 5,4% al 15,3% de las chicas de 14 a 18 años. Por otro lado, el juego on line ha aumentado en los chicos del 10,2% en 2016 a un 17,4% en 2018, y en las chicas de un 2,5% en 2016 a un 3,6% en 2018. En cuanto a las apuestas deportivas, el póker y otros tipos de juegos que se realizan en línea, han aumentado de 10,2% a 17,4% el número de chicos y de 2,5% a 3,6% el de chicas.

Medidas educativas

A pesar de que los juegos y apuestas están tan “normalizados” entre los jóvenes, existe una falta de información, prevención y regulación como lo afirmó la FAD en su investigación. Aunque se muestre cierto desprecio por la necesidad de información en etapas de juego iniciáticas, se construye un discurso teórico sobre la necesidad de Educación y sensibilización al respecto, siempre y cuando no se prohíba el hábito de jugar.

También se observa la posibilidad de trasladar campañas y estrategias a los centros educativos, a partir de charlas y tutorías que aborden lo que conlleva el juego a nivel personal, psicológico y emocional, para quien juega y también para su círculo más cercano pongan en valor cuestiones como el esfuerzo y el trabajo y revisen valores como el éxito, frente a la convicción de que se puede llegar a ser rico y vivir de jugar al póker o realizar apuestas deportivas.

Tanto es la importancia que se le está dando a esta situación que ya en comunidades como Murcia, Aragón y Galicia se están llevando a cabo programas de prevención de estas adicciones y para fomentar hábitos de vida saludables en los centros educativos.

Además, otro factor influyente que es necesario regular según ha informado la FAD es la publicidad, pues la percepción general que se percibe es de “bombardeo” de publicidad sobre juego y apuestas y en las que los jóvenes son el objetivo prioritario.

Asimismo, con respecto a los contenidos, la FAD afirma que tienden a exagerar la posibilidad de ganar, reforzar estereotipos del jugador de éxito y a aumentar la parte lúdica frente a la parte arriesgada. Además después de esta investigación la FAD apuestan por desarrollar algunas medidas para educar e informar sobre este ocio tan común entre los jóvenes como, seguir haciendo hincapié en la necesidad de cuidar y vigilar la dotación tecnológica de las personas menores de edad y la presencia de juegos de azar y apuestas en los distintos dispositivos electrónicos.

Por otra parte apostar por la sensibilización y Educación sobre los riesgos y las consecuencias negativas debe abordar especialmente lo que conlleva el juego.

Asimismo establecer un mayor control urbanístico que regule de manera más estricta la presencia de salas de juego en los barrios. Vigilar y regular la aparición de juegos que no requieren dinero para su desarrollo, pero plantan la semilla y alientan el hábito del juego por beneficios entre los menores de edad.

Y por último mejorar y sistematizar los instrumentos de medida, para establecer los límites entre juego y juego patológico.

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