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Vuelven los ninis

José Mª de Moya
Director de Magisterio
26 de mayo de 2020
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No hay que ser ningún visionario para pronosticar que en los próximos meses oiremos hablar mucho de los ninis, esos jóvenes de 16 a 29 años que ni estudian, ni trabajan. Y es una lástima porque precisamente en 2019 habíamos logrado reducir su número a cifras anteriores a la crisis de 2008. En concreto, el número de ninis fue de 982.900 a finales de 2019, lo que supuso la cifra más reducida desde 2005. En contraposición y quizá para insuflar optimismo se acuñó el término de jóvenes sí-sí (que compatibilizan estudio y trabajo) que el año pasado fueron 734.200 en total, la mayor cifra desde 2010.

Una pena. Ahora que empezábamos a respirar, una nueva crisis nos pone cuesta arriba y serán los de siempre los que se queden descolgados: los jóvenes con poca o nula cualificación, la mujeres y los mayores de 45, los llamados colectivos prioritarios. En tiempos de crisis como los que se avecinan, la formación se convierte en valor refugio, como esa balsa a la que agarrarse después del naufragio. La historia nos ha enseñando que la formación es anticíclica: en los ciclos de bonanza económica nadie se acuerda de ella, pero ¡ay, amigo mío, cuando vienen mal dadas, cómo la echamos de menos!… Muchas voces se están levantando estos días reclamando un plan urgente de formación y cualificación especialmente dirigido a esos colectivos que sufrirán –ya lo están haciendo– especialmente las consecuencias de esta nueva crisis.

Ahora que empezábamos a respirar, una nueva crisis nos pone cuesta arriba y serán los de siempre los que se queden descolgados: los jóvenes con poca o nula cualificación, la mujeres y los mayores de 45, los llamados colectivos prioritarios

La buena noticia es que estamos mucho mejor preparados que en otras ocasiones. La formación de adultos y los programas de segunda oportunidad se han robustecido en los últimos años creando una red amplia y tupida capaz de impedir que nadie se estrelle contra la pista. Una red y tres soluciones en pleno auge. Los centros de adultos están experimentando en estas fechas un notable incremento en la demanda del Graduado en ESO tanto en su modalidad presencial como, sobre todo, online. La Formación Profesional también está ahora en mejores condiciones de responder a situaciones de crisis por su incremento en la oferta de plazas y ciclos formativos. El círculo lo cierran los Certificados de Profesionalidad, clave para el necesario reciclaje de esos millones de trabajadores que han visto que su puesto ha quedado obsoleto. También en FP y Certificados la oferta online deberá jugar un papel crucial.

Este objetivo será crítico en la deseada reconstrucción nacional. Confiemos en que el Ministerio de Educación y Formación Profesional esté a la altura.

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Comentarios

  1. Monik
    28 de mayo de 2020 08:13

    Esperemos que a los docentes presenciales se nos mejoren las cosas porque hay instituciones que por habernos contratato presencial no nos quieren para teleformación y te encuentras sin ayudas, sin paro sin nada considerando que para certificados de profesionalidad te hacen un contrato por el modulo impartido y luego a la calle… y con mucha formación… ademas mayores de 45… lo has dicho colectivos prioritarios.