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El 23% del alumnado de 15 años no tenía experiencia digital antes de la pandemia

En España, casi el 23% del alumnado de 15 años no tenía experiencia en actividades digitales en el centro antes de la pandemia y el 70% menos de una hora al día, lo que supone que solo un 30% de los estudiantes de último curso de la ESO.
RedacciónMiércoles, 15 de julio de 2020
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Tiempo diario utilizado en internet en el centro por alumnos de 15 años (2018). De mayor a menor más de 60 min. diarios. Fuente: IVIE

En un nuevo informe del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) se asegura que la adaptación de los sistemas educativos a la incorporación de la formación en línea durante la pandemia ha sido «muy difícil y desigual». La debilidad principal no ha sido la falta de equipos digitales sino la escasa preparación del profesorado y la organización de los centros para enseñar a distancia, obligados por las circunstancias, según indica este estudio.

En España, casi el 23% del alumnado de 15 años no tenía experiencia en actividades digitales realizadas en el centro antes de la pandemia y el 70% lo hacía menos de una hora al día, lo que supone que solo un 30% de los estudiantes de último curso de Secundaria.

Esta falta de experiencia en el uso de las TIC en España es compartida por otros países desarrollados como Bélgica, Francia o Suiza. Sin embargo, la situación en muy diferente en lugares como Dinamarca o Suecia, donde más del 70% de los alumnos de 15 años se conectaba más de una hora diaria a Internet en sus centros para realizar tareas educativas, según datos del informe PISA 2018.

Esta falta de experiencia en el uso de las TIC en España es compartida por otros países desarrollados como Bélgica, Francia o Suiza. Sin embargo, la situación en muy diferente en lugares como Dinamarca o Suecia

Por otra parte, menos del 10% carecía de dispositivos en sus hogares para atender la formación no presencial, una dificultad que se ha podido subsanar con subvenciones y ayudas públicas, pero la falta de experiencia y competencias digitales de alumnos y profesores, que también contribuye a aumentar la desigualdad, ha sido más difícil de superar.

Los autores del estudio, Francisco Pérez y Laura Hernández, afirman que «es necesario establecer criterios y mínimos a los que llegar en la enseñanza y plataformas digitales a utilizar para que la Educación por internet sea lo más homogénea posible». Más aún cuando se prevé un curso 2020-21 todavía marcado por las circunstancias sanitarias especiales que pueden hacer recurrir nuevamente a la formación a distancia a colectivos más o menos amplios.

Es preocupante, añaden, que más de la mitad del profesorado de Secundaria dice carecer de formación aplicada en el uso de equipamientos y aplicaciones TIC en los que apoyar la enseñanza.

El escaso uso de las TIC es la tónica general en las escuelas españolas, pero se observan ciertas diferencias regionales y las más avanzadas en este sentido porque partían de conexión diaria de más de una hora en los centros han sido Cataluña y País Vasco, mientras que en el otro extremo se sitúan Castilla y León y Galicia.

Más de la mitad del profesorado de Secundaria dice carecer de formación aplicada en el uso de equipamientos y aplicaciones TIC

La educación universitaria, en cambio, ha podido mantener su actividad porque acumulaba experiencias previas en formación en línea que ahora ha intensificado pero en los niveles no universitarios ha sido más complicado porque, en promedio, solo el 30% de los alumnos de último curso de Secundaria usaba Internet más de una hora al día en los centros, fueran públicos, concertados o privados.

El informe señala tres iniciativas que se deberían impulsar para mejorar las garantías de la formación recibida en los centros no universitarios cuando la presencialidad no es posible. En primer lugar, instar a todos los centros a realizar, antes del comienzo del próximo curso, ejercicios básicos de autoevaluación de sus estrategias y capacidades digitales para disponer de un diagnóstico de su situación, utilizando la herramienta Selfie de la UE.

Segundo, disponer de un protocolo simple de formación y actuación de su profesorado en la enseñanza no presencial, y, en tercer lugar, las administraciones educativas deberían realizar durante el primer trimestre del próximo curso un balance de la situación de la enseñanza no presencial, en general y en cada centro de su competencia, para adoptar las iniciativas de mejora en equipamiento, formación y organización sobre bases objetivas.

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