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Uso responsable de las pantallas, ahora más que nunca

A partir de ahora adolescentes y jóvenes de ESO (de 2º o 3º en adelante, según cada Comunidad), FP y Universidad pasarán media jornada lectiva delante de una pantalla conectados a internet. Es el modelo híbrido que se está imponiendo: 50% presencial, 50% online.
RedacciónMiércoles, 2 de septiembre de 2020
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El despliegue de dispositivos (parece que los chromebooks están triunfando), conectividad, plataformas (aquí parece que Google Classroom es la más usada), sistemas de videoclases (aquí es Zoom), licencias digitales y formación no tiene precedentes. Es un auténtico tsumani y está bien, según la mayor parte del profesorado. Primero, aducen, porque las fortalezas/oportunidades del modelo son mucho mucho mayores que las amenazas/debilidades. Y segundo, porque es inexorable: lo que tenía que pasar ha pasado, era cuestión de tiempo; la pandemia sólo ha acortado los plazos, nos dicen.

Cierto es que ha aflorado algún movimiento de familias objetoras digitales pero parece minoritario y en poca sintonía con la mayor parte del profesorado y de los centros. También un centenar de firmantes liderados por la experta educativa Catherine L’Ecuyer impulsaron en Change.org el manifiesto «Declaración sobre las Tecnologías Aplicadas a la Educación durante la pandemia» que tampoco parece haber tenido demasiado recorrido.

Sin embargo, en paralelo a las ventajas que ofrece la tecnología, el profesorado consultado por este periódico sobre lo que sí alerta es sobre la imperiosa necesidad –ahora se hace ineludible, dicen– de formar a profesores, familias y alumnos en el uso responsable de acceso a dispositivos con conexión a internet. Si ya desde hace años era una prioridad reflejada en numerosas iniciativas como Pantallas Amigas, Empantallados o Conectados ahora, dicen, lo es absoluta. Si antes de la pandemia los adolescentes pasaban entre 6 y 7 horas delante de una pantalla, según diferentes estudios, el nuevo escenario Covid seguro que eleva esa cifra al doble dígito.

Si antes de la pandemia los adolescentes pasaban entre 6 y 7 horas delante de una pantalla, según diferentes estudios, el nuevo escenario Covid seguro que eleva esa cifra al doble dígito

La doble amenaza de la adicción digital y del acceso a contenidos inapropiados se hace ahora más visible si cabe. Tras la experiencia de meses impartiendo videoclases, los docentes consultados recomiendan ser conscientes de “la facilidad –a golpe de clic– con que un adolescente podrá saltar de una sesión en Google Classroom a una página porno… y además en horario lectivo”.

Bienvenidos sean filtros de acceso, controles parentales como Qustodio o chromebooks capados, pero tampoco debemos chuparnos el dedo en esto, nos dice un padre objetor preocupado: “Por Youtube circulan docenas de tutoriales sobre cómo saltarse en cuestión de minutos todas esas barreras («Cómo Hackear un chromebook si os lo han prestado el gobierno de tu comunidad ¡Fácil y sencillo!»). Al final, todos parecen coincidir en que o formamos a nuestros hijos y alumnos en un uso responsable de su libertad o no hay nada que hacer. Parece demostrarse una vez más que en Educación de poco sirven los atajos.

Desde Siena Educación nos cuentan dos buenas experiencias en este terreno. A través del programa Controlatic han formado a más de 200.000 alumnos de 5ª de Primaria a 2º de ESO bajo el auspicio de Fundación Mapfre. Además, actualmente están desarrollando el «Programa de Uso Saludable, Seguro y Responsable de la Tecnología» para el Gobierno de La Rioja por el que ha pasado en los últimos tres años casi todo el profesorado de Primaria y Secundaria de aquella región y que incluye también sesiones para familias, pieza clave para que la maquinaria funcione.

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