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Nuevas generaciones

Manuel Carmona
Profesor universitario
26 de octubre de 2020
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Los estudiantes a quienes he impartido clase y con quienes he conversado en la Kadir Has University, tienen las mismas preocupaciones e intereses que otros jóvenes de su generación de España y de otros países. También, por supuesto, entre sí y respecto a los de otros lugares presentan ciertos rasgos que los diferencian. Este grupo de jóvenes turcos están cursando carreras de Relaciones Internacionales, Administración de Empresas, Comunicación Audiovisual, Publicidad y Marketing, alguno de ellos también tiene cierta inclinación por los medios de comunicación. Tienen entre 18 y 22 años, su generación la integran personas que nacieron entre 1998 y 2012, siendo 2004 el año bisagra generacional y el que da nombre a este colectivo. Sobre 2034 nos van a mostrar al resto de nosotros con quienes conviven y también a la generación que les precede sus proyectos de vida; qué cambios pretenden hacer; qué creencias, costumbres y hábitos cotidianos de cualquier índole quieren mantener. Por tanto, nos van a hablar de sus visiones de la vida, de sus circunstancias y de sus perspectivas sobre el mundo.

Por eso siguiendo a Ortega y Marías tras la presentación cortés de la Dra. Ayse Binau les pregunto ¿por qué han elegido la carrera que cada cual está cursando?

Y he aquí donde empiezan a presentar los rasgos que comparten con el alumnado de España y de otras latitudes. Los más extrovertidos y a los que les gusta sentirse partícipes de la clase, toman la palabra y se comunican con fluidez, energías manifiestas, claridad de pensamiento e ilusiones por los estudios que están cursando. Son los casos de Mustafa Uysal, Berfin, Mutluhan e Ilyada Güner.

Por su parte, el resto del grupo, se queda a la expectativa, escuchan y observan con atención. Digamos que el diálogo con ellos se produce a través del silencio y los movimientos corporales. Es posible que aún no sean conscientes de la enorme carga informativa y comunicativa que tiene el lenguaje corporal. Esa timidez verbal de esta etapa de sus vidas, antes o después descubrirán que es ajena a no decir nada. En algún momento de sus trayectorias vitales se percatarán de que han de tomar la iniciativa y que habrán de adoptar decisiones de enorme trascendencia como la que en su día tomaron de elegir unos estudios académicos en lugar de otros. No tomar decisiones es no vivir ni convivir.

Les hago ver a esta juventud que este camino que están recorriendo, unos ya en su último curso y otros en el primero, lo han elegido en la mayoría de sus casos por iniciativa propia. Por tanto, se han hecho responsables de su libre decisión. Y que esto les va a acompañar en el resto de sus vidas y va a ejercer influencias sobre el resto de sus circunstancias vitales: la pareja cuando la tengan; la familia si deciden formarla; sus relaciones interpersonales de otra índole como son los amigos o un compañero de trabajo; su posición en la sociedad de su país; su posicionamiento respecto a otras comunidades de otros países (tanto las que viven en Turquía como en otras naciones).

Y llegado a este punto de la conversación con ellos les cuestiono ¿quiénes han viajado como Erasmus a otras universidades extranjeras?

Y mientras pronuncio estas palabras, de pronto aparece una bella cría de gato de intenso pelo negro, suave al tacto, y curiosa mirada de ojoz azules. Nos mira y se queda unos segundos acompañándonos hasta que decide continuar su ruta por el jardín (en Estambul el gato es un animal cotidiano y muy querido por su gente).

Les hago ver a esta juventud que este camino que están recorriendo, unos ya en su último curso y otros en el primero, lo han elegido en la mayoría de sus casos por iniciativa propia

Con el mínimo prosiguiendo su camino, retomamos la clase y descubro que son aún menos de los que están participando de forma activa durante el encuentro. Mustafa habla de su experiencia concreta en España, recuerda con su sonrisa alegre y con lucidez sus paseos por el Retiro madrileño; su tránsito por la Puerta de Alcalá, Puerta del Sol o la Plaza Mayor; transmite al resto de jóvenes que Madrid como Estambul es una ciudad abierta a la vida durante las veinticuatro horas del día. Ha viajado también por otras ciudades castellanas cercanas como Toledo, Segovia y Salamanca, y estuvo en Barcelona.

Eso da pie para que les explique el problema de los nacionalismos en cualquier país y lo dañino que son para las sociedades que se dejan arrastrar por ellos. Les expongo que ni en el presente ni en el futuro Europa, la UE, va a permitir que un país miembro se desgaje por varios motivos: Uno, porque hay una historia común entre las personas, entidades, comunidades y regiones que lo integran que lo hacen indivisible. Dos, porque hacerlo es una involución y un paso atrás de gravísimas consecuencias -un arcaísmo-. Tres, porque en una decisión de esa magnitud no puede decidir solo una parte de la sociedad y un grupo de la población, sino el conjunto de hombres y mujeres de un país. Cuatro, porque salir de una nación, la que sea, supondría dejar de ser miembro ipso facto de Europa, de la UE, y eso abocaría a esa mínima parte que pretende escindirse a un empobrecimiento que afectaría a todos los órdenes de la vida con consecuencias negativísimas a las generaciones presentes y futuras.

Cerramos el coloquio, por un lado, animándoles a que visiten otros países, a que sean hospitalarios con hombres y mujeres que visiten su universidad, su ciudad y país, y que entablen relaciones cordiales y amistosas con ellos. Eso les permitirá seguir creciendo, ver otras maneras de vivir y convivir; aprender o mejorar otras lenguas; poder hacer el viaje de ida y vuelta a esos otros mundos cotidianos; porque nunca se sabe dónde está la felicidad ni el futuro de cualquier ser humano.

Y, por otro, manifestándome sus preocupaciones por el lugar y el rol de las mujeres en Turquía, y las cuestiones medioambientales. Les comunico que la mujer, como saben, es el 60% de la población del mundo, les hablo de sus actitudes y aptitudes para la gestión de los recursos humanos, para resolver problemas con otros modos cuando desarrollan su inteligencia con su especial mirada y sensibilidad, y por la posición que durante siglos ha tenido liderando la educación y el hogar. Es difícil que un país sea feliz si sus mujeres y hogares no lo son. Les animo a cambiar ciertos hábitos muy presentes en Turquía como en otros países del mundo de tener varios coches en el ámbito familiar frente al  necesario uso del transporte público, por la necesidad de que promovamos un cambio hacia las energías limpias y sostenibles.

Dedicado a Fisi Valero

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