“Proyecto Batec”: aprendiendo las funciones de nuestro cuerpo de manera vivencial

“Batec” en catalán, o “Latido” es castellano es el nombre de un proyecto muy especial que pretende conseguir que los alumnos trabajen parte de los sistemas del cuerpo humano usando diferentes metodologías pero haciéndolo lo más vivencial posible, consiguiendo que los alumnos se conviertan en el eje principal de su propio aprendizaje.

El proyecto comenzó con la profe en cuarentena, y empezaron haciendo una rutina de pensamiento “Veo, pienso y me pregunto” que sirvió como metacognición inicial. En esta actividad se cuestionaron diferentes preguntes sobre la salud y el funcionamiento del cuerpo humano.

“Iniciamos cada uno de los sistemas del cuerpo humano con el visionado de un vídeo explicativo. Una vez visto, hicimos una lectura conjunta de la explicación que les había preparado, y mientras lo leíamos íbamos comentando. Los alumnos están llenos de preguntes y tienen muchas ganas de compartir experiencias. Por este motivo las sesiones se alargan mucho, pero realmente no me importa dado que es muy importante que tengan momentos para hablar y compartir sus inquietudes personales”, explica Sánchez.

Cuando acababan la teoría de cada sistema, los estudiantes tenían en su portfolio unas preguntas para responder conjuntamente con el resto de compañeros de su grupo de trabajo. En este centro catalán dan mucha importancia al trabajo cooperativo, pero además promueven el aprendizaje vivencial y experimental en cada uno de los sistemas:

• En el sistema locomotor cada equipo hizo un esqueleto a tamaño natural, poniendo etiquetes de cada hueso.
• Diseccionaron unos muslos de pollo para que pudiesen ver los huesos, músculos y tendones de estos.
• En el aparato respiratorio a través de unos tubitos de cartulina cada alumno pudo soplar en la tráquea de una oveja. Así vieron como cuando cogemos aire se inflan los pulmones.
• En el circulatorio hicieron usó de la tecnología para proyectar un corazón en 4D.
• De cada aparato los equipos hicieron una maqueta que tuvieron que explicar a sus compañeros.

Para evaluar el proyecto ha usado diferentes evidencias como: la observación en el trabajo de equipo, las exposiciones orales, un examen de los huesos y músculos, la participación en la clase y las preguntes del porfolio. “Por último, para acabar recogiendo todos los conocimientos aprendidos hemos hecho un Kahoot, como competición de equipos y el equipo ganador, consiguió un diploma de “Doctor en prácticas” y un premio y el resto de participantes solo el certificado”, explica la docente catalana.

Para Irene Sánchez lo más importante hacer que el aprendizaje sea vivencial: “Creo que es muy enriquecedor el aprendizaje cuando los alumnos pueden hacerlo de forma vivencial. Una vez enseñada la teoría y visto videos sobre el tema, poder verlo y trabajarlo con los órganos directamente les ha dado una motivación extraordinaria. Además, pienso que se puede trabajar en todos los cursos de esta forma, pero siempre hay que vigilar que hay niños que se marean, y avisarlos previamente. ¡Una vez se me desmayó un alumno!”.

Los alumnos sin duda han agradecido este tipo de aprendizaje y lo han verbalizado. Según su maestra se han mostrado muy motivados con las actividades vivenciales: “Cada día que tocaba hacer proyecto me preguntaban…¿Podemos diseccionar algún órgano? De hecho cuando acabamos el proyecto les compré otros órganos que no habíamos tenido en la clase para dejarles experimentar. ¡Definitivamente eso ha sido lo mejor! ¡Y algunos de ellos han verbalizado que querrán ser cirujanos! Todo un éxito”.