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Cómo lograr que la basura del colegio no caiga en saco roto

Un proyecto de compostaje escolar en Aragón, reconocido como buena práctica europea.
Redacción-comunidadesMartes, 23 de febrero de 2021
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Alumnos del CEIP “Gaspar Remiro” de Épila cribando el compost. GOBIERNO DE ARAGÓN

En el colegio público “Gaspar Remiro” de Épila (Zaragoza) se aprovecha todo. Todo quiere decir todo: restos de macarrones, lentejas, trocitos de bocadillo, pieles de mandarina… y así hasta 600 kilos de residuos que, entre el almuerzo, las clases y el comedor, se han generado en un año en este centro zaragozano.

Involucrados en un proyecto de economía circular de la mano del Ayuntamiento de Épila y la empresa de Educación y gestión medioambiental Nómadas, sus alumnos replican el ciclo de la naturaleza y se han acostumbrado a recoger en una garrafa reciclada los residuos del recreo y llevarlos al compostador. Un año después comprueban que no ha quedado rastro de esas mondas de plátano (aunque sí de las toallitas húmedas, las tapas de yogur o los bricks, que no se han descompuesto), ahora convertidas en tierra que usar en sus macetas.

600
kilos

de basura generados a lo largo de un año se han reconvertido en compost.

El mejor residuo es el que no se produce, pero del montón de basura generado por un centro escolar a lo largo de un año se pueden extraer ejemplos de buenas prácticas y lecciones positivas. Como la del CEIP “Gaspar Remiro”, que acaba de ser distinguido por su compostaje escolar en el marco del proyecto europeo CECI (Citizen Involvement in Circular Economy Implementation), que reconoce la participación ciudadana como factor clave en el impulso de la economía circular en la vida cotidiana.

La Dirección General de Cambio Climático y Educación Ambiental ha destacado la calidad de la experiencia, que ha evitado que 600 kilos de basura acaben en el vertedero y ha logrado involucrar a toda la comunidad educativa en una práctica en que los residuos son vistos como recursos, una filosofía que también podrán poner en práctica en sus casas. Es por ello que la ha seleccionado para los proyectos Interreg Europa de intercambio de iniciativas y ha elaborado un vídeo, disponible en la web y el canal de YouTube del Gobierno de Aragón, donde puede verse a los alumnos del “Gaspar Remiro” en acción. Una acción especialmente significativa para la directora de Cambio Climático y Educación Ambiental, Marta de Santos, que advierte de que no se trata de algo aislado o puntual: “La economía circular es la referencia para la aplicación del Plan GIRA aprobado en 2018 y será uno de los ejes de la próxima planificación de residuos en Aragón”.

Residuos son recursos

Más allá de Aragón, a escala nacional e internacional, la política en materia de residuos es hacer que los productos, materiales y recursos se mantengan en la economía el mayor tiempo posible, reducir al mínimo la generación de residuos y aprovechar con el mayor alcance los que no se puedan evitar.

El mayor potencial, dentro de los residuos domésticos, es el de los residuos orgánicos, el 40% de la bolsa de la basura. Residuos que los alumnos del “Gaspar Remiro” discriminan en sus islas de reciclaje, facilitadas por el Programa de Desarrollo Rural de Aragón 2014-2020, y que saben que no acabarán ahí. Como tampoco acaba ahí su compromiso con el medio ambiente, acostumbrados, como están, a los almuerzos saludables, a celebrar el día mundial sin pajita o el día de la Educación ambiental. O, lo último, a buscar voluntarios para reclutar en su ecopatrulla escolar.

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