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¿Cómo pueden las universidades fortalecer su integridad tras un año de pandemia?

Como consecuencia directa de la Covid-19 en el sistema educativo, la evaluación a distancia se ha convertido en algo más permanente de lo que inicialmente habíamos previsto. Los profesores se enfrentan ahora al reto de encontrar maneras efectivas de seguir evaluando a los alumnos, a la vez que mantienen la integridad durante todo el proceso de aprendizaje digital.
Lluis Val
Turnitin España
11 de mayo de 2021
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© MAVERICK-INFANTA

Al encontrarse en un entorno de estudio extraño, los estudiantes pueden sentirse menos apoyados y comprensiblemente nerviosos sobre el impacto del coronavirus en su educación; esto puede llevar a que se sientan tentados a tomar atajos que podrían llevarles a una mala conducta académica. El plagio se ha convertido en una preocupación cada vez mayor para las instituciones de educación superior de todo el mundo. Cuando las universidades no implementan medidas preventivas, esta forma de mala conducta académica se convierte rápidamente en una amenaza para su reputación y buen nombre.

Esto, unido al anuncio de la nueva Ley de Convivencia Universitaria que prepara el Gobierno de España, y que perseguirá y sancionará el plagio, conlleva que las instituciones académicas deban lidiar con esta amenaza a su reputación, así como a las perspectivas a largo plazo de sus estudiantes. Se ha demostrado que los casos repetidos de plagio perjudican la integridad de los títulos universitarios y, a un nivel más amplio, pasar por alto el plagio también tiene el potencial de desacreditar el sistema educativo del país.

Por esta razón, es importante que las universidades vayan más allá de la vigilancia al plagio y empiecen a promover una cultura de integridad académica que ayude a los estudiantes a desarrollar el pensamiento crítico y el aprendizaje independiente. Al centrarse en ayudar a los estudiantes a conseguir estas habilidades a lo largo de sus estudios, las instituciones académicas pueden esperar resultados más positivos a largo plazo, en forma de mayor participación estudiantil, menores tasas de abandono y mayor credibilidad. Es aquí donde la tecnología puede ayudar.

Por ejemplo, la compañía de soluciones tecnológicas Turnitin ha estado apoyando de manera activa a las instituciones académicas desde el principio de la pandemia, ayudándoles a fortalecer sus recursos digitales para poder ofrecer a los alumnos educación a distancia de calidad que les motive y les anime a participar y comprometerse con la calidad y la integridad. Durante el 2020, Turnitin ofreció acceso gratuito individual a Gradescope Complete, su herramienta líder en evaluación e incrementó gratuitamente las licencias a los clientes que ya utilizaban Feedback Studio, la plataforma más emblemática de Turnitin dedicada a ofrecer retroalimentación completa y de calidad.

"Cuando las universidades no implementan medidas preventivas, el plagio se convierte rápidamente en una amenaza para su reputación y buen nombre"

Con este tipo de herramientas, los educadores pueden estar seguros de que los estudiantes se involucran realmente en su educación, escribiendo con integridad desde el primer trabajo hasta el examen final, y desarrollando habilidades de pensamiento original que podrán transferir a la siguiente etapa de su carrera académica.

Incorporar la integridad académica a lo largo de todo el proceso de aprendizaje es ahora más importante que nunca. Ello requiere la habilidad de identificar las posibles malas conductas y poder facilitar feedback a través de una única herramienta, para que las discusiones sobre integridad académica se conviertan en oportunidades de aprendizaje, en lugar de en situaciones únicamente punitivas.

Con las vacunas ya disponibles y la esperanza de que la vida pueda volver a la normalidad en unos meses, no debemos olvidar las lecciones aprendidas durante la pandemia. Con el uso de herramientas de evaluación a distancia se presentan muchas más oportunidades a lo largo del año académico para entender, evaluar y apoyar el rendimiento de los alumnos.

Los profesores quieren poder utilizar las lecciones de la Covid-19 para mejorar los procesos evaluativos, desarrollando políticas de evaluación que reflejen las prácticas modernas de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, la calidad de la educación en España depende de que las instituciones educativas se den cuenta de la necesidad real de invertir en tecnologías educativas.

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