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El poder de los ejemplos

Manuel Carmona
Profesor universitario
19 de mayo de 2021
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Retomamos hoy el diálogo con el hombre y la mujer de la calle que dejamos interrumpido el pasado mes de diciembre. Y lo hacemos teniendo presentes unas palabras que el nuevo Presidente de los Estados Unidos dijo durante su toma de posición en enero: “trataré de gobernar con el poder de los ejemplos”. Hacía Biden referencia a esta filosofía de gobernanza para distinguirla de aquella otra marcada por “los ejemplos del poder” a lo largo de la Historia.

En estas últimas semanas estamos viendo en nuestros países y a nivel internacional, hechos y decisiones que muestran la importancia de vivir y convivir en democracia a pesar de las fallos que también en ellas se cometen, o en los casos más graves a pesar de las corrupciones que se desarrollan y que desde luego son las peores pandemias sociales e instituciones que pueden asolar a cualquier país o mundo. Y me voy a referir a cuatro ejemplos edificantes que nos deben hacer reflexionar sobre conductas ejemplares a seguir.

La primera de ellas, la sentencia del tribunal correspondiente por el caso del asesinato de George Floyd por parte de un policía. En la misma, tras estudiar las pruebas, los argumentos y contra argumentos de las partes, el ex policía causante del delito, ha perdido su puesto de trabajo dentro de ese cuerpo de seguridad y ha sido condenado a una larga condenada. Otra cuestión será si la misma le servirá para cambiar durante su estancia privado de libertad.

En países donde los regímenes dictatoriales u oligárquicos son las formas de gobierno, este tipo de delitos suele quedar impune e incluso es cobijado por los mandatarios y sus estructuras de poder. Esto también debe llevar a reflexión a quienes sesgados por ideologías que no investigan en la Historia real de los países, pretenden homogeneizar a todos los estados, cuando las trayectorias son bien distintas. Ojalá en cualquier rincón del planeta algún día cercano, la democracia sea la forma de convivencia, y los derechos y las obligaciones se respeten por todas las personas e instituciones a diario.

En estas últimas semanas estamos viendo en nuestros países y a nivel internacional, hechos y decisiones que muestran la importancia de vivir y convivir en democracia a pesar de las fallos que también en ellas se cometen

El segundo de los ejemplos ha sido el rechazo de los seguidores al fútbol a una Superliga que promovían una serie de equipos excluyendo las normas básicas que no solo rigen en ese deporte desde su creación sino en cualquier otra actividad deportiva. Era una manifestación clara ese proyecto de creación de una plutocracia, en parte promovida por mandatarios y clubes que han hecho una pésima gestión económica en los últimos años, y que ahora pretendían esconder logrando unas vías de financiación para superar el pufo económico creado. La excelencia que lograron con sus canteras de donde salieron desde Sir Bobby Charlton hasta los Pujol o Del Bosque, entre otros, fue dejada de lado hace tiempo. Vuelvan a sus orígenes y empiecen a remar como hace cualquier hijo de vecino a diario para salir adelante, ese mismo que les cofinancia de forma directa comprando una entrada, sacándose un abono de temporada o regalando una equipación; o viéndoles por la tele (financiación indirecta).

El tercero de los casos viene motivado por la causa judicial que la Unión Europea acaba de abrir con AstraZeneca por la no entrega de 100 millones de dosis de su vacuna como se había comprometido en el primer semestre de 2021. De un total de 200 millones firmadas, salvo sorpresa de última hora, sólo va a distribuir un 50% de las mismas. En los próximos meses veremos el discurrir de este proceso judicial. De ser cierta la demanda de la UE y que el Tribunal correspondiente lo corrobore en sentencia firme, estaríamos ante un caso que crearía jurisprudencia para garantizar no solo la salud pública sino también para situar a los intereses económicos en una segunda escala frente a los derechos ciudadanos y el Estado de Derecho, en un segundo nivel frente a la Ética y la Moral.

El último de los ejemplos está vinculado con la gala de los Oscar de este año. Uno de los galardonados, el cineasta estadounidense de orígenes afroamericanos, Tyler Perry, pronunció esta reflexión al recoger su estatuilla: “Mi madre me enseñó a rechazar el odio, me enseñó a rechazar el prejuicio totalizador”. Y añadió: “Me niego a odiar a alguien porque es mexicano o porque es negro o blanco o LGBTQ. Me niego a odiar a alguien porque es policía. Me niego a odiar a alguien porque sea asiático”. Rematando su meditación con su dedicatoria “a todo aquel que quiera situarse en el centro, sin importar lo que haya en torno a las murallas. Pónganse en el medio, porque ahí es donde se produce la sanación. Ahí es donde se produce la conversación. Ahí es donde se produce el cambio”.

Esto es lo que te propongo que compartamos en esta reanudada conversación en la plazuela pública del periódico, o en un aula universitaria o de cualquier otra etapa de la enseñanza.

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