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"Educar empieza en casa; los niños copian lo que ven”

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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¿A tus hijos les cuesta dar las gracias, saludar cuando entran en algún lugar o decir adiós cuando se despiden de alguien? ¡Hola, Gracias, Adiós! de Elisenda Roca y con ilustraciones de Cristina Losantos (editorial Bambú), es el libro que necesitan para aprender, obviamente, a través del ejemplo que ven cada día en sus padres.

 ¿Cómo surge la idea de escribir un libro sobre los buenos modales dirigido para los más pequeños?  
Este libro forma parte de una colección para mejorar hábitos y actitudes en casa y en el colegio. El primero es Fuera pesadillas para vencer el miedo a la oscuridad a través del juego, el segundo se titula No somos los tres cerditos para combatir la pereza y mantener los buenos hábitos de higiene y el tercero es ¡Hola, Gracias, Adiós! con el que pretendemos que los niños sean más educados y respetuosos en su día a día a través de las peripecias de Martí y Nora. Este libro está dirigido para los primeros lectores de entre seis y siete años.
¿Consideras que los niños de hoy carecen de buenos modales?
No, para nada. Nuestros niños, en general, son bastante educados y saben comportarse adecuadamente en público. Este libro no es el abc de la urbanidad, ni damos lecciones de protocolo. Sólo queremos dar unas pautas para que los niños cambien de actitud y descubran las ventajas de decir gracias, saludar y despedirse, con una sonrisa.
 Entonces, ¿por qué crees que hay niños que no saludan, no dicen gracias o por favor?  
Muchos los hacen por timidez, otros porque son muy serios y les cuesta interactuar con terceras personas y otros porque no quieren. No hay que olvidar que la Educación empieza en casa y los niños copian lo que ven, por eso los padres debemos dar un buen ejemplo.
 Vivimos una crisis económica y dicen los expertos que también una crisis de valores que ya se está notando en la Educación a los más jóvenes.
Es cierto que estamos viviendo un momento muy difícil, pero considero que los valores básicos, el respeto, la generosidad, la tolerancia, siguen ahí. Nadie dijo que fuera una labor sencilla. Por eso, es fundamental marcar límites, pautas y normas a los hijos, aunque nos cueste una batalla diaria. El oficio de padre conlleva grandes dosis de paciencia, mucho amor y sobre todo reírse de todo. Ah, y procurar hacerlo sin chillar, por favor.  

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