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¿Enseñanza on line o presencial?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La pandemia ha traído un nuevo modelo de enseñanza: el colegio on line. Este sistema favorece a algunos niños pero perjudica a otros. ¿Por qué?

Por Olga Fernández

Carmen no quiere ir al cole. Ha descubierto que le gusta más la escuela on line. “Durante el confinamiento mejoró mucho en las notas. En su colegio tienen el proyecto iPad, no trabajan con libros en papel, todo es digital. Por eso se adaptaron rápido a las clases on line”, explica su madre. En el polo opuesto se encuentra su amiga Ángela: prefiere las clases presenciales porque le gusta participar, preguntar y hablar con los compañeros. “Sus notas bajaron durante el confinamiento porque perdía mucho la atención en las clases on line, se cansaba, y fallaba en los exámenes tipo test que les hacían a contrarreloj”, comenta la madre. ¿Por qué esta disparidad? “Hemos visto que hay niños que han experimentado una mejora en su rendimiento escolar con la enseñanza on line mientras a otros les ocurría lo contrario. Se ha debido básicamente a la falta de herramientas ante una situación de este tipo, junto con las fuentes de motivación intrínseca existentes en cada uno de ellos. En conjunto, ha podido deberse a los numerosos cambios que han sufrido en lo que entendían como su realidad instaurada: limitación de movilidad, suspensión radical de la asistencia presencial a la escuela, modificación de horarios y hábitos establecidos, gestión de emociones y situaciones…”, argumenta Silvia Alcarria, maestra de Educación Primaria y reeducadora pedagógica.

Los casos de Carmen y Ángela pertenecen a la misma clase de segundo curso de Secundaria. Son dos ejemplos antagónicos de las consecuencias del teleaprendizaje, un nuevo método de enseñanza que ha sacado a la luz importantes cuestiones. Por ejemplo, el estudio Seis semanas de confinamiento: Efectos psicológicos en una muestra de niños de Infantil y Primaria, realizado por las psicólogas especializadas en desarrollo infantil Marta Giménez-Dasí, de la Universidad Complutense, y Laura Quintanilla, de la UNED, ha desvelado que el estrés se redujo durante el confinamiento en los niños de 8 a 10 años y que solo un 9% echa de menos el colegio. Otra ventaja de la enseñanza on line reside en que los niños víctimas de acoso dejan de sufrirlo. “Los que se enfrentaban en su vida cotidiana a actos propios de acoso han vivido un respiro puesto que no han tenido que convivir con los acosadores. En consecuencia, puede haberse dado una mejora de su implicación escolar con las sesiones telemáticas. Pero desde mi punto de vista, no es una solución para los niños que sufren acoso escolar puesto que la educación es un derecho fundamental de la infancia y debe presentar las mismas oportunidades para todos”, puntualiza Silvia Alcarria. La pedagoga también advierte de que durante el confinamiento se ha detectado un aumento del ciberacoso, “es decir, el acosador seguirá ejerciendo conductas abusivas siempre y cuando no haya un trabajo de concienciación e intervención con todo el alumnado, no sólo con los perfiles existentes: víctimas y agresores”.

Alumno que mejora

El perfil de los niños que han mejorado su rendimiento académico en las clases on line responde a unas características muy concretas: el estilo de aprendizaje y los rasgos de su personalidad. “Los alumnos con una buena competencia digital y tecnológica, quienes disponen previamente de las habilidades informáticas necesarias para acceder al contenido escolar, han logrado alcanzar resultados favorables puesto que el dominio de las herramientas les ha supuesto una fuente de motivación frente a los aprendizajes. También los estudiantes cuya vía de aprendizaje dominante es la visual y auditiva, dado que la metodología más utilizada ha sido en forma de vídeos, videoconferencias, fotografías… Por otro lado, cabe destacar la importancia de las características individuales de dichos niños y niñas. Más allá de la manera de aprender, hay alumnos que han visto reforzado su rendimiento académico fruto de sus habilidades inter e intrapersonales, por ejemplo quienes poseen buena competencia social y autogestión emocional”, explica Silvia Alcarria. La pedagoga también añade otra característica: cuando el gusto o interés por permanecer en casa es superior al de estar en la escuela. Y en el caso de los adolescentes, el hecho de disfrutar de flexibilidad horaria: “Durante el confinamiento muchos adolescentes se han decantado por las clases online respecto a las presenciales porque se han dado cuenta que es una metodología con mayor flexibilidad horaria y con un menor desgaste energético”.

La brecha educativa también ha aumentado con la entrada en escena del teleaprendizaje. No todos los alumnos tienen los mismos recursos tecnológicos y esto incrementa las diferencias sociales. La ONG Save the Children ha asegurado que la pandemia y el confinamiento podrían provocar diversas consecuencias emocionales, sobre todo en los niños con menos recursos. “Un alto porcentaje de estudiantes no ha podido acceder a contenidos ni ha desarrollado las competencias previstas. Además, ir a la escuela no se reduce única y exclusivamente al acto de aprender, sino que también brinda la oportunidad de cubrir servicios básicos para el alumno: becas de comedor, apoyo emocional para alumnos con NEE, atención individualizada, etc.”, concluye Silvia Alcarria.

Cómo aumentar el rendimiento en el «telecole»

  • En el caso de los niños que han bajado el rendimiento, la pedagoga Silvia Alcarria recomienda una serie de rutinas que ayudan a mantener la concentración y mejorar el trabajo.
  • Respetar los hábitos de realización de las tareas académicas y domésticas.
  • Elaborar un horario base flexible y modificable que sirva de soporte para la distribución del tiempo los siete días de la semana.
  • Configurar un protocolo de actuación para las tareas académicas. Instaurar franjas de 45 minutos como máximo y priorizar descansos de 15 minutos, jugar con el tiempo según la edad cronológica del niño/a.
  • Crear un espacio de estudio con las condiciones óptimas y con el menor número de distractores posibles: distribución del espacio, condiciones acústicas y lumínicas…
  • Confeccionar un listado de normas consensuadas por los miembros de la familia que atiendan al nuevo funcionamiento en el hogar.
  • Establecer un límite temporal para el uso de dispositivos electrónicos: tablet, móvil, ordenador, consolas…
  • Ayudar a mantenerle motivado/a haciendo uso de un lenguaje positivo y asertivo.
  • Propiciar la realización de tareas que combinen distintas disciplinas: físicas, culinarias, científicas, artísticas y musicales, entre otras.
  • Fomentar el placer por la lectura y por dinámicas de relajación, ‘mindfulness’ y de meditación guiada.

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