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¿Está mi hijo preparado para estudiar en el extranjero?

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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La decisión de estudiar algún curso o trimestre fuera de España tiene muchas implicaciones, no solo económicas y académicas. Es importante valorar si el niño está preparado o no para afrontar el reto.

 

Por Terry Gragera

Son los padres los que más conocen a sus hijos y, por lo tanto, pueden intuir cuándo están preparados para marcharse al extranjero. En esa valoración es importante considerar su madurez y su capacidad de adaptación. En todo caso, Irene Lorza, psicóloga de TherapyChat, destaca que es un objetivo al que acercarse poco a poco. “El niño no se prepara para algo así de la noche a la mañana: debe ser una adaptación progresiva. Así podrá ir ganando confianza, generando nuevas estrategias de afrontamiento… Todo ello se consigue con aproximaciones hacia otras experiencias de separación de la familia, como ir a dormir a casa de amigo o a campamentos de verano”.

¿Desde cuándo?

“La mejor etapa para realizar un año académico en el extranjero abarca desde los 10 a los 18 años, según el país elegido”, apunta Marta Galea, secretaria general de la Asociación Española de Promotores de Cursos en el Extranjero (Aseproce). Su recomendación es que la experiencia sea en solitario para que “la inmersión sea completa y eficaz”. Por su parte, Irene Lorza cree que “la adolescencia es un buen momento para tener experiencias más allá del círculo familiar, y es así como van formando su propia identidad”.

No obstante, no destaca una edad concreta: “Es fundamental valorar cada situación. La adolescencia es muy variopinta a nivel madurativo: algunos niños la comienzan con 11 años y otros con 15. La madurez suele ir acompañada de más estrategias para afrontar situaciones novedosas. No obstante, salir fuera no es la única opción. Hay muchas otras actividades que pueden resultar interesantes en este sentido y no implican salir de su país si no lo consideramos oportuno”

¿Y si quiere volver?

El proceso de adaptación a un nuevo entorno académico y social puede repercutir en el estado anímico de los estudiantes que se marchan fuera. “Es normal que al principio echen de menos su vida en casa, que estén tristes o incluso que se enfaden”, explica la psicóloga. “En ese caso, creo que debemos recoger y validar sus emociones y animarles a que, a pesar de que se sientan así, hagan lo que esté en su mano para aprovechar lo bueno de la experiencia y permanecer allí, ayudándoles a ver por qué puede ser algo enriquecedor para ellos en el futuro”, detalla.

En este sentido, Marta Galea, de Aseproce, destaca cómo la adaptación al estilo de vida en otro país pasa necesariamente por una serie de etapas de las que es conveniente que el niño esté advertido de antemano.

Pero ¿cómo reaccionar si quiere volverse? Para la secretaria general de Aseproce, “no es recomendable que el estudiante regrese a España sin haber acabado el curso; es preciso que los padres tengan paciencia durante las primeras semanas, pues existe un tiempo de ajustes y adaptación natural, como en cualquier experiencia”.

La recomendación de la psicóloga Irene Lorza es “no obsesionarse con que deben quedarse allí sí o sí”. En determinadas circunstancias, ella aconseja “ser flexibles y, quizá, echar marcha atrás. ‘Equivocarse’ también puede ser un aprendizaje valioso para los niños. Es una opción válida que también nos hace aprender”.

 

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Diez claves para no equivocarse

El lugar elegido, el momento de empezar, el tiempo fuera, la organización escogida… Hay muchas variables a tener en cuenta. Estos son los consejos que ofrecen desde Aseproce para elegir bien:

1. El niño debe comenzar el contacto con el idioma lo antes posible.

2. El aprendizaje debe ser gradual, sin forzar la situación.

3. A partir de los 6 años, los niños pueden ir a campamentos de idiomas en España, comenzando por los que son urbanos.

4. Se puede continuar con los campamentos de idiomas en la naturaleza.

5. La salida a otros países es aconsejable a partir de los 13 o 14 años,aunque se puede adelantar un poco, dependiendo de la madurez del niño y de su dominio del idioma.

6. Se puede empezar con un destino próximo,como Reino Unido o Irlanda, y con una estancia de dos o tres semanas.

7. Cuando son más mayores, la estancia será superior en tiempo y con una familia.

8. El niño debe conocer en detalle el curso que va a hacer y es importante llegar a un acuerdo con él.

9. No se le debe plantear como un castigo sino como una oportunidad de aprender.

10. Los padres deben verificar que la organización elegida cumpla todos los requisitos de calidad, según la legislación vigente.

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