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Etiquetas: no, gracias

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Olga Fernández
Nicolás (12 años) es un niño de talla baja y en el colegio sus compañeros, e incluso algún profesor, le llaman “El Pequeño Nicolás”. Una etiqueta graciosa, pero estigmatizante. Nicolás reproduce esta misma conducta con otros niños: “Eres tonto porque suspendes”, “eres fea porque estás gorda”. A su vez, los demás niños replican el patrón de conducta. Etiquetar es una costumbre que muchas veces se promueve desde casa: los padres adjudican adjetivos a los niños a modo de “gracia” sin tener en cuenta las consecuencias. Desde la plataforma BullyingSOS advierten que “una “etiqueta” puede llevar a vivir a nuestro alumno o hijo, una situación de acoso escolar o “bullying” viéndose afectada su autoestima y capacidades como persona”. Las etiquetas merman la autoestima del niño, aunque no se digan con intención de hacer daño: “lento”, “vago”, “torpe”, “tozudo”, “despistado”, “llorón”… no gustan a los niños y no deberían utilizarse. “Tanto los padres como los profesores tiene una gran influencia a la hora de mermar la autoestima de los niños”, dice Astrid Illán Redondo, psicóloga y profesora en la Universidad de Comillas, en Madrid. La experta destaca que el trabajo en casa es muy importante: “Hay que educar en la aceptación del otro aunque sea diferente, deben ver que hay más opciones además de ellos mismos; y enseñarles a resolver los conflictos desde la asertividad no desde la agresividad”, explica.
Fomentan el acoso
El nivel de autoestima es otro de los aspectos que debe tenerse en cuenta en el niño para evitar situaciones de acoso. Las etiquetas negativas (“tonto”, “patoso”, “lento”, “vago”, “gordo”) tienden a crear en el niño una baja autoestima que llega a anular al pequeño.
¿Cómo saber si tiene baja autoestima? Según la psicóloga, hay que fijarse en estos signos: rechaza hacer actividades intelectuales, deportivas o sociales por miedo al fracaso; engaña, miente, echa la culpa a los otros; se vuelve pequeño otra vez; no confía en sí mismo; siente que no tiene el control sobre lo que ocurre; muestra agresividad, timidez excesiva y violencia. Por el contrario, el niño con alta autoestima confía en si mismo y en sus capacidades; tiene ganas de probar nuevas actividades y de aprender; presenta una actitud cooperadora y sabe hacer autocrítica y aprender de los errores.

PAUTAS PARA NO ETIQUETAR
– La psicóloga Astrid Illán recomienda evitar siempre el “eres” porque condiciona al niño.? “Hay que centrarse en la conducta, no en la persona. Y reformular las expresiones: decir “yo creo que en este examen podrías haberte esforzado más”, en lugar de “eres un inútil”, aconseja. Otro ejemplo: “Tu no vales” es incorrecto, se debe sustituir por “el trabajo que has hecho no vale”. “Siempre hay que dejar una puerta abierta a la corrección de la conducta”, resume la psicóloga. Desde BullyngSOS también aconsejan una serie de pautas a la hora de evitar “etiquetas” o de actuar cuando el niño ha sido etiquetado:
– Evitar las expresiones “siempre” y “nunca” porque limitan cualquier intento de cambio.
– Resaltar las cosas que han hecho bien para potenciar su confianza y autoestima, en lugar de resaltar continuamente lo negativo.
– Invitar a la reflexión cuando se equivoquen para que resuelvan la situación con la ayuda del adulto. Hay que ofrecerles soluciones para evitar la frustración.
– Si el niño ha sido etiquetado en el colegio, no hay que culparle. Hay que subir su autoestima para que supere la situación, algo que se consigue con una buena autoestima. Poner énfasis en aquellas cosas que sabe hacer y reforzar éxitos del pasado y del presente, aunque sean cotidianos, ayudará a que el niño pueda ver sus posibilidades fuera de la “etiqueta”.
– Si el pequeño está muy afectado por la etiqueta, se aconseja hablar con los profesores para contrastar y tener otra punto de vista de la situación.

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