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"La educación no lo puede todo, hay límites"

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Especialista en criminología y en tratamiento de los delincuentes precoces, es autor, entre
otros libros, de La reeducación del delincuente juvenil, o de un Diccionario de Criminología.
En este libro trata de un problema emergente: las denuncias de padres agredidos
por sus hijos se han multiplicado por ocho en españa en los últimos cuatro años. Y de
cómo los padres afectados pueden hacer frente a este problema.

Autor: padresycolegios.com

El niño que tiraniza a sus padres es un fenómeno relativamente nuevo y, desde luego, en auge. Vicente Garrido desentraña lo que hay detrás de este problema, que él denomina el «síndrome del emperador».

Pregunta. ¿Por qué ha escrito este libro?
Respuesta. Inspiraron este libro aquellos padres que, siendo buenos progenitores, no merecían tener este problema. Se dice que son los padres los que tienen la culpa de que el niño sea así, pero eso no siempre es verdad.

P.
No estamos hablando de niños malcriados.
R. Un niño malcriado, producto de esta sociedad, no tiene por qué ser violento. Los padres permisivos tienen niños irresponsables, pasotas, caraduras… Pero no son niños violentos, no odian a sus padres, no los tiranizan.

P. Pero, ¿la permisividad no lo favorece?.
R. Lo favorece, no hay duda. Pero lo que trato de transmitir a los padres con este problema es que no se culpabilicen, y que busquen ayuda. El mito de la moldeabilidad absoluta del niño es absurdo, los padres no son dioses. La educación no lo puede todo, hay límites.
 
P. En el libro critica la frase «la educación lo es todo».
R. Es que no es todo, aunque sí mucho. El problema es que los padres, al asimilar este mensaje, llegan a mi consulta avergonzados, culpabilizados. Y ya tienen bastante con el problema de la violencia de sus hijos.
 
P. ¿No se les puede culpar?
R. Si supieran todo lo que va a pasar, podrían haber tomado medidas. Pero es que ni siquiera son conscientes de que ese problema existe, ni de las consecuencias que tiene. Y, aún sabiéndolo, es tal el desamparo en que se encuentran, que no estaría justificado culparlos.
 
P. ¿Desamparo?
R. No hay ayuda real, salvo que se tenga dinero para un psicólogo o para ingresarlo en un centro especializado: del pediatra, olvídate; el juez como mucho decretará una libertad vigilada, y eso si tiene más de 14 años –la Ley del Menor sólo está pensada para el niño marginal, no para estos casos–; el sistema de salud mental está muy abandonado en España. No hay ayuda por parte de la Administración.

P. Vaya panorama.
R. El problema es que los padres, además de venir culpabilizados, tienen que recibir la culpabilización del resto de la sociedad, incluso de los servicios sociales.

P. Hace unos años pasaba algo parecido con los padres de anoréxicas, pero eso ha cambiado.
R.Ha cambiado porque se ha publicitado mucho, y eso es importante, porque la gente ya sabe que no es un problema relacionado con la educación.
 
P. ¿De quién es la culpa?
R. Los padres de una generación han crecido con la idea de que la culpa es mala, de que su hijo no sufra un «trauma». Y llaman trauma a cualquier dolor emocional. Pero esto es un error, porque la culpa es un sentimiento antropológico. Lo hemos identificado con frustración, limitación, cuando es un auténtico recurso para que el ser humano sea completo.

P. Pero esa idea está en la sociedad.
R. Todos hemos participado en la desorientación reinante: no exculpo a los padres, culpo a toda la sociedad.

P. ¿Cuál es la causa real?.
R. Hay una predisposición biológica que afecta a un 2% de la población. Pero el aumento de los niños tiranos se debe a que antes la estructura social y familiar limitaba el problema. Pero el actual culto al narcisismo, al hedonismo y al egocentrismo hace que los niños con esa predisposición aprendan rápidamente que esto es jauja. Hay un culto al síndrome del emperador. No hay más que ver la televisión.
 
P. Sostiene que una actuación medianamente competente de los padres bastaría para atajar la mayor parte de los problemas, si hubieran contado con la ayuda necesaria. ¿Dónde buscarla?
R.Una buena red de salud tendría que haber ayudado a los padres cuando su hijo tiene 8-10 años dándoles pautas pedagógicas: primero, poniendo unos límites muy definidos de comportamiento, donde recompensas y castigos estén muy estructurados; segundo, aumentando las experiencias de socialización emocional de sus hijos.

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