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Los pediatras apuestan por una educación sanitaria para combatir la fiebrefobia

padresycolegios.comSábado, 1 de enero de 2022
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Muchas veces el miedo de los padres a la fiebre de los niños surge por la creencia de que puede ser perjudicial y el temor a las convulsiones febriles, pero, según se ha afirmado en el IX Curso de Actualización en Pediatra, esto sólo ocurre en 4 de cada 100 casos.

El Doctor Ramón Ugarte, pediatra del Centro de Salud Olaguibel, de Vitoria, fue el encargado de exponer su teoría sobre la fiebre en el Curso y afirmó que “los antitérmicos, prescritos frecuentemente, no son tan eficaces como se cree y pueden suponer un gasto energético injustificado en niños pequeños”.

Consultado por PADRES sobre este punto, nos aclara que “cuando tenemos fiebre necesitamos gastar una gran cantidad de calorías para aumentar nuestra temperatura hasta alcanzar el punto de equilibrio que necesita nuestro termostato hipotalámico”.

Si una vez hemos llegado a esa temperatura, sometemos al niño a pérdida de calor por medios físicos, ya sea desnudándolo, con baños en agua templada, aplicando friegas de alcohol, o generando corrientes de aire con ventiladores puede que consigamos una pérdida temporal de temperatura, pero como no hemos tratado la causa de esa fiebre, que no es más que una respuesta del cuerpo para combatir una infección y activar las defensas del organismo, nuevamente el cuerpo necesitará obtener energía para recuperar la fiebre.

“Esto es un despilfarro energético. En niños pequeños este gasto de energía puede ser tan importante que se consuman todas las reservas de glúcidos haciendo que el organismo queme grasa y de esta manera se produzca acetona y empeore el estado general del niño”.

Buscar el origen. Hay que tratar el origen, atenuar el síntoma solo retrasa un correcto enfoque y diagnóstico. Ugarte aconsejó durante el Congreso que la educación debería iniciarse en la primera consulta del programa de salud infantil donde se contemple la vacunación. “También parece imprescindible que estos conceptos de actuación ante un niño febril sean compartidos por los servicios de urgencias, de atención primaria y hospitalarios, para no crear confusión en las familias.”

En definitiva, debe tratarse el dolor o las molestias que causen un proceso febril y no la fiebre en sí misma. En este sentido, sería razonable hablar a la familia sobre la eventual necesidad de analgésicos y no utilizar términos como antitérmicos, antipiréticos o medicamentos para bajar la fiebre.

Si pretendemos limitar el dolor o malestar y que el descenso térmico sea el menor posible parecería más adecuado usar paracetamol porque tiene un efecto analgésico similar y posee menos efecto antitérmico que el ibuprofeno. Frente a la tendencia de hace algunos años ahora los especialistas indican que paracetamol e ibuprofeno no deberían usarse conjuntamente en un niño con fiebre “paracetamol e ibuprofeno bajan la fiebre y quitan el dolor.

Lo que hay que hacer en un proceso febril es respetar la fiebre, buscar el confort del niño (ausencia de dolor-malestar) y por eso digo dar analgésicos para que se identifiquen estos fármacos con el alivio del dolor y no como tratamiento de la fiebre porque la fiebre en sí misma es un mecanismo de defensa adaptativo y no hay que luchar contra ella”, ha explicado el Doctor Ugarte a PADRES.

No obstante, la tolerancia a los fármacos, las preferencias del niño y la familia sobre cualquiera de los analgésicos y la seguridad en el uso de estos fármacos debería tenerse en consideración.

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