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Dossier Espacio para el análisis y la reflexión

Respiración oral, dentición... ¿Un tema fuera del aula?

Desde el punto de vista logopédico, se recomienda tener en cuenta las características del respirador oral para la prevención de esta alteración y para orientar a las familias.
Alexandra SmirnovaMiércoles, 16 de febrero de 2022
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© ANDREI

En la situación actual, en la cual los profesionales que trabajan en las aulas como los alumnos llevan mascarillas, es complicado observar si la respiración de los niños es de modo nasal, así como el tipo de mordida de la persona. Es un hecho que no se debería olvidar y que puede afectar tanto a la vida personal como a la vida académica del alumno.

Las funciones orofaciales tales como la respiración van interconectadas con las estructuras orofaciales, mantienen una relación recíproca. La alteración de una puede afectar a la otra y viceversa. Por ejemplo, una inadecuada respiración conlleva una incorrecta posición lingual, una alteración en el proceso de deglución oral y, en consecuencia, una alteración en la mordida.

La respiración nasal ayuda al crecimiento del maxilar y al posicionamiento lingual en la cavidad oral. La respiración oral es aquella alteración de la función orofacial por la cual la persona respira principalmente por la cavidad oral en lugar de utilizar las narinas.

Signos observables

Normalmente se pueden observar en este tipo de perfiles varios signos:

  • Retrogratismo (mandícula adelantada).
  • Duerme o respira durante el día con la boca entreabierta y tiene ronquidos.

  • A nivel del músculo orbicular: por un lado un labio superior hipotónico (fino, con falta de fuerza), labio inferior hipertónico (más grueso y con más fuerza).

  • A nivel de la dentición, la persona puede presentar mordida cruzada (los dientes superiores se encuentran posicionados por detrás de los dientes inferiores), mordida abierta (se trata de una mordida en la cual los dientes no llegan a tocarse). En este sentido además se puede observar un ligero “apiñamiento” de los dientes y el maxilar no se desarrolla correctamente debido a la falta de apoyo lingual en el paladar.

  • A nivel de la audición, por problemas como las otitis serosas. Si no hay respiración nasal, hay un riesgo de falta de ventilación del oído medio que tiene como consecuencia la obturación del canal auditivo. Hay que tener cuidado con las otitis ya que, si sucede una pérdida auditiva durante los periodos “clave” del niño en el aprendizaje del lenguaje, podemos ver dificultades en la adquisición de la conciencia fonológica, la discriminación de sonidos, e incluso a nivel morfosintáctico.

Factores visibles con mascarilla

En el aula, podemos ver (considerando la situación Covid y la presencia de mascarilla) si la persona tiene tendencia en el uso de este tipo de respiración por factores tales como:

  • La postura corporal (la persona cuando se sienta presenta un perfil con la cintura escapular adelantada, la persona está con la espalda “curva”  además de a nivel cervical).

  • Fatiga (una persona que tiende a respirar oralmente no descansa correctamente).

  • Voz seca (si el aire entra por la boca, no es humedecido ni filtrado por la nariz y pasa directamente a la cuerdas vocales).

  • En el comportamiento puede tener más hiperactividad, falta de atención y, como consecuencia, déficit en sus notas.

  • Presencia de ceceo (si la mordida es abierta, por ejemplo, la lengua tiende a ir hacia abajo y adelantarse y se produce este fenómeno).

  • Posible dificultad en la articulación de fonemas bilabiales tales como la /b/, la /m/, dentales como la /d/ y alveolares como la /l/.

  • Desde el punto de vista logopédico, se recomienda tener en cuenta estas características del perfil del respirador oral. Puede ayudar a los profesionales académicos en la prevención de esta alteración a nivel del aula y poder orientar a las familias para el adecuado desarrollo del niño.

Trabajo de los especialistas

El especialista en logopedia, llevaría a cabo la terapia miofuncional abordando el entrenamiento de la respiración de tipo abdominal y modo nasal, el aprendizaje del uso de las narinas, corrección de la postura corporal, la estimulación de la tonicidad del músculo orbicular por medio de ejercicios de contrarresistencia, la orientación de la colocación lingual en el paladar duro (pegada al paladar sin estar adelantada durante la mordida y la deglución) y la preparación del bolo alimenticio adecuada.

La evolución del niño se produce gracias a la unión de los profesionales de las diversas áreas (logopedia, odontología, por ejemplo). Estos pueden mejorar la progresión académica puesto que, a pesar de no encontrarse presentes en los colegios muchas veces, están al servicio del profesor por el bien del estudiante y su futuro.

El trabajo sobre la respiración oral engloba la participación de: la evolución correcta de las estructuras orofaciales, desarrollo de los músculos orofaciales, el equilibrio de la columna vertebral, funciones orofaciales como la capacidad respiratoria de modo abdominal (hinchando y deshinchando el abdomen durante la inspiración y la espiración), la deglución y la articulación.

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