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Un pueblo sin escuela no es un pueblo, y si la recupera, le toca la lotería

Un pueblo sin escuela no se puede llamar pueblo y por eso, si un curso el colegio reabre en uno de los pequeños municipios del medio rural porque han llegado más niños, es como si a todos los vecinos les hubiera tocado la lotería.
Elisa FeijóoLunes, 5 de septiembre de 2022
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El Frago (Zaragoza) es uno de los dos municipios de Aragón cuyo colegio reabrirá este curso tras dos años cerrado.

Este es el sentir generalizado de los alcaldes que este curso en Aragón verán que su pequeña escuela o bien se mantiene o bien reabre sus puertas por la llegada de nuevos moradores a estos rincones de la España más despoblada. El Frago (Zaragoza) es uno de los dos municipios de Aragón cuyo colegio reabrirá este curso tras dos años cerrado. Su alcalde, José Ramón Reyes, es quien piensa, según confiesa a Efe, que un pueblo, para serlo, debe de tener colegio, y con él coincide José María Castrillo, alcalde de Botorrita (Zaragoza), cuya escuela reabre con cuatro niños. «Un pueblo sin colegio no es nada», anfatiza.

Para El Frago, la reapertura del colegio con cuatro alumnos tras 32 años cerrado por falta de niños supone un «antes y un después». Los vecinos lo han recibido «como cuando te toca la lotería». Mientras, en otras localidades de la comunidad siguen haciendo un esfuerzo por mantener los centros educativos aunque sea con pocos niños. Este curso 52 escuelas rurales en Aragón contarán con tan solo entre 3 y 6 alumnos. Es el caso de Paúles de Sarsa (Huesca) que como Plan (Huesca) abrirá sus puertas con dos alumnos, dentro del proyecto de Colegios Rurales Agrupados (CRA) del Gobierno de Aragón.

Para el alcalde de Paúles, Enrique Pueyo, es «todo un lujo» contar con el colegio, ya que la gente de la zona estaba «muy preocupada» por que se pudiera cerrar después de 30 años. «Los niños de Paúles tienen un desparpajo que niños de su edad en otro lugar tienen menos; el hecho de que tengan casi un profesor para ellos solos es una pasada porque adquieren muchas responsabilidades en el cuidado o en la forma de tratar a los más pequeños y esto se nota muchísimo», ha indicado.

Para El Frago, la reapertura del colegio con cuatro alumnos tras 32 años cerrado por falta de niños supone un "antes y un después". Los vecinos lo han recibido "como cuando te toca la lotería"

En una situación similar se encuentran en Alacón (Teruel), donde dos niños de la misma familia son los únicos que acudirán a su escuela este año. «El año pasado teníamos una familia numerosa con seis hijos que iban al colegio en el pueblo, pero este mes se han marchado», ha lamentado a Efe su alcalde, Ricardo Alquézar.

Alquézar ha añadido que es «un esfuerzo grande» tener abierta la escuela y su objetivo es no cerrarla en un municipio con apenas 250 personas empadronadas y de edad elevada. «Aunque mucha gente dice que deberíamos hacerlo porque no hay niños», se lamenta el alcalde.

En El Frago no descartan contar con más familias, de igual manera que sucede en Paúles de Sarsa. «Los niños no son todos de El Frago, ha ido viniendo gente, como una familia de Madrid que han cogido el bar y tenían niños, y además todo el pueblo se ha volcado en acoger una familia ucraniana con críos pequeños», señala Reyes. En esta línea, desde los distintos ayntamientos impulsan proyectos para revertir el descenso demográfico y luchar contra la despoblación. «Cuando entramos al ayuntamiento, aquí había 32 personas viviendo, de las cuales muchas eran octogenarias y teníamos mal panorama, teníamos pierna y media en el cementerio», dice gráficamente el alcalde de El Frago.

En Alacón han recibido subvenciones de la Diputación de Teruel destinadas a instalar banda ancha para que acuda gente al pueblo a teletrabajar, según explica su alcalde

Pero apostaron por proyectos como «Arraigo» o «Pueblos vivos» para, poco a poco, revertir la situación. De este modo, espera que este invierno vivan más de sesenta personas en El Frago, donde actualmente la población no supera dicha cifra. «Proporcionamos una subvención a una vivienda que se pone a disposición de familias para que vengan a vivir aquí, pero tiene que ser obligatoriamente para familias que tengan niños en edad escolar y que los matriculen en el colegio de Paúles», indica Pueyo, quien añade que «cada vez» que ponen un anuncio de que se necesitan familias, se dan cuenta de que muchas personas están muy interesadas en ir a vivir al medio rural.

Por su parte, en Alacón han recibido subvenciones de la Diputación de Teruel destinadas a instalar banda ancha para que acuda gente al pueblo a teletrabajar, según explica su alcalde. Los niños de todas estas localidades, que en ningún caso alcanzan los 500 habitantes, tienen «muchas ganas» de que empiece el colegio, tal y como asegura el alcalde de Botorrita, quien concluye que «lo mejor que se puede hacer hoy en día es reabrir un colegio».

El próximo 8 de septiembre comenzará el curso escolar en Aragón y las aulas volverán a llenarse de vida, especialmente las de los municipios zaragozanos de El Frago y Botorrita, con la ansiada reapertura de sus escuelas.

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