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La fórmula final de la nueva EBAU no se conocerá hasta la próxima primavera

El Ministerio de Educación, comunidades autónomas, rectores y universidades se están reuniendo desde el mes de septiembre para definir cómo será la nueva prueba de acceso a la Universidad (EBAU) y esperan acabar sus trabajos entre abril y junio de 2023.
RedacciónMartes, 25 de octubre de 2022
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La fórmula que finalmente se acuerde se aplicará como prueba piloto en algunas comunidades –aún por determinar– a finales del curso 2022-23, han explicado a Efe fuentes del Ministerio de Educación, que no han entrado a valorar la idea lanzada este viernes por la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso. Díaz Ayuso ha planteado la propuesta de Madrid para la nueva selectividad ante el «rechazo» del Gobierno a una EvAU para toda España, que consiste en una prueba para los estudiantes que quieran acceder a cualquier universidad nacional y otra para los que quieren estudiar en su propia región.

Los grupos de trabajo a nivel técnico que están discutiendo esta cuestión están recibiendo las diferentes aportaciones y la previsión es que entre abril y junio próximos se ponga sobre la mesa una propuesta final lo más consensuada posible. El pasado 4 de octubre, el secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, afirmó en el Congreso de los Diputados que las reuniones técnicas «están alcanzando acuerdos significativos», pero los obstáculos «suelen estar más arriba», según dijo. En una posterior comparecencia en la Cámara Baja, el día 18, Bar afirmó que una sentencia del Tribunal Constitucional imposibilita la opción, por una cuestión competencial, de hacer una prueba única para toda España –como defienden Vox y el Partido Popular–.

Según han explicado hoy las fuentes de Educación, la prueba piloto de la nueva EBAU se aplicaría a finales del próximo curso, sin que tenga ningún valor académico

Según han explicado hoy las fuentes de Educación, la prueba piloto de la nueva EBAU se aplicaría a finales del próximo curso, sin que tenga ningún valor académico. Las comisiones de trabajo tienen que hacer propuestas sobre cómo se hace la prueba y cómo se hace la corrección.

El pasado verano, la ministra de Educación y Formación Profesional, Pilar Alegría, propuso a las comunidades autónomas que la nueva EBAU tenga menos exámenes, en concreto que pase de cuatro a dos, y que incluya una prueba de madurez académica que tenga un peso que sea un 75% del total. Para ello, sugirió que el modelo actual se mantenga tres años en «tránsito» (hasta que entre en vigor el definitivo), en los que el alumno realice cuatro ejercicios que tengan la misma ponderación cada uno de ellos (el 25%). En concreto, uno específico sobre la modalidad obligatoria elegida, dos de materias comunes (Historia de la Filosofía e Historia de España) y un cuarto ejercicio, de carácter general, en el que se valoren las destrezas asociadas al ámbito lingüístico y evalúe la madurez académica del alumnado.

A partir del curso 2026-27, la ponderación de este último ejercicio pasaría a ser del 75 por ciento y sustituiría a las pruebas comunes, y se mantendría el ejercicio específico de modalidad obligatoria (con un peso del 25%).

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