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El Profesorado y Personal Formador en Formación Profesional que se necesita en el siglo XXI

La publicación de la Ley Orgánica 3/2022, de 31 de marzo, de ordenación e integración de la Formación Profesional supone una apuesta en nuestro país por avanzar en el desarrollo de esta enseñanza con el fin de que pueda conformarse como un sistema integral orientado tanto a la cualificación como a la recualificación del conjunto de la población, ofreciendo de este modo una formación permanente que pueda adecuarse a las demandas y necesidades del mercado laboral y de los propios trabajadores y trabajadoras.
Nicasio Castro y Manuel ZuluetaMartes, 15 de noviembre de 2022
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© Katsyarina

Destaca esta Ley la necesidad de una estrecha unión, cooperación y confianza entre 3 ámbitos, como son las Administraciones, centros y profesorado, empresas y familias.

De este modo se establece en ella que toda la formación profesional tendrá carácter dual, en tanto que se realizará entre el centro de formación y la empresa, contando para ello con suficiente formación en centros laborales, en dos intensidades en función de las características del periodo de formación en el centro de trabajo.

Esta unión es especialmente cuando en el articulado de esta Ley se establece un modelo de formación profesional dual, definiéndola como “la formación profesional que se realiza armonizando los procesos de enseñanza y aprendizaje entre el centro de formación profesional y la empresa u organismo equiparado, en corresponsabilidad entre ambos agentes, con la finalidad de la mejora de la empleabilidad de la persona en formación”.

Se establece así un Sistema de Formación Profesional, que acompañe a las personas desde el sistema educativo y durante toda su vida laboral, superando los dos subsistemas independientes existentes hasta ahora, la Formación Profesional Inicial, que formaba parte del sistema educativo, y la Formación Profesional para el Empleo.

Parece obvio pensar que para lograr la consecución de los fines últimos que plantea esta Ley será necesario contar con un profesorado y un personal formador que disponga de unas competencias profesionales ajustadas a las nuevas necesidades y exigencias que asoman por el horizonte.

El profesorado, clave de futuro

Investigaciones realizadas tanto a nivel internacional como nacional, así como distintas recomendaciones a nivel de la Unión Europea, hacen hincapié en la necesidad de mejorar la competencia profesional del profesorado como herramienta primordial para la mejora de los sistemas educativos, entre los que se incluye aquel que imparte Formación Profesional.

Para ello no es menos importante disponer de un sistema de formación inicial lo más adaptado a las necesidades demandadas socialmente, un sistema de acceso a la profesión docente que acabe seleccionando al profesorado que reúna las capacidades y competencias profesionales acordes al momento histórico y de cambios que estamos viviendo, así como establecer mecanismos de apoyo al profesorado, en aspectos referidos a su formación permanente, también adaptada a las necesidades que hay que cubrir, y en aspectos referidos a mejoras en su situación laboral y condiciones de trabajo, así como a su promoción y carrera docente. Por último, como colofón a todo lo anterior, se hace imprescindible, la evaluación del profesorado, como mecanismo de retroalimentación y de mejora, que viene a cerrar el círculo.

Competencias docentes del profesorado

El contexto educativo que vivimos en general, y en particular en las EFP, con los cambios introducidos por las nuevas Leyes, de Educación y de Formación Profesional y el apoyo decidido de la Administración para impulsar esta etapa educativa, así como la relevancia del papel del profesorado en su implementación, ya comentada, hace que sea imprescindible reconsiderar el perfil deseable de los profesores/as y personal formador que va a tener que ejecutar los cambios y llevar a buen puerto los fines y objetivos planteados, para que se puedan reconducir los desequilibrios existentes en España ya explicitados en apartados anteriores.

Que la docencia está cambiando es algo comúnmente aceptado, y por otra parte, no podía ser de otra manera en la sociedad avanzada y democrática, de la que formamos parte. Ahora bien, como dice Lucía Sánchez Tarazaga en su artículo, “Los marcos de competencias docentes: contribución a su estudio desde la política educativa europea” (2016), plasmar las cualidades esenciales de un buen profesor en una lista de competencias no es tarea fácil.

En este sentido, la Inspección de Educación de la Comunidad Autónoma del País Vasco ha elaborado el documento titulado “Perfil Docente”, en el que sobre la base de las competencias docentes fijadas a nivel europeo, éstas se han sintetizado y clasificado en tres grandes ámbitos (Saber, Hacer y Ser), ya que consideran que las competencias profesionales del profesorado se pueden definir como el conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores necesarios para realizar una docencia de calidad

Como es lógico, son bastante diferentes unos de otros, ya que cada organismo pone el énfasis en distintos aspectos teóricos, en función de su concepción de la educación, del papel que otorgan al profesorado, así como de la finalidad que pretenden con el perfil, por lo que podemos concluir que no existe un único perfil docente europeo (Lucía Sánchez Tarazaga). Se considera necesario tener un alto conocimiento de su materia y la capacidad pedagógica y didáctica de enseñarla y transmitirla, pero los expertos que han elaborado dichos marcos competenciales coinciden en que la labor docente va más allá de aspectos puramente cognitivos de la materia y se ha hecho más compleja, ya que el profesorado tiene que hacer frente a otro tipo de tareas para las que debe poseer las competencias adecuadas.

Así, el profesorado tiene que afrontar tareas de planificación; dotar al alumnado de una formación integral, técnica y ética, que en el caso de la Formación Profesional, debe cualificarlo, para el desempeño de una actividad laboral específica, a través de una enseñanza basada en competencias; ofrecerle una orientación educativa y profesional ; adaptarse a nuevas metodologías; adaptarse y aprovechar las ventajas que ofrecen las nuevas tecnologías de la comunicación e información; trabajar de forma coordinada con otros docentes. En definitiva, la sociedad actual exige una mayor profesionalización de la docencia, con mayores competencias, y las EFP no escapan a dicha demanda.

Este perfil docente a nivel europeo es aplicable al profesorado de cualquier etapa educativa y por supuesto también a los que imparten las EFP. Pero además, dadas las características de esta enseñanza que tiene una conexión directa con el ámbito laboral y empresarial, tiene una especial importancia como motor de cambios y de adaptación del sistema productivo a las necesidades que van surgiendo en cada momento. De ahí, que a las anteriores competencias docentes, habría que añadir para el profesorado y personal formador de la Formación Profesional, al menos dos más, como las siguientes:

  • Dominar el sistema de profesionalidad, la estructura y ordenación de la familia que esté relacionada con su especialidad y las unidades de competencia que las componen.
  • Capacidad de cooperación y relación con el entorno sociolaboral, que le permita adaptarse a los cambios que suceden en este ámbito.

Una vez resaltado el perfil docente de los formadores de la Formación Profesional en el contexto europeo para hacer frente a las necesidades del siglo XXI, cabe realizar algunas consideraciones:

  1. Que tales competencias, son de un nivel de exigencia elevado y es difícil que un formador cuente con todas ellas en el mismo grado de desarrollo, ni que sean alcanzadas en el periodo de formación inicial. Por tanto, para el desarrollo y obtención de todas o su mayor parte, es imprescindible combinar certeramente la formación inicial y la permanente del profesorado y personal formador.
  2. Hay que rediseñar el sistema de formación inicial de los formadores, incluido el periodo de las prácticas, para adaptarlos a la consecución del mayor número posible de las competencias incluidas en el perfil y por ende, el sistema de acceso a la función pública docente.
  3. Hay que rediseñar el sistema de formación continua del profesorado y del resto de formadores, incluyendo también la fase de prácticas de los funcionarios recién incorporados a la función pública docente, para que contribuya a la adquisición de aquellas competencias que no estén lo suficientemente desarrolladas.
  4. Establecer un perfil de competencias docentes, en este caso en las EFP, debe ser algo abierto, usado como un mecanismo de reflexión, de mejora para ayudar al profesorado y formadores a alcanzarlas.
  5. Finalmente, resaltar que las nuevas competencias y capacidades que estamos exigiendo al profesorado y formadores de FP, pone de manifiesto que tienen que realizar diversas acciones más allá de la impartición de clases.

En un sentido similar, el informe regional del “Proyecto Europeo para la Mejora de la Calidad de la FP en España” recoge como Criterio 3: apoyo pedagógico las siguientes recomendaciones, todas ellas vinculadas a las mejoras d ellas competencias profesionales de profesorado y personal formador:

  • Establecer un procedimiento de acreditación de los tutores/ formadores de empresa para garantizar que sus perfiles se corresponden con las necesidades de los aprendices.
  • La regulación debería establecer la formación obligatoria para tutores o formadores en la empresa.
  • Se debería diseñar e impulsar planes específicos de formación continua para el profesorado de FP Dual.
  • Se debería potenciar aún más las estancias de profesores en empresas en el marco de proyectos de FP Dual.

Conclusiones

Sobre la base de todo lo analizado y expuesto, podemos destacar las siguientes conclusiones:

  • La actividad docente en este siglo XXI, en todas las etapas educativas y especialmente en la FP, requiere de una alta cualificación y nuevas competencias.
  • Estas competencias, deben ir en la línea que emana de diversos organismos internacionales y de la Unión Europea, más allá de los aspectos puramente cognitivos.
  • Para conseguir nuevo Profesorado con estas capacidades en las EFP, las Administraciones Educativas, tienen que rediseñar la formación inicial a nivel universitario, así como regular las condiciones y cualificación que debe reunir el resto de personal formador de la FP, para adaptarlas a las exigencias europeas.
  • Asimismo, es necesario un sistema de acceso a la profesión docente, que acabe seleccionando al profesorado de FP que reúna la mayor parte de esas capacitaciones y competencias profesionales. Para ello, debería reformarse el sistema actual para que las pruebas tengan un formato competencial en lugar de memorístico y los aspectos a evaluar se equilibren dejando en un segundo plano los del ámbito del saber frente a los de los ámbitos del saber hacer y saber ser.
  • Rediseñar la formación permanente para enfocarla hacia aquellas capacidades del marco europeo, que se detecten más deficitarias.
  • Revisar las condiciones laborales del profesorado y regular algunas mejoras en un estatuto de carrera docente.
  • Por último, se hace imprescindible, la evaluación del profesorado y personal formador, como mecanismo de retroalimentación y de mejora continua.

Nicasio Castro González es jefe del Servicio de Inspección de Educación de Granada

Manuel Zulueta Castañeda es Inspector Central en la Inspección General de Educación de la Junta de Andalucía

Referencias bibliográficas

  • Castro González, N., Zulueta Castañeda, M. (2022). Profesorado y Personal formador. En A. Asegurado y J. Marrodan (Coord.), La nueva Ley de FP y su análisis. Una mirada técnica.(1º ed., pp. 111-134). Editex.
  • Mariño Fernández, R., Barreira Cerqueiras, E. M., Rego-Agraso, L., & Irmscher , M. (2021). La formación inicial y continua del cuerpo docente de FP: satisfacción y competencia percibida en tiempos de crisis. Revista Electrónica Interuniversitaria de Formación del Profesorado, 24(2). https://doi.org/10.6018/reifop.470391
  • Los marcos de competencias docentes: contribución a su estudio desde la política educativa europea. Lucía Sánchez-Tarazaga JOURNAL OF SUPRANATIONAL POLICIES OF EDUCATION, nº 5, pp. 44 – 67 DOI: http://dx.doi.org/10.15366/jospoe2016.5
  • Perfil Docente. Inspección de Educación de la Comunidad Autónoma del País Vasco. Edición julio de 2021. Goberno Vasco.
  • Informe ejecutivo regional del “Proyecto Europeo para la Mejora de la Calidad de la FP en España”. Ministerio de Educación y Formación Profesional. https://www.todofp.es/dam/jcr:822cfe4b-3e8b-4ae5-b6dc-d65cddc6fb89/resumen-ejecutivo-informe-regional-sobre-la-calidad-de–la-fp-dual–en-espan-a.pdf

Referencias normativas

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