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Un estudio analiza la eficacia de las tablets y apps educativas como herramienta de aprendizaje en el aula

En algunos centros existe la mochila digital, en la que los alumnos disponen de una tablet propia que utilizan para las tareas escolares.
Sebastián CazorlaLunes, 19 de diciembre de 2022
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El estudio se ha propuesto analizar el papel que pueden desempeñar las apps educativas en las aulas, especialmente entre los alumnos de menor edad.

La innovación educativa pasa por mantener la mente abierta al cambio y explorar nuevas vías de aprendizaje que consigan mejores resultados. Sin duda, la tecnología es hoy una pieza fundamental para la enseñanza, y un elemento que enriquece el proceso educativo. Por eso, cada vez está más presente en las aulas en diferentes soportes y formatos, como protagonista de nuevas metodologías.

Uno de los dispositivos que ha comenzado a incorporarse al día a día en los colegios es la tablet. Algunos centros educativos disponen de un conjunto de ellas en propiedad, que entregan a los alumnos en determinadas clases o asignaturas, para realizar una actividad específica, y se recogen una vez finalizada. En otros centros, en los que se ha implantado ya la mochila digital, cada alumno dispone de su propio dispositivo para la realización de la práctica totalidad de las tareas escolares, que llevan y traen de casa cada día.

Un estudio llevado a cabo por la empresa española Lingokids, en colaboración con la Universidad Central de Lancashire (Reino Unido), se ha propuesto analizar el papel que pueden desempeñar las apps educativas en las aulas, especialmente entre los alumnos de menor edad. Para ello, se tomó como muestra un conjunto de 69 niños de 3 a 5 años, de orígenes, habilidades y situaciones diversas, de tres centros educativos.

El objetivo era testar con ellos los resultados de aprendizaje obtenidos a partir de tres metodologías distintas: una app infantil de aprendizaje a través del juego; la enseñanza dirigida por un profesor mediante la proyección de diapositivas de PowerPoint; y hojas de papel con tareas para cuya realización se requería una mínima supervisión por parte de un adulto.

Los niños se dividieron en tres grupos, y fueron rotando para que todos estuvieran expuestos durante dos semanas a cada uno de los tres métodos de aprendizaje. Para evaluar los resultados obtenidos tras esas seis semanas se establecieron tres indicadores: las expectativas y la diversión de los niños antes y después de la sesión (mediante smileys, debían definir cómo de divertida esperaban que fuera la actividad y, al terminar, cómo se lo habían pasado durante su realización); su compromiso y participación en la propia sesión, a partir del criterio profesional del profesor; y el aprendizaje conseguido, mediante un test al final de cada semana de trabajo.

Resultados del estudio

La primera conclusión extraída es que, para todos los niños participantes, tanto las expectativas iniciales de diversión como la diversión realmente experimentada eran mayores cuando la actividad a realizar era mediante el dispositivo electrónico que con las otras dos metodologías. Y también el grado de compromiso y participación fue mayor en esta modalidad de aprendizaje, por la existencia de una mayor motivación por parte de los alumnos a la hora de enfrentarse a la actividad. Por último, en lo que respecta al aprendizaje conseguido con las tres modalidades, se registraron unos resultados similares.

Es decir, la introducción en el aula de una metodología innovadora basada en una tablet y una app educativa con la que los niños aprenden mientras juegan, a ellos les resulta más atractiva y motivadora, de manera que se consigue una mayor implicación por parte del grupo de alumnos. Y la calidad de los conocimientos adquiridos es la misma que cuando se utilizan otros métodos de corte más tradicional.

“Para estas nuevas generaciones de niños ‘nativos digitales’, solo pensar en utilizar un dispositivo electrónico como puede ser una tablet ya supone un plus de interés en la actividad a realizar, lo que juega a favor del proceso de aprendizaje. Si además los contenidos digitales utilizados requieren la interacción del alumno, ese interés se mantiene durante el proceso de realización. Y al final, el alumno ha interiorizado los conocimientos en cuestión de una forma más amena y divertida, y con menor esfuerzo”, explica Rhona Anne Dick, directora de Experiencia de Aprendizaje de Lingokids.

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