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Palabras encadenadas, tres formas de aprovechar este juego en clase

Seguro que alguna vez has jugado a las palabras encadenadas en tu infancia. Y, posiblemente, también lo has hecho con tus hijos, sobrinos o peques a tu cargo. ¿Te has parado a pensar en cómo aprovechar este juego en clase?
RedacciónMiércoles, 10 de mayo de 2023
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En qué consiste el juego de las palabras encadenadas

Los niños agradecen muchísimo el jugar para aprender. Cualquier actividad divertida les entusiasma: aprenden mucho y muy rápido. Así, este tradicional pasatiempo conlleva atractivas oportunidades didácticas para mejorar su lenguaje y evitar problemas emocionales.

En qué consiste este juego

Se llama fluencia verbal a la capacidad de hablar fluidamente de forma espontánea, sin errores ni silencios derivados de no encontrar las palabras adecuadas.

Aumentar el vocabulario infantil es el camino para desarrollarla. Hacerlo jugando, la mejor estrategia.

En esencia, este entretenimiento consiste en generar cadenas de palabras conectadas por sus letras finales y primeras. Los jugadores que aguantan sin fallar hasta acabar son los ganadores.

Existen dos modalidades con diferente grado de dificultad, lo cual las hace más o menos recomendables por edades:

  1. Letra a letra. La siguiente palabra debe conectar con la última letra de la anterior. Es decir, si el primer jugador ha dicho «comer», el siguiente deberá elegir una palabra que empiece por erre. Es la opción más sencilla.
  2. Sílaba a sílaba. En este caso, el nuevo término ha de comenzar con la última sílaba del previo. En el ejemplo anterior: «comer», «merluza» sería una opción válida. Esta alternativa exige un mayor dominio léxico.

Considera que puedes optar por el lenguaje oral o escrito, según te convenga. Sus ventajas son similares, aunque:

  • Participar hablando exige mayor inmediatez.
  • Participar escribiendo permite considerar también la ortografía.

Ventajas de jugar en clase a las palabras enlazadas

Esta actividad en el aula ofrece interesantes beneficios para mejorar el lenguaje en la infancia. Estas son algunos de los principales:

  • Es un formato estimulante y divertido.
  • Se puede plantear en grupo o individualmente, según convenga.
  • Ayuda a desarrollar el vocabulario, porque se comparten muchas palabras en cada sesión.
  • Estimula la agilidad léxica y la fluencia verbal.
  • Desarrolla la concentración y la discriminación de información, en concreto para separar en sílabas o letras.
  • Es multiedad; con mínimas variantes, puede aplicarse a cualquier curso.
  • También es intergeneracional, ya que grandes y pequeños comparten la experiencia sin apenas adaptaciones.

Cómo sacar partido en clase a este juego

Cuando decides jugar para aprender en tus clases de Lengua, debes centrarte en elegir y desarrollar las mejores opciones.

En lo relativo a las palabras enlazadas, existen distintas dinámicas aprovechables, según tus objetivos. Te vamos a proponer tres altamente recomendables.

1. Por equipos en pizarra

Distribuye al alumnado en cuatro u ocho equipos no demasiado numerosos, tres o cuatro es lo ideal. El objetivo es crear eliminatorias rápidas ante la pizarra.

Tras asignar el turno de salida y el orden de participación de los integrantes, como profesor escribirás la palabra madre. Alternativamente, un miembro de cada grupo ha de anotar su encadenada al lado.

En función de la edad de los participantes, se establecerá un tiempo máximo para la respuesta. Lo mejor es que sea escaso, para agilizar la actividad y exigir más esfuerzo a los participantes.

Los equipos que fallan quedan eliminados —o juegan pruebas de consolación—, mientras que los ganadores avanzan hacia la gran final.

2. Individual en círculo

Coloca a los participantes de pie formando un círculo. El turno corre en la dirección de las agujas del reloj, tras sortear qué jugador comienza. El siguiente ha de decir una palabra encadenada válida con la rapidez establecida.

Si acierta, el turno pasa al siguiente; si falla, se sienta y permanece inactivo hasta el final de la partida. En ese supuesto, el jugador situado a su derecha decide con qué palabra empezar.

El juego termina cuando solo un alumno ha quedado en pie y, lógicamente, será el ganador. Si se repite la actividad, es conveniente remover a los participantes para darle más dinamismo y novedad a la siguiente partida.

3. Dictado encadenado

El objetivo de esta variante no es individual, sino colectivo. Además, se centra en el lenguaje escrito, por lo que permite trabajar también la ortografía y se desmarca de las anteriores.

Los alumnos se encuentran sentados en sus mesas, con el cuaderno de Lengua abierto y un lápiz o bolígrafo preparado. La idea es conformar entre todos un dictado con palabras enlazadas, sin equivocarse, lo más largo posible.

El profe establece un orden correlativo de participación según la distribución de las mesas. Después dice la palabra inicial y sus alumnos la anotan. A continuación, el participante de turno dice en voz alta una encadenada que todos anotan. El turno pasa y, sucesivamente, se va formando el dictado hasta que alguien falla. Si el grupo ha batido su récord de palabras, habrá felicitaciones compartidas.

La conclusión es clara: jugar en clase a las palabras encadenadas es una estupenda manera de trabajar el vocabulario con niños. ¿Lo has hecho alguna vez? Cuéntanos tus vivencias y aprendizajes para que todos los aprovechemos.

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