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El inevitable suicidio de los adolescentes

Jesús Asensi
Profesor de Religión
14 de junio de 2023
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En las elecciones generales del próximo 23 de julio podemos sufrir un cambio de Gobierno singular, pues cabe la posibilidad de que el señor Feijóo sea el nuevo presidente y mantenga la ideología institucional impuesta por Pedro Sánchez, para centrarse en exclusiva, tal y como ya hizo Rajoy, en sanear la economía española.

Alguno dirá que el señor Feijóo ha asegurado que pretende acabar con el “sanchismo” y que son tantas “leyes progresistas” que resulta difícil decidir qué ley se debe derogar primero. Y claro, mientras dure esa incertidumbre revocatoria, el nuevo Gobierno no se puede quedar de brazos cruzados contemplando cómo varios millones de españoles no llegan a fin de mes por culpa de las hipotecas.

Pues sirvan estas líneas como una llamada de atención para que el señor Feijóo y los suyos contemplen la posibilidad de derogar con urgencia, lo antes posible, la “ley trans” y la ley de eutanasia y el suicidio asistido. Porque una es la que confunde y aturde el entendimiento de los adolescentes y la otra es la que invalida todo razonamiento que trate de evitar sus tentativas de suicidio.

Algunos discentes de la etapa de Educación Primaria sufren porque sus sentimientos y modos de ver la vida están desorientados y no van en consonancia con lo que correspondería por su sexo y edad. Y ahora, con la aprobación de esa “ley trans”, sólo se les va a dar un diagnóstico a ese sentir diferente, disforia de género, y un solo tratamiento médico, cambio de sexo. Las familias, según marca esta ley, nada tienen que decir al respecto y no se pueden negar a que desde el centro educativo se inicie el proceso del cambio de sexo de sus hijos. Y así, sin contar con la opinión de los padres ni con el parecer de sus hijos, emprenderá un camino tortuoso y perenne, pues ese proceso se desarrollará de por vida y les marcará profundamente en todas las dimensiones de su personalidad.

A lo largo de todo ese atormentado tratamiento, de ese señalamiento público por sentirse diferente, las tentaciones de acabar con su vida serán recurrentes. ¿Y qué argumento se le va a dar a un adolescente para que opte por la vida, si está vigente una ley de suicidio asistido que prioriza la voluntad individual de cada uno para acabar con su vida cuando se canse de existir? ¿Cómo van a reaccionar los jóvenes ante las graves contrariedades de la vida, si sus mayores, con el ejemplo por delante, optan por el suicidio asistido ante contrariedades menos gravosas?

Lo dicho, señor Feijóo. No dude en derogar, de forma prioritaria, esa «ley trans» y esa otra de la eutanasia. Después ya podrá abordar otras muchas, como esa ley del aborto que va a hacer inviable el sistema de pensiones a muy corto plazo. Aquí queda dicho.

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