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Encuentran un perfil cognitivo relacionado con los antecedentes de conducta suicida

Los individuos con antecedentes de conducta suicida tendían a mostrar una baja tendencia a atribuir eventos negativos a circunstancias externas, una mayor capacidad para inferir estados mentales propios y ajenos y un sesgo hacia las "conclusiones precipitadas".
EfeJueves, 27 de julio de 2023
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© ARTISAN SAMURAI

Un estudio dirigido por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) ha identificado un perfil cognitivo particular relacionado con los antecedentes de conducta suicida.

Los especialistas en salud mental de la UAM, vinculados al Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz, en colaboración con el Spanish Metacognition Study Group, han investigado la relación entre la cognición y la conducta suicida, cuyos resultados han publicado en la revista Schizophrenia Research.

La UAM informa en una nota de que los investigadores estudiaron a 190 participantes en las fases iniciales de un trastorno psicótico, los primeros cinco años tras el inicio del trastorno.

La evaluación incluyó una entrevista para recoger datos sociodemográficos y del estado clínico de los participantes, y un protocolo de evaluación compuesto por pruebas de evaluación neurocognitiva, de cognición social y de metacognición; para que los resultados se analizaran estadísticamente, teniendo en cuenta la presencia o ausencia de antecedentes de conducta suicida.

Distinciones en cognición social y metacognición

Los investigadores no encontraron diferencias significativas en el funcionamiento neurocognitivo, en términos de inteligencia general o en dominios neurocognitivos específicos como la atención, la memoria de trabajo o el funcionamiento ejecutivo.

Sin embargo, sí identificaron diferencias en términos de cognición social (el procesamiento cognitivo y emocional de la información social) y de metacognición (la capacidad de reflexionar sobre el propio pensamiento).

En concreto, los individuos con antecedentes de conducta suicida tendían a mostrar una baja tendencia a atribuir eventos negativos a circunstancias externas, una mayor capacidad para inferir estados mentales propios y ajenos, y un sesgo hacia las «conclusiones precipitadas«, añaden los autores.

Los individuos con antecedentes de conducta suicida tendían a mostrar una baja tendencia a atribuir eventos negativos a circunstancias externas, una mayor capacidad para inferir estados mentales propios y ajenos y un sesgo hacia las "conclusiones precipitadas"

El estudio también evalúa por primera vez de forma diferenciada el insight o conciencia de la enfermedad, teniendo por un lado el insight clínico o la capacidad de reconocer que uno tiene un trastorno mental, y por otro, el insight cognitivo o la capacidad de reevaluar pensamientos y creencias para llegar a conclusiones reflexivas, lo que implicaría procesos metacognitivos.

Estas distinciones revelaron que los participantes con antecedentes de conducta suicida mostraban niveles más altos de auto-reflexión, una de las dimensiones del insight cognitivo, sin mostrar diferencias en cuanto al insight clínico.

Esto lleva a los autores a plantear que los dos tipos de insight están relacionados con la conducta suicida de manera diferente: mientras que el clínico sería independiente de la conducta suicida, un alto nivel del cognitivo implicaría una mayor conciencia de los déficits junto con una experiencia emocional perturbadora del trastorno.

Esto, junto con la presencia de un sesgo hacia las conclusiones precipitadas, favorecería la aparición de la conducta suicida, al considerarla una opción “con consecuencias desadaptativas para afrontar ambos aspectos”.

La conducta suicida es un problema de salud pública de alta relevancia, por lo que su prevención y la reducción de su prevalencia son “objetivos globales”, concluyen los autores, que llaman a facilitar el acceso a tratamientos psicológicos y de promover el insight en aquellas personas con un trastorno psicótico que también presentan conducta suicida.

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