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Mis dudas con las altas capacidades de Gerard Piqué

Omar Jerez
Artista
10 de enero de 2025
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'La ley del más fuerte'. © Julia Martínez Fernández

El problema de las personas mediáticas o famosas, es que sus declaraciones, por el hecho de ser conocidas y admiradas, se dan por buenas por parte del resto de los ciudadanos;  los habrá que crean todo lo que salga de ellos, pero también existe una realidad muy distinta, los escépticos ante estas cuestiones entre los que se incluye un servidor. El padre de Gerard Piqué ha declarado en más de una ocasión que su hijo tiene un cociente intelectual, nada más y nada menos, que de 170 puntos, dato que debe ser cuestionado por parte de los periodistas, ya que no ha mostrado ni un solo test de inteligencia acreditando que confirme primero, que Gerard Pique tiene altas capacidades, y segundo, que refleje ese número dado por su progenitor en un test de inteligencia.

No digo que el exfutbolista Gerard Piqué no tenga unas aptitudes extraordinarias aparte de las futbolísticas, como ha demostrado a lo largo de su brillante carrera, pero en términos objetivos, nunca he escuchado decir de este grandísimo exfutbolista que se caracteriza por ser una persona con una inteligencia extraordinaria. Con que un solo periodista le hubiese planteado a Gerard Piqué de manera educada que se sometiera a un simple test de inteligencia con un perito especializado en altas capacidades, lo más probable es que la figura del padre de Gerard Piqué quedara en entredicho por las afirmaciones que ha realizado, en más de una ocasión, a los medios de comunicación, y la reputación de su hijo quedara dañada de alguna manera por no haber desmentido a su padre en su debido momento.

Hay un exfutbolista que sí fue sometido a un test de inteligencia oficialmente y que dio como resultado 160 puntos, estamos hablando del exjugador Frank Lampard que militó en las filas del Chelsea. Pero es que los mitos continúan con respecto a los futbolistas, con una simple búsqueda  que cualquiera realice en el buscador de Google, y poniendo “futbolistas superdotados” uno de los resultados que te aparece es el del jugador argentino Leo Messi, algo que tampoco es un dato oficial que esté acreditado, simplemente es una invención periodística de algún medio de comunicación que ha decidido realizar una noticia sin contar con expertos en la materia y las herramientas científicas en las que demuestre que Leo Messi tenga altas capacidades. ¿Que Leo Messi es un genio futbolístico? es un hecho incuestionable, pero también es incuestionable que el periodismo deportivo erra en dar datos anticientíficos mezclando las cualidades extraordinarias de un jugador con las altas capacidades es algo ya muy habitual en los medios de comunicación deportivos; es aquí donde todos debemos exigir información mas rigurosa con estos temas que no solo generan imprecisiones en el público en general, sino que habría que  poner sobre la mesa que no sigan lanzando datos aleatorios que no se corresponden con la realidad del mundo de las altas capacidades.

Esta claro que hay altas capacidades en el mundo deportivo como es el caso mencionado de el exfutbolista Fran Lampard, que ha tenido una carrera brillante en la élite futbolística destacando a nivel mundial, pero no todos los jugadores de fútbol de élite que sobresalen son personas superdotadas, ni todos los superdotados intelectuales tienen porque sobresalir en el fútbol de élite.

Aún queda mucho recorrido por desmitificar este tipo de cuestiones.

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Comentarios

  1. Pilar
    12 de enero de 2025 20:38

    Tras leer este artículo, no me queda más remedio que dar un poco de luz a este tema, ya que se sigue trivializando y tratando este asunto desde el desconocimiento, sin tener en cuenta la importancia de la sensación social que creamos al hablar de altas capacidades de manera imprecisa. El artículo en cuestión presenta un análisis reduccionista al equiparar las altas capacidades exclusivamente con un alto coeficiente intelectual (CI), una concepción superada hace décadas por modelos contemporáneos como el de Renzulli, que incluye también la creatividad y el compromiso con la tarea. Insistir en el CI como único criterio no solo perpetúa un mito ampliamente desmentido, sino que ignora la complejidad y diversidad que caracteriza a las altas capacidades.

    Además, el artículo cae en la misma falta de rigor que critica al citar ejemplos como el de Frank Lampard, sin considerar que las altas capacidades deben evaluarse desde una perspectiva contextual y multidimensional, más allá de lo anecdótico o mediático. Esta falta de profundidad refuerza la idea errónea de que la excelencia en un ámbito concreto, como el deporte, equivale necesariamente a altas capacidades en sentido académico o intelectual. Esto alimenta mitos dañinos, como la creencia de que todos los individuos con altas capacidades destacan en todas las áreas, algo que la investigación desmiente categóricamente.

    Otro aspecto problemático es la ausencia de una visión dinámica de las altas capacidades. Estas no son un rasgo estático o innato, sino que evolucionan y se desarrollan en función de factores internos y externos, como la práctica deliberada, la motivación y el apoyo educativo. El artículo ignora por completo esta dimensión, reduciendo el tema a una simple cuestión de cifras. Por último, la sugerencia de que Gerard Piqué debería someterse a un test público de inteligencia no solo banaliza un proceso complejo, sino que también plantea serias dudas éticas. Las evaluaciones de altas capacidades deben ser personalizadas, respetuosas y orientadas al desarrollo del individuo, no un espectáculo mediático.

    En definitiva, el artículo, aunque aborda un tema relevante, lo hace desde una óptica simplista que perpetúa mitos, desinformación y enfoques obsoletos. Hablar de altas capacidades requiere un análisis informado, contextualizado y fundamentado, que no solo respete la complejidad del concepto, sino que contribuya a educar a la sociedad en lugar de confundirla más.

    1. Omar
      13 de enero de 2025 10:01

      Doña Pilar.
      Tras leer su respuesta no me que da más remedio que dar luz a su respuesta.
      Ni se trivilializa ni se perpetua el mito de las altas capacidades.
      En tu caso, has formalizado un texto para no decir nada en concreto y soltar una perorata que aparenta ser un texto muy técnico pero sin resaltar los puntos más significativos del artículo.
      1- No eres la persona que más conocimientos tiene sobre las altas capacidades en España.
      2-Yo también soy alta capacidad.
      3-No eres científica ni has puesto sobre la mesa un tema concreto para tener una acreditación específica y dar lecciones sobre lo que se puede o no se puede hablar en éstas cuestiones.
      4-El salir en medios de comunicación durante años, como es en tu caso, hablando sobre altas capacidades no te hace ser la mayor portavoz sobre este tema.
      5-Todos podemos hablar de las altas capacidades desde nuestra experiencia personal.
      6-¿Me puedes decir en cuántas tesis doctorales apareces mencionada con tu nombre y apellidos aportando un dato científico que no haya sido puesto sobre la mesa con respecto a las altas capacidades a nivel internacional?
      7-He tratado el tema de las altas capacidades siempre desde el máximo respeto.
      8-¿Usted tenía conocimientos que el padre de Gerard Piqué lleva años soltando que su hijo tiene un cociente intelectual de 170 puntos y nadie hasta ahora, ni usted, lo ha cuestionado?
      9-¿Qué pasó con la supuesta mujer más inteligente de España, Marta Eugenia Rodríguez de la Torre que estuvo durante años diciendo que tenía un cociente intelectual de más de 218 hasta que se descubrió que era una mentira?
      Señora Pilar, lecciones de usted ninguna.
      Feliz día.

      1. Pilar
        18 de enero de 2025 00:04

        Agradezco tu respuesta, aunque observo que en lugar de centrarnos en el análisis del artículo en cuestión, se ha derivado hacia lo personal y hacia cuestionamientos sobre mi capacidad para opinar sobre altas capacidades. Creo que este intercambio sería más constructivo si nos enfocamos en los argumentos presentados y no en las credenciales individuales, ya que, como bien señalas, todos podemos hablar desde nuestras experiencias.

        Mi intención al comentar el artículo no era descalificarlo, sino señalar que al abordar un tema tan complejo como el de las altas capacidades, resulta fundamental hacerlo desde un enfoque informado y actualizado. Las altas capacidades no pueden seguir reduciéndose exclusivamente a un alto coeficiente intelectual, ya que esta visión ignora décadas de avances en la comprensión de su naturaleza, basada en modelos que también incluyen factores como la creatividad, el compromiso y el contexto educativo.

        Cuando se utilizan ejemplos mediáticos como los de Gerard Piqué o Frank Lampard, es importante reflexionar sobre cómo estas referencias pueden dar lugar a malentendidos. No es mi intención cuestionar a estas personas, sino subrayar que este tipo de ejemplos anecdóticos pueden reforzar mitos o expectativas equivocadas, en lugar de ayudar a comprender la verdadera diversidad y complejidad de las altas capacidades.

        Además, creo que es crucial destacar que las altas capacidades no son un rasgo estático, y que factores como el entorno, la motivación y el apoyo educativo desempeñan un papel esencial en su desarrollo. Reducir la conversación a cifras como un CI de 170 no solo simplifica el debate, sino que también puede desinformar al público.

        Aunque no soy investigadora científica en sentido estricto, mi análisis se basa en modelos teóricos ampliamente aceptados y en mi experiencia profesional como docente y psicopedagoga, a parte de estar en proceso de la obtención de una máster en este tema por la UNIR. Mi objetivo no es posicionarme como una autoridad superior, sino contribuir a un diálogo constructivo que permita seguir educando y aprendiendo sobre este tema tan relevante.

        Considero que este intercambio sería más enriquecedor si se centra en los argumentos planteados en mi comentario y no en cuestionamientos personales. Estoy segura de que, al compartir experiencias y reflexiones desde el respeto mutuo, podemos avanzar en la comprensión y difusión de información rigurosa sobre las altas capacidades, algo que beneficia a toda la comunidad educativa y a las familias que conviven con estas realidades.
        Un saludo,
        Pilar

      2. Pilar
        18 de enero de 2025 19:21

        Agradezco tu respuesta, aunque observo que en lugar de centrarnos en el análisis del artículo en cuestión, se ha derivado hacia lo personal y hacia cuestionamientos sobre mi capacidad para opinar sobre altas capacidades. Creo que este intercambio sería más constructivo si nos enfocamos en los argumentos presentados y no en las credenciales individuales, ya que, como bien señalas, todos podemos hablar desde nuestras experiencias.
        Mi intención al comentar el artículo no era descalificarlo, sino señalar que al abordar un tema tan complejo como el de las altas capacidades, resulta fundamental hacerlo desde un enfoque informado y actualizado. Las altas capacidades no pueden seguir reduciéndose exclusivamente a un alto cociente intelectual, ya que esta visión ignora décadas de avances en la comprensión de su naturaleza, basada en modelos que también incluyen factores como la creatividad, el compromiso y el contexto educativo.
        Cuando se utilizan ejemplos mediáticos como los de Gerard Piqué o Frank Lampard, es importante reflexionar sobre cómo estas referencias pueden dar lugar a malentendidos. No es mi intención cuestionar a estas personas, sino subrayar que este tipo de ejemplos anecdóticos pueden reforzar mitos o expectativas equivocadas, en lugar de ayudar a comprender la verdadera diversidad y complejidad de las altas capacidades.
        Además, creo que es crucial destacar que las altas capacidades no son un rasgo estático, y que factores como el entorno, la motivación y el apoyo educativo desempeñan un papel esencial en su desarrollo. Reducir la conversación a cifras como un CI de 170 no solo simplifica el debate, sino que también puede desinformar al público.
        Aunque no soy investigadora científica en sentido estricto, mi análisis se basa en modelos teóricos ampliamente aceptados y en mi experiencia profesional como docente y psicopedagoga. Mi objetivo no es posicionarme como una autoridad superior, sino contribuir a un diálogo constructivo que permita seguir educando y aprendiendo sobre este tema tan relevante.
        Considero que este intercambio sería más enriquecedor si se centra en los argumentos planteados en mi comentario y no en cuestionamientos personales. Estoy segura de que, al compartir experiencias y reflexiones desde el respeto mutuo, podemos avanzar en la comprensión y difusión de información rigurosa sobre las altas capacidades, algo que beneficia a toda la comunidad educativa y a las familias que conviven con estas realidades.
        Atentamente,
        Pilar
        PD: No sé quién crees que soy pero yo no he salido durante años en ningún medio. Me debes estar confundiendo con otra persona.

  2. Ana García
    13 de enero de 2025 14:38

    Me sorprende un poco que el primer comentario hable de simplísimo por hablar de cociente intelectual y números, no sé igual debería usted, Pilar, decirle al padre del futbolista que es simple, ya que él asevera sobre cociente y cifras, de ahí que el artículo gire en torno a ello.
    Yo no soy alta capacidad pero tampoco intento mermar a otros por sí serlo y opinar.
    No sé igual bajo su explicación soy una alta capacidad porque siempre ganaba jugando a las chapas y eso se convierte en una cualidad que me hace destacar por encima del resto más allá de mi capacidad intelectual.
    Un poquito de comprensión lectora no vendría mal.
    Gracias

  3. Pilar
    18 de enero de 2025 00:22

    Cociente Intelectual, no coeficiente. Error de corrector.