Recursos literarios II: recursos fónicos
Ya descubrimos otros recursos literarios como la metáfora y la comparación, recursos muy comunes cuyo conocimiento es esencial para interpretar y disfrutar la poesía. Hoy damos un paso más y nos adentramos en los recursos fónicos, elementos que dotan de musicalidad y profundidad a los textos literarios. Estos son: aliteración, onomatopeya, paronomasia y repetición.
Comprender y trabajar estos recursos en el aula no solo enriquece la experiencia literaria, sino que también potencia la creatividad de los estudiantes.
Los recursos fónicos aportan ritmo, sonoridad y emoción al texto, convirtiendo un poema en una experiencia sensorial que llame la atención al lector.
Sin embargo, a veces en el aula comprender estos elementos puede ser un reto. A menudo pasan desapercibidos al leer un poema. Por ello, conocer estos recursos y aprender a distinguirlos es fundamental para analizar e interpretar poesía y otros textos literarios.
En este artículo exploraremos cuatro recursos fónicos principales: la aliteración, la onomatopeya, la paronomasia y la repetición. Aprenderemos a identificarlos, cómo se emplean para embellecer los textos, y finalizaremos con ejercicios prácticos que ayudarán a los estudiantes a interiorizar estos conceptos.
Los recursos fónicos son herramientas literarias que utilizan los sonidos del lenguaje, bien para reforzar el mensaje del texto, generar efectos sensoriales y emocionales, o para destacar ciertas ideas.
A continuación vamos a ver cada una de ellas:
Aliteración: La aliteración es la repetición de sonidos similares, especialmente consonantes, en palabras cercanas para crear un efecto rítmico o musical.
“Los suspiros se escapan de su boca de fresa” (Rubén Darío).
Aquí, el sonido “s” se repite para evocar suavidad y delicadeza.
Onomatopeya: La onomatopeya imita sonidos reales mediante palabras. Este recurso es común para evocar sonidos de animales, de la naturaleza o acciones humanas.
“En el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba.” (Garcilaso de la Vega).
El «susurro» evoca el sonido de las abejas, creando una atmósfera tranquila y envolvente.
Veamos otro ejemplo de onomatopeya, donde el sonido artificial es representado con palabras tal como el oído humano las interpreta:
“—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—Una rosa y un clavel…
—¡Abre la muralla!
—¡Tun, tun!
—¿Quién es?
—El sable del coronel…
—¡Cierra la muralla!” (Nicolás Guillén)
Aquí “¡tun, tun!” hace referencia al sonido de llama a la puerta, o a la muralla en este caso.
Paronomasia: La paronomasia consiste en utilizar palabras de sonidos similares pero con significados diferentes (parónimos). Es un recurso que aporta ingenio y ritmo al texto.
“Vendado que me has vendido” (Luis de Góngora).
El juego entre “vendado” y “vendido” intensifica el impacto del mensaje.
Repetición: Similar a la paronomasia, la repetición consiste en repetir palabras, frases o estructuras para enfatizar una idea o generar un efecto rítmico.
“¡Qué solos se quedan los muertos! ¡Qué solos se quedan los muertos!” (Gustavo Adolfo Bécquer).
La repetición de la frase subraya el sentimiento de desolación.
Veamos otro ejemplo:
“Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.” (Antonio Machado)
Diferencias clave entre los recursos fónicos :
Recurso | Definición | Ejemplo |
Aliteración | Repetición de sonidos similares para crear ritmo. | “Bajo el ala aleve del leve abanico”- Rubén Darío |
Onomatopeya | Palabras que imitan sonidos reales. | “Cu cu cantaba la rana” – Elena Odriozola |
Paranomasia | Juego de palabras con sonidos similares y significados diferentes. | “Vendado que me has vendido.” |
Repetición | Reiteración de palabras o frases para enfatizar. | “¡Qué solos se quedan los muertos!” |
Ejercicios para Practicar en el Aula
- Identifica el recurso fónico: Determina qué recurso literario se emplea en los siguientes ejemplos:
a) “La luna llena lanza luces luminosas.”
b) “El viento ululaba en la noche oscura.”
c) “Quiero y no quiero querer.”
d) “Por ti, por ti, por ti me desvelo.”
- Completa la frase con onomatopeyas: Escribe una oración que incluya onomatopeyas para imitar los siguientes sonidos:
– El sonido del agua cayendo.
– El rugido de un león.
– El canto de un pájaro.
- Crea una estrofa usando diferentes recursos fónicos: Escribe cuatro versos en los que utilices al menos una aliteración, una onomatopeya, una paronomasia y una repetición.
- Lee el siguiente fragmento de “Canción del Pirata” de Espronceda e identifica si hay repetición o algún otro recurso fónico.
“Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar”
Soluciones a los Ejercicios
– a) Aliteración.
– b) Onomatopeya.
– c) paronomasia.
– d) Repetición.
- Ejemplo de respuestas:
– El agua caía con un suave “plin-plin” sobre la roca.
– El león rugió con un fuerte “grrrr”.
– El pájaro cantaba “pío-pío” al amanecer.
- Respuesta libre, evaluando que incluyan los recursos pedidos.
- En el poema de Espronceda, la repetición de “que es” enfatiza la conexión emocional del hablante con su barco y su vida.
Los recursos fónicos como la aliteración, la onomatopeya, la paronomasia y la repetición son fundamentales para analizar textos literarios, además comprender la importancia de la musicalidad y el impacto emocional de los poemas.
Aunque estos recursos son más avanzados, es bueno presentar los recursos fónicos desde los primeros niveles de Educación Primaria, por eso te dejamos esta web para practicar los trabalenguas, la manera más animada de practicar los recursos fónicos en el aula con los más pequeños.
Trabajarlos en el aula permite a los estudiantes apreciar la riqueza del lenguaje literario y desarrollar su creatividad. ¿Qué otros recursos literarios te gustaría explorar en clase? ¡Comparte tus ideas en los comentarios!