José Saturnino Martínez, director de la ACCUEE: “A nivel internacional somos una excepcionalidad”
El que una sola agencia evalúe las enseñanzas universitarias y las no universitarias es una novedad. ¿Funciona?
–Es una novedad incluso en Europa. Por un lado, están las agencias que evalúan títulos universitarios, algunas agencias también evalúan los ciclos superiores de Formación Profesional y, por otro, el resto de los niveles educativos. A nivel internacional somos una excepcionalidad. En España diez comunidades autónomas, además, del Ministerio de Universidades, cuentan con agencias de aseguramiento de la calidad universitaria. Pero solo el Ministerio de Educación y el País Vasco cuentan con agencias dedicadas a la evaluación de niveles no universitarios. El ser organismos autónomos facilita que la experiencia de evaluación se acumule, así como la independencia con respecto al poder político.
¿Por qué se eligió este modelo?
–Llegamos a ello obligados por la crisis de 2011, fue entonces cuando se decidió unir dos organismos en uno para ahorrar costes y fusionando el Instituto Canario de Evaluación y Calidad Educativa (ICEC) con la Agencia Canaria de Evaluación de la Calidad y Acreditación Universitaria (ACECAU). Por una necesidad sobrevenida se fusionó la evaluación y diagnóstico del sistema educativo el aseguramiento de la calidad universitaria y la evaluación de su profesorado. Después, a partir de 2021, se asumió la línea de aseguramiento de la calidad en FP, de forma piloto. La mayor dificultad es que tenemos espacios educativos muy heterogéneos, pero soy profesor de universidad y me he dedicado a la investigación educativa. El problema es que quien sabe de FP no sabe de universidad y tener un organismo con competencias heterogéneas no siempre es fácil. Por ello, contamos con expertos en cada área, que cuentan con experiencia docente y a los que formamos en las funciones de la Agencia.
¿Cuáles son las ventajas de tener esa visión de conjunto de la educación?
–En su momento se evaluó si volver al modelo anterior, que es el más estándar, como una sección o subdirección de la Consejería, pero era un error. Como organismo autónomo el personal está más formado. Hay más coherencia. Por un lado, compartimos una mirada evaluadora y por otro entendemos de calidad educativa, de cómo se evalúa el sistema educativo. Otra ventaja que es el único organismo que está sentado en todas las instituciones educativas: en el Consejo Universitario, en el Consejo Canario de FP y en el Consejo Escolar de Canarias. Nuestra participación nos da una visión compleja de los problemas educativos, así como nos facilita buscar la integración de los diferentes niveles.
El ser organismos autónomos facilita que la experiencia de evaluación se acumule, así como la independencia con respecto al poder político
De esta forma siempre tienen una fotografía de cómo está el sistema educativo en todas las etapas, en su conjunto.
–Efectivamente, y eso nos permite armonizar mejor todo el sistema. Ahora mismo estamos preparando una formación para orientación. ¿Por qué? Porque nosotros generamos mucha información. Creemos que orientación debe manejar la información que nosotros generamos. Tenemos la ventaja de que como estamos en la Consejería de Educación podemos hacer esa formación y como estamos en la parte universidad conocemos muy bien cómo está funcionando el sistema universitario.
Ahora hay muchos cambios. Una nueva ley del sistema universitario, la FP Dual, la Ley Celaá ya implantada en todos los cursos. ¿Cómo afecta eso al sistema de calidad?
–En Canarias ha cambiado muchísimo. En diez años hemos pasado de 2 a 7 universidades. Cuando empezamos en FP el aseguramiento de la calidad estaba orientado a la gestión, y nosotros iniciamos un modelo más centrado en la propia calidad educativa. Poco después salió la Ley Orgánica del 23. Somos la comunidad autónoma más avanzada en el desarrollo de Marco de Referencia Europeo de Garantía de la Calidad en la Formación Profesional (EQAVET), gracias a nuestra experiencia en los procedimientos europeos de aseguramiento de la calidad universitaria. O están empezando los títulos duales en la universidad, y podemos trasladar lo que estamos aprendiendo de los títulos duales en FP. En resumen, nuestro sistema tiene bastante más ventajas que desventajas A mí me gusta nuestro lema: “acompañamos a mejorar”. Nosotros no le decimos a nadie lo que tiene que hacer. Lo que hacemos es proponer protocolos de generación de información y de reflexión para que el sistema entienda mejor qué está haciendo y cómo mejorarlo.
Pero, además de “acompañar”, también dan luz verde o no a nuevas titulaciones o cerrar títulos
–Nuestros informes son determinantes, y la Consejería de Universidades entiende que eso es equivalente a vinculantes. Por ello, en el sistema universitario tenemos una capacidad regulatoria que no tenemos el resto, y esto también es importante señalarlo porque estamos auditados por Europa. No es la responsabilidad solo del Gobierno de Canarias, sino que la Ley Orgánica de Universidades, así como el Real Decreto 640 de 2022, nos atribuye esas competencias. Somos el garante ante el Espacio Europeo del aseguramiento de la calidad de los títulos universitarios oficiales expedidos en Canarias.
Somos la comunidad autónoma más avanzada en el desarrollo de Marco de Referencia Europeo de Garantía de la Calidad en la Formación Profesional (EQAVET)
¿La proliferación de universidades privadas está perjudicando a las públicas?
–Hay una competición, pero algo que no se ve tanto es que también hay una complementariedad. En Canarias efectivamente va creciendo el porcentaje de alumnado que está en la privada, pero muchas veces complementan a las públicas con títulos que se ofertan en una isla, pero no en otra. A los estudiantes les sale más barato pagar una universidad privada en su isla que irse a estudiar a otras islas. La privada está cubriendo títulos con gran demanda, sin plazas suficientes en la pública. Por eso, si bien sube el porcentaje de alumnado en la privada, el número de estudiantes de nuevo ingreso en la pública se mantiene más o menos estable.
¿Ha mejorado el alumnado canario en los últimos años?
–Yo creo que en la última década ha habido una mejora sustancial de toda Canarias y eso lo vemos con las pruebas internacionales. Desde el año pasado hemos mejorado nuestras pruebas de diagnóstico para poder responder a esta pregunta con más seguridad en los próximos años vamos a empezar a poder ver tendencia. En las pruebas internacionales detectamos que nuestros resultados están rezagados con respecto al conjunto de España, pero que, en buena medida, este atraso se explica por factores que tienen que, por un lado, con un modelo económico dominado por ocupaciones de baja cualificación, como el turismo y la construcción, y luego está la complejidad que añade la insularidad, por ejemplo, pues obviamente hace que nuestro sistema educativo sea más caro, pues es necesario incentivar al profesorado para que vaya a las islas no capitalinas.
La insularidad, no solo en Canarias, también en Baleares, marca diferencias por el mero hecho de que encarece la movilidad con el resto de España… A pesar de estos inconvenientes, tenemos evidencias de que desde los 2000 hasta ahora el sistema está mejorando, reduciendo nuestra distancia en las pruebas internacionales con países de referencia, así como se está reduciendo sustancialmente el abandono educativo temprano. Ahora que empezamos a tener universitarios en Canarias, el problema es que no encuentran trabajo cualificado en las islas, por lo que por primera vez observamos posibles indicios de “fuga de cerebros”.
El problema educativo parece ser más de la estructura productiva, que no absorbe parte del trabajo cualificado que genera nuestro sistema educativo, aunque depende de ocupaciones y sectores de actividad. Ha habido una mejora del sistema educativo que no ha venido acompañado de una transformación productiva y yo creo que tenemos que mirar un poco a dar un paso para saber cómo aprovechar esta importante mejora educativa para que aumente la demanda por parte de las empresas de empleo más cualificado.