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Premio Espiral: 18 años reconociendo la innovación educativa

El Premio Internacional Espiral se ha convertido en un referente en el fomento de proyectos innovadores en el ámbito educativo. En esta entrevista, Paulina Bánfalvi, coordinadora general del galardón, habla sobre su legado e impacto en la comunidad educativa y los cambios implementados en los últimos años para consolidarlo como "guía" de innovación pedagógica.
Mireia PorteroMiércoles, 5 de febrero de 2025
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Paulina Bánfalvi, coordinadora general del Premio Espiral, durante un discurso en la gala de entrega de galardones. ®MIREIA PORTERO.

El Premio Internacional Espiral ha sido, durante casi dos décadas, un referente en la identificación y promoción de proyectos innovadores en el ámbito educativo. Año tras año, docentes y centros de distintos países presentan iniciativas que transforman las aulas y generan un impacto real en el aprendizaje del alumnado. ¿Cómo ha evolucionado el certamen a lo largo de los años? ¿Cuál es la visión del equipo organizador actual y qué retos afronta en el futuro?

En esta Entrevista Magisterio, Paulina Bánfalvi, coordinadora general del Premio Espiral, nos ofrece una visión interna del mismo: desde su legado y el impacto en la comunidad educativa hasta los cambios implementados en los últimos años para consolidarlo como un faro de innovación pedagógica. Además, nos adelanta detalles sobre el Espiral Learning Fest y los próximos pasos para seguir promoviendo una educación de calidad, colaborativa y centrada en el alumnado.

El legado del Premio Espiral

El Premio Internacional Espiral lleva 18 años reconociendo la innovación educativa. Como equipo organizador actual, ¿qué significa para vosotros continuar con este legado?
–Es una emoción que implica al mismo tiempo responsabilidad y orgullo. Durante estos 18 años el premio ha ido girando y transformando el foco, como la peonza que nos representa, para responder al objetivo con el que nació: servir de faro y guía hacia la innovación educativa. Este legado nos obliga a no dormirnos ni conformarnos y a continuar con ese enfoque de un certamen que evoluciona y se adelanta para cumplir con esa función de faro.

Al ser un equipo mayoritariamente nuevo ¿cómo os habéis adaptado al legado del premio y qué visión propia habéis aportado para continuar su evolución?
–Heredé el premio hace dos ediciones y media. Antes había cooperado como responsable de jurado y anteriormente como jurado. Las premisas y objetivos del premio siempre estuvieron claras. Nuestra aportación se centró primero en revisar todos los procesos, desde el de elección del jurado y la propia rúbrica, y el de presentación, validación y valoración de los proyectos, hasta la definición de categorías y el propio proceso de entrega de premios, para dotarlos de mayor eficiencia, coherencia y estabilidad.

Eso nos ha llevado a buscar un equipo de jurado más o menos estable, cuya trayectoria y bagaje estuvieran alineados con la visión del premio: más allá de lo vistoso que pueda ser un proyecto, poner el foco en cuál promueve en mayor medida la participación activa del alumno.

También a establecer categorías más generales y estables en el tiempo, lo que permite a los docentes anticiparse a la convocatoria e iniciar el curso pensando ya en recoger las evidencias que les permitirán presentar su propuesta con solvencia. Y revisar la rúbrica y la ponderación de los diversos ítems a valorar, de forma que el mayor peso esté en aspectos como la personalización del aprendizaje y el reto a las destrezas de pensamiento como clave del desarrollo competencial del alumnado.

Y, por último, a transformar la gala de entrega de premios en una fiesta para la educación en la que los ganadores de ediciones anteriores exponen sus proyectos. Queremos dar protagonismo a los ganadores y que el premio sea una oportunidad de exponer su práctica. Este es un equipo formado por docentes, la mayoría ganadores de ediciones anteriores, y como tales saben de la necesidad de contar con ejemplos prácticos, reales, claros y de calidad para orientar el buen hacer del profesorado.

El impacto de los premios

A lo largo de estos años, ¿qué impacto creéis que ha tenido el Premio Internacional Espiral en la comunidad educativa?
–Es difícil de calibrar, aunque nuestro equipo de comunicación está haciendo un esfuerzo encomiable por visibilizar este impacto a través de entrevistas a los premiados de las últimas ediciones. Leyéndolas nos emocionamos, pues muchos exponen cómo solo la publicación de la rúbrica les permitió esforzarse más en aspectos como la evaluación formativa o la personalización del aprendizaje, el trabajo con las destrezas de pensamiento o la diferenciación en el aula.

Otros, tras haber sido premiados, han podido impactar de una forma más explícita en su entorno, su centro, localidad, provincia o a nivel de comunidad, pues han sido reclamados para dar formación o mostrar cómo trabajan en sus aulas. Creemos que así se cambian las cosas, con pequeñas gotas que se van extendiendo. Demostrando con ejemplos reales que todo puede cambiar, si uno decide cambiar.

¿Hay algún momento o proyecto que consideréis especialmente significativo en la historia del premio?
–Cada edición nos da momentos muy emotivos. Hay docentes que vienen desde Latinoamérica para recibir su premio, incluso sin saber si han resultado ganadores. Hay profesores que han venido con sus alumnos, algunos de los cuales tienen dificultades de aprendizaje, demostrando que no tienen dificultad para aprender, sino que en demasiadas ocaciones es el sistema o nuestros modelos o estilos de enseñanza los que tienen dificultad para permitirles mostrar su progreso, que resulta tanto o más brillante que el de alumnos sin etiquetas.

Muchos que cuentan cómo enfrentarse a grupos especialmente complejos les obligó a replantearse su forma de enseñar, y cómo este cambio de actitud y mentalidad fue clave para enganchar a sus alumnos y devolverles la motivación e implicación por su propio aprendizaje.

El Premio Espiral está lleno de historias de superación que demuestran que todo cambia cuando uno está dispuesto a cambiar.

La organización actual

¿Cómo trabajáis en equipo para coordinar la organización del premio y garantizar su éxito?
–Esta es una parte especialmente bonita. Se trata de un grupo de personas con responsabilidades e implicaciones más allá del aula, primeras espadas en sus contextos educativos dispuestos a sacrificar su poco tiempo libre por algo en lo que creemos firmemente.

Esto solo es posible gracias a 2 claves: la primera es contar con un equipo cualificado que asume una parte de la responsabilidad de la organización desde sus fortalezas. La segunda es que todos debatimos y compartimos el objetivo, que es descrito de forma detallada y explícita. Todos saben qué tienen que hacer, cómo, cuándo y con qué recursos cuentan.

Funcionamos como un equipo de fútbol: cada uno es especialista en su área y toma decisiones de forma autónoma, pero todos trabajamos coordinados por un mismo objetivo.

Cada miembro del equipo tiene un rol clave en la organización. ¿Podríais compartir cuáles son vuestras funciones específicas y qué herramientas o estrategias utilizáis para asegurar que todo funcione y cada edición sea un éxito?
–La mía es la de coordinación del equipo: asegurar la coherencia y los plazos de las acciones individuales y aportar a cada miembro del equipo los recursos que necesita para llevar a cabo el objetivo concreto de su área. Cuando tienes un equipo formado por ases, la única estrategia posible es la de definir de forma clara los objetivos y recursos de los que disponen y ayudar a eliminar las barreras que puedan encontrarse en el camino.

Confiar en su capacidad y responsabilidad para hacer su parte del trabajo de forma brillante. Un proyecto de esta envergadura solo es posible si cuentas con un equipo de personas capaz y comprometido, y sin duda, es así.

Nos ponemos metas elevadas y hay momentos en los que parece que todo está por hacer, pero entonces surge la magia y el talento de mi equipo se multiplica por las interacciones en el grupo. Entonces llega el día de la gala y siempre, sin excepción, superan cualquier expectativa. Solo puedo estar agradecida por su apoyo e implicación.

El Espiral Learning Fest

¿Cómo ha evolucionado el Espiral Learning Fest como complemento al Premio Internacional Espiral?
–El Espiral Learning Fest es nuestra niña bonita. Queríamos dar recorrido y visibilidad a las experiencias premiadas, que sirvieran de ejemplo. También que la entrega de premios tuviera un interés añadido y fuera más allá de convocar solo a los finalistas o ganadores. Ser coherentes con ese objetivo de servir de faro a la comunidad educativa y visibilizar prácticas innovadoras que ponen al alumno en el centro.

También nos dábamos cuenta de que teníamos en nuestras manos a un grupo de docentes que estaban trabajando muy duro en sus aulas por ofrecer un aprendizaje significativo y trascendental a sus alumnos. Creímos que ofrecerles un escenario al que subir para compartir su experiencia era nuestra responsabilidad.

premio espiral
premio espiral

¿Qué os inspira a seguir organizando estos eventos año tras año?
–Sin duda el resultado: cuando llegamos al final y tenemos la oportunidad de escuchar a los premiados y cómo defienden sus propuestas. Cuando les vemos exponer su enfoque en este formato práctico y ágil de 20 minutos y vemos el valor de aquello que están compartiendo, no podemos más que estar animados a seguir trabajando para que tanto el Premio Espiral como el Espiral Learning Fest tengan cada vez más impacto y acogida entre el profesorado.

Mirando al futuro

¿Qué importancia tiene la innovación educativa para vosotros como equipo?
–Bueno, no sé si hablaría de innovación o de volver al origen de lo que significa e implica la educación. Surgió como un proceso de interacción en una comunidad que comparte el objetivo y la curiosidad por aprender sobre un tema, como vehículo para desarrollar su propias competencias, impulsar la capacidad para observar, relacionar, deducir, analizar, razonar, argumentar, debatir, negociar, concluir, aplicar y transformar.

A principios del siglo XX se expandió la idea de convertir el proceso de aprendizaje y desarrollo personal en un proceso que no ha dejado de avanzar hacia la sistematización y automatización, con el foco puesto no en el desarrollo de nuestro potencial sino en la mera acumulación de contenidos que muchas veces repetimos pero no entendemos, ni comprendemos sus implicaciones, relaciones y aplicaciones.

Hoy tenemos la oportunidad de cambiar este enfoque porque las normativas y políticas apuntan, aunque sea sobre el papel, en esta dirección original… pero la formación del profesorado y las estructuras organizativas, burocráticas y jerárquicas de los centros educativos no se están revisando con la intensidad y eficacia necesarias.

El profesorado tiene que tomar la decisión de si va a seguir trabajando para servir al sistema, y, por tanto, moldear a sus alumnos para que encajen en su programación, o servir al alumno y, por tanto, plantear propuestas enriquecidas y flexibles que permitan a cada estudiante elegir desde qué enfoque quiere aprender cada contenido.

Tenemos que reflexionar sobre por qué los contenidos curriculares de nuestras normativas indican cosas como que el alumno comprende la importancia de África en el orden mundial o climático, lo que permite conocer este continente desde la perspectiva de la formación de los continentes, la evolución del hombre, los recursos naturales y su explotación, la I y II Guerra Mundial y sus consecuencias, la diversidad lingüística y cultural de este continente, el clima, su orografía o el fenómeno de la inmigración. Distintos alumnos explorando África desde distintas perspectivas y niveles de complejidad, respondiendo a sus intereses en cada momento.

Mientras, el departamento de Geografía e Historia -o el libro de texto- lo concreta en un relato de datos sobre África, sus fronteras, población, extensión, ciudades y accidentes geográficos que el alumno debe memorizar sin un por qué, un objetivo concreto y sin capacidad de elegir, para después volcarlo en un examen, a veces sin que se le permita cambiar una palabra por otra con idéntico significado. Y todo esto al tiempo que en Lengua estudian los sinónimos.

No tiene sentido para el alumno ni para la sociedad. Necesitamos una docencia basada en la coherencia y la coordinación, y con un enfoque centrado en las necesidades de desarrollo de sus alumnos.

¿Tenéis planes o ideas para la evolución del premio en los próximos años?
–Sí. Cada año analizamos en qué áreas podemos mejorar y trabajamos por cubrir esas carencias, hasta el siguiente año, que surgen nuevas. La perfección, al fin y al cabo, es un proceso en continua construcción.

Nuestros grandes objetivos son que el premio llegue a más personas, ampliar su ámbito geográfico e incorporar a instituciones y administración en el patrocinio, lo que nos permita acoger mejor a participantes y ponentes; y contar con los medios y el aforo que haga posible una mayor interacción entre ponentes y asistentes. Queremos que sea una formación de valor, que los asistentes regresen a sus aulas con más herramientas y propuestas claras sobre qué pueden hacer para hacer progresar aún más a sus alumnos.

Consejos para la comunidad educativa

¿Qué consejo le daríais a los docentes y centros que desean participar en el Premio Internacional Espiral?
–Sin duda, que se lean con detalle y atención la rúbrica y los consejos del jurado publicados en la web, y que, al presentar sus proyectos, sean explícitos y concretos al detallar y mostrar el rol del alumno. Llevo como jurado varias ediciones y la calidad de los proyectos que se presentan aumenta cada edición. Eso debe ser motivo de orgullo para todos los que se presentan. Cuando decimos que cada edición es más difícil tomar decisiones sobre los ganadores, no mentimos.

Se presentan proyectos en los que intuyes que el rol del alumno ha sido importante, que no ha sido un mejor ejecutor de las pautas del docente, pero que los autores no han sabido exponer de forma explícita. Estamos muy acostumbrados a describir qué han hecho y a poner el foco en el docente y lo que él o ella ha decidido.

Para ganar el Premio Espiral es importante que el jurado tenga evidencias de que el alumno ha tomado decisiones, ha elegido, ha participado de forma activa y trascendental en su proceso de aprendizaje. Este es el elemento que más peso tiene en la elección de ganadores y, aunque intuimos que está presente en varios de los proyectos que se presentan, no todos ponen el foco en este punto a la hora de vendernos su propuesta.

Algunos se presentan como si estuvieran defendiendo un trabajo de fin de carrera o máster, poniendo el foco en los modelos teóricos que han guiado su experiencia. Insisto: poned el foco en mostrarnos la participación del alumno; allí radica la diferencia y la excelencia en el Premio Espiral.

¿Qué creéis que es lo más importante para seguir impulsando la innovación educativa?
–La coherencia. Tenemos que ser coherentes entre los que decimos y lo que hacemos y ser conscientes del esfuerzo e implicaciones que hay detrás de los términos biensonantes. Algunas propuestas hacen un planteamiento inicial ilusionante, avanzan que en sus aulas se trabajará la creatividad, por ejemplo, pero en el desarrollo indican que ante la disparidad de propuestas que presenta el alumno, el docente toma las riendas y plantea el producto final.

O se habla de participación activa del alumno, pero se trata de un propuesta en la que esa participación se limita a colocar la respuesta correcta en el lugar adecuado. O vemos propuestas que indican que trabajan el pensamiento crítico… siempre que el alumno llegue a la conclusión establecida de antemano por el docente. Es necesario que en docencia, como en cualquier otro campo, nuestras acciones respondan a un objetivo fruto de la reflexión.

Tenemos que pensar qué hacemos y por qué lo hacemos, qué objetivo estamos buscando y de cuántas maneras podemos llegar. Para dejar que el alumno elija en cada momento el camino que mejor se ajusta a su perfil y desarrollo, guiando su proceso.

Desde vuestra experiencia organizando el premio, ¿qué aprendizajes personales o profesionales os gustaría compartir con otros equipos o docentes?
–Compartiría cada uno de los proyectos ganadores. Que se sumerjan en ellos, que los analicen y “descuarticen” para esclarecer cada paso y llevar estas propuestas a su aula. No se trata de copiar y pegar, puesto que cada contexto y cada alumno es distinto. Se trata de entender las claves y ser capaz de aplicarlas en nuestra aula respondiendo al perfil concreto de nuestros alumnos.

Tenemos el plan de crear espacios para conectar a los ganadores entre sí y a los ganadores con aquellos que tengan preguntas para ellos o quieran interactuar con ellos en alguna medida. Esperamos poder lanzarlo en breve.

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